Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Jamioy Juagibioy, Hugo, 1971-, autor
Bínÿbe oboyejuayëng = Danzantes del viento / Hugo Jamioy Juagibioy ; presentación, Iván Hernández A. – Bogotá : Ministerio de Cultura : Biblioteca Nacional de Colombia, 2017.
1 recurso en línea : archivo de texto ePUB (2,3 MB). – (Biblioteca Básica de Cultura Colombiana. Literatura / Biblioteca Nacional de Colombia)
ISBN 978-958-5419-90-2
1. Poesía indígena colombiana - Colecciones de escritos 2. Libro digital I. Hernández A., Iván, autor de introducción II. Título III. Serie
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CO-BoBN– a1018338 |
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ISBN: 978-958-5419-90-2
Bogotá D. C., diciembre de 2017
© Hugo Jamioy
© 2010, Ministerio de Cultura –Biblioteca de los Pueblos Indígenas de Colombia
© 2017, De esta edición: Ministerio de Cultura –
Biblioteca Nacional de Colombia
© Presentación: Iván Hernández A.
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+Taita Ramón y Mamá Pastorbiam atbe bëtsëtsat, chëngbe
palabrac tmojabiá bëngbe juabn y
conjabuatambá bid
jëbtsonguanguán t
ëngabtangbe cucuat
ec.
+Vinÿbe oboyejuayeng, es onjat
atá chëngbe juabn plautëfjiñ,
ënjanabiñ y batangbe versiayán, chë uaman y juabnay
Bëtscanaté. Bëtscanaté, jteninÿanté y jtsenperdonayté.
+A Taita Ramón y Mamá Pastora, mis padres, por tejer con sus palabras nuestro pensamiento y enseñarnos la búsqueda de la vida con sus manos.
+A los Danzantes del viento, por regalarnos su inspiración en la flauta y el tambor; a las batás por sus bellos versos, en el recuerdo profundo de un Bëtscanaté, «Día grande de reencuentro y de perdón».
+Bëngbe Bëtsá quem luar tojëbbemá, chabe añemoc, atbe espirit ñemo tbojat
etá.
+ Tsbatsana Mamá ojat
etá fshantse y bid jtsebomnam
ojasasá.
+Camuenta Cabëng Camëntsá Biyang, at
be Pueblo, anteuan
ojat
etá y canÿe uáman benach t
sam tsmëncá.
+Taita Tatëmbëng, jabuachán juabnëngac
monjat
etá tat
ëmb soyëng Biajiy tmojalcanzá or.
+A Bëngbe Bëtsá, el Creador, por alimentar con su fuerza mi espíritu.
+A Tëbatsana Mamá, Madre Tierra, madre responsable, por brindarme su seno y alimentar mi vida.
+A Camëntá Cabëng Camënt
á Biyang, mi pueblo, por brindarme un pasado y un sabio camino de identidad.
+A los taitas Tatëmbëng, por sus profundas reflexiones y regalos de conocimiento en el ritual sagrado de Taita Yagé.
+DANZANTES DEL VIENTO DE Hugo Jamioy es un libro muy importante para la poesía colombiana. Escrito en español y en camëntá, nos revela realidades que están muy lejos de nuestro entendimiento y nuestro corazón. Hugo Jamioy nació en el valle de Sibundoy, en el departamento del Putumayo. Supongo que el poeta escribe sus poemas en su lengua y los traduce luego al español. No sé; sin embargo, en una ocasión tuve la fortuna de escucharlos leídos por él, en su lengua. A pesar de que no entendía nada, tuve la sensación de estar, no en un recital de poesía en medio de una ciudad que no se calla y que no duerme, sino de asistir a un ritual sagrado, en un lugar apartado bosque adentro. Aunque oía palabras, esa voz suya no era la de un hombre, sino la de un pueblo, la de un territorio; la voz de la naturaleza. Hugo Jamioy es el poeta de su pueblo; como dijera Humberto Ak’abal: «La vida de las montañas / está en la voz de sus pájaros. / La voz de los pueblos / son sus cantores: /un pueblo mudo / es un pueblo muerto».
+Por lo general, la poesía que estamos habituados a leer trata de otros temas, de otros mundos, otras leyes. Las palabras que el poeta indígena utiliza ahora en Danzantes del viento, aunque parecen las mismas que utilizamos nosotros, no lo son. Tal vez se parecen a las que pronunciábamos de niños, cuando las palabras no habían perdido su verdad y su fuerza. A pesar de su sencillez y su naturalidad, nos cuesta mucho ingresar a ese mundo que el poeta nos presenta: sentimos asombro, desconfianza de que algo importante pueda nombrarse así; aquí no hay conceptos ni teorías; no hay grandes revelaciones, verdades profundas ni terribles; tampoco grandes revoluciones en los procedimientos estilísticos.
+Las palabras de Danzantes del viento son limpias, naturales. ¿De qué otra manera el poeta habría podido tratar las cosas sencillas, las cosas que pasan todos los días, aquellas de las que tenemos tan poca conciencia? Sí, este libro trata de cosas simples, de cosas que por razones muy extrañas la humanidad está a punto de olvidar. Sus palabras se refieren al día y a la noche; a los amaneceres y las lluvias; a los ojos de Tima y Yuina, sus dos hijas; a las orquídeas y los jazmines; a sus ojos, que son como dos anturios; al silencio de los montes y al canto de los pájaros.
+«Tengo una montaña en la cabeza; / sólo escucho cantos de pájaros / y gritos de animales» (Humberto Ak’abal).
+Para ingresar a ese mundo que propone el poeta Jamioy es indispensable moverse por las páginas del libro con delicadeza y naturalidad, como los peces en el agua, como los pájaros en el cielo. Es necesario caminar despacio, detenerse, hacer silencio; sobre todo, hacer silencio en el alma. Sólo entonces escucharemos la voz agradecida del pájaro que canta a pesar de la lluvia, aceptaremos de buen grado que somos una más entre las innumerables especies de la creación.
+Si escuchamos con atención esas palabras que el poeta nos dice, sentimos que de pronto algo que estaba muy escondido en nuestro corazón comienza a salir a flote; sentimos que hemos recobrado la inocencia que estaba perdida o muy olvidada; que hemos abandonado, por unos instantes, este mundo confuso, ruidoso y contradictorio en el que vivimos, y que hemos ingresado en otro en el que la luz, el silencio, la verdad y la belleza son aún posibles.
+Estos poemas hablan de valores que han permitido a los hombres sobrevivir, y que, a pesar de su importancia, hoy son muy pocas las comunidades que rigen su vida por ellos; estos valores son indispensables también para la conservación del planeta. Se trata de valores éticos y estéticos, morales, sociales y ecológicos, cuyos fundamentos son el respeto y la verdad.
+En Danzantes del viento la vida es sólo un camino hacia lo otro: «y cuando doble la loma /camino a la oscuridad, / el viento me estará recordando / que hay cosecha en mi corazón». En Danzantes del viento la vida no es sino una cadena en la que los sueños, los recuerdos de su pueblo, de su familia, se prolongan hasta el infinito. El poeta siente que debe escuchar las voces que lo unen al pasado y a la vida, sólo entonces sus pasos no serán ciegos. Que para poder escuchar la noche y su silencio, la voz del viento y de las aves, la voz de lo que calla y de lo que huye, es necesario oír con humildad la voz de los mayores, la de la madre Tierra, la del yagé, que son sabias, y a todos cuidan y a todos aconsejan.
+Acercarse a las palabras del poeta indígena es una manera de reconocer que el otro existe, y que merece nuestra aceptación y nuestro respeto. Que nuestras diferencias con otros mundos y otros seres son grandes, y que esa creencia de que pertenecemos a una raza privilegiada no es sino una muestra más de nuestra ignorancia, de nuestra ceguera y de nuestra torpeza:
+Analfabetas
+A quién llaman analfabetas,
+¿a los que no saben leer
+los libros o la naturaleza?
+Unos y otros
+algo y mucho saben.
+Durante el día
+a mi abuelo le entregaron
+un libro:
+le dijeron que no sabía nada.
+Por las noches
+se sentaba junto al fogón,
+en sus manos
+giraba una hoja de coca
+y sus labios iban diciendo
+lo que en ella miraba.
+IVÁN HERNÁNDEZ A.
+CON EL TÍTULO DANZANTES del viento —Bínÿbe oboyejuayëng— la editorial de la Universidad de Caldas publicó en el año 2005 un libro decisivo para la historia de la poesía colombiana contemporánea. Hugo Jamioy Juagibioy, poeta proveniente de la cultura Camuentsa Cabëng Camëntá Biya[1], nos regalaba una bitácora de sus días entre la ciudad y el territorio ancestral. Heredero de las tradiciones del Valle de Sibundoy —Bëngbe Uáman Tabanóc, «Sagrado lugar de origen»—, Jamioy proponía en Danzantes del viento un contrapunteo entre la tradición y la subjetividad. Preocupado por la trascendencia, por los ecos de esta en la naturaleza y por el río inevitable del tiempo, no dudaba en explorar también el desamor, la soledad, la sensualidad y la denuncia. Sin afán por tomar algún camino —«Puntual»—, concebía la lengua no sólo como código sino sobre todo como morada, como traje —«Vístete con tu lengua»—.
+Entonces Danzantes del viento venía acompañado de imágenes propias de la iconografía camëntá con las que los tejedores en el Valle de Sibundoy representaban y representan aún elementos de la naturaleza como el Sol —taita Shinÿe—, la Luna —Ƒashcón— y el agua —bëjay—, o motivos cotidianos como el flautero —flautëfj gëhuaya—. Ese libro, que ahora tengo la fortuna de presentar revisado y ampliado por su autor, era la savia que habría de fermentarse hasta este reconocimiento editorial con el que el Ministerio de Cultura visibiliza hoy una parte del corpus de la literatura indígena de Colombia.
+Dice Jamioy en el poema que le da título al libro:
+La poesía
+es el viento que habla
+al paso de las huellas antiguas.
+[…]
+La poesía
+es el fermento de la savia para cada época;
+los mensajeros llegan, se embriagan y se van
+danzando con el viento.
+Robustecido el viento por los cantos, esta nueva edición ensancha el cauce de la oralitura al visitar las palabras que en el fogón, el huerto, la ceremonia, pronuncian los mayores: Jamioy cuenta lo que le están contando y lo que le han contado —como dice el poeta mapuche Elicura Chihuailaf[2]—, es mensajero que se embriaga con las voces de los viejos, es intérprete de las huellas más antiguas de su comunidad. Y sin embargo otros tonos asedian la tradición, como en «La historia de mi pueblo»:
+La historia de mi pueblo
+tiene los pasos limpios de mi abuelo,
+va a su propio ritmo.
+Esta otra historia
+va a la carrera
+con zapatos prestados,
+anda escribiendo con sus pies
+sin su cabeza al lado,
+y en ese torrente sin rumbo
+me está llevando.
+Solo quisiera verme
+una vez más en tus ojos, abuelo.
+Abrazar con mis ojos tu rostro,
+leer las líneas
+que dejó a su paso el tiempo,
+escribir con mis pies
+sólo un punto aparte
+en este relato de la vida.
+Si bien Jamioy reconoce su pasado en la claridad de los pasos de sus abuelos, también precisa la dispersión en la «otra historia», la del quená —no camënt
á—, la de «ese otro» que inevitablemente cambia su rol en esta poesía, y pasa de ser la orilla imperturbable a ser el lector extranjero. Ahora la mirada es desde el que habitualmente era «el otro»: la historia del squená va a la carrera, no sabe caminar con la cabeza, no sabe escribir con los pies. En «Los pies en la cabeza», escuchamos:
+Siempre es bueno
+tener los pies en la cabeza,
+dice mi taita,
+para que tus pasos nunca sean ciegos.
+Entre «La historia del pueblo» y «Esa otra historia», la obra de Hugo Jamioy se mueve por senderos aparentemente disímiles, y al discurrir en esta frontera consigue trazar un puente intercultural. Danzantes del viento es la síntesis de estas dos fuerzas: la unidad y el desamparo o, para usar una de sus propias imágenes, los espiritëng —espíritus— y los aviones —«El universo en sus ojos»—; porque Jamioy no sólo construye su poesía a partir de los cantos y medicinas tradicionales, las plegarias, las consejas, las reiteraciones populares, y los lugares y personajes del pueblo, sino que encuentra su voz también en los cuestionamientos y las búsquedas personales, así como en algunos juegos propios de la poesía conversacional en los que involucra al lector no indígena, a un mismo tiempo extraño y confidente. Así lo viví, así me lo contaron, así lo pronunció el taita, así debe ser recordado por los danzantes del viento. En «Todo es bueno», leemos:
+Hijo, me decía el abuelo,
+en esta vida nada es malo
+todo lo que miras en lo natural te ayuda a vivir;
+cuando el sur o el norte
+el este o el oeste soplan,
+el danzante del viento abre sus manos
+y sobre sus brazos se posa el colibrí
+dejándose llevar por el vaivén.
+Más tarde, los cántaros del cielo
+riegan el cuerpo del betiye
+mojan el plumaje del mensajero,
+calman la sed del viento
+y juntos hacen danza y canción…
+A través de Jamioy, el taita regresa y vuelve a pronunciar frente a nosotros sus hondas palabras. En el juego poético se conjura la voz ausente; el lector es hijo y parece escuchar ahí, junto a la chagra. Paráfrasis común a la poesía indígena contemporánea; dulce intromisión del recuerdo —oralidad— en la escritura —el poema—. En la geografía que habitan los danzantes, otro surco acompaña la paráfrasis: el tono narrativo con el que se recrean momentos de formación entre jóvenes y adultos de la comunidad; estos últimos siempre crípticos en sus respuestas, siempre al tanto de las intenciones —como las batás o mujeres camëntá—, siempre silentes. Dice Jamioy en «No dije nada, sólo pensé»:
+Esas plumas que lleva el taita en su corona
+me hicieron pensar en la muerte de un guacamayo.
+El taita que caminaba distante de mí,
+se acercó y me dijo:
+«Yo no lo maté
+lo recogí en el salado de los loros,
+fue mi ofrenda
+para adquirir el poder de adivinar el pensamiento».
+Luego se marchó.
+Pero no acabamos de asumir el asombro, la magia que ha quedado zumbando al final de la lectura, cuando los cuestionamientos de Jamioy nos transportan de nuevo a la ciudad, al territorio de los squenás, de la soledad,
+Esta soledad que sigue mis pasos
+tiene ojo de águila:
+siempre me encuentra.
+de la angustia por encontrar un sentido («Buscándome»),
+Durante años
+he caminado buscándome.
+ Cómo voy a encontrarme
+si los lugares
+donde escarbé
+están fuera de mi tierra.
+de la ironía al señalar las diferencias («En qué lengua»),
+Hoy, que me encuentro en su oficina
+abogando por la vida de mi pueblo,
+le pregunto señor presidente:
+¿En qué lengua
+están escritos sus sueños?
+ Parece que están escritos
+en inglés, ni siquiera en español.
+Los míos están escritos
+en camëntá.
+Así
+jamás nos entenderemos.
+En la frontera entre las dos culturas —camëntá y extranjera—, Jamioy dibuja el cruce de caminos: reconoce la voz de los taitas como palabras necesarias tanto para los squenás como para su pueblo, al mismo tiempo que traduce sus nostalgias y evidencia ese río que lo arrastra hacia esa otra historia que va a la carrera con los zapatos prestados. Por eso, para el lector no indígena, reflejarse en los Danzantes del viento es también acercarse un poco al misterio que parpadea en los ojos del yagé[3] y en las hondas palabras de los taitas; es reivindicar otras formas de conocimiento («Analfabetas») y evidenciar, a un mismo tiempo, la diferencia y la hermandad con los pueblos amerindios («Desencantos de Urrá»).
+Dice Humberto Ak’abal —poeta maya k’iche’ querido por Jamioy y por quienes saboreamos los versos de la poesía indígena contemporánea— que las palabras crecen… Esta nueva edición de Danzantes del viento corrobora la sentencia, trae anuncios —como el colibrí en verano, como las pintas del yagé— de nuevos libros, ediciones, comentarios y, sobretodo, versos, ¡muchos versos y tejidos!
+JUAN GUILLERMO SÁNCHEZ MARTÍNEZ[4]
+[1] Nombre tradicional del pueblo Camënt¨sá, cuya traducción —según el propio autor— es «de aquí mismo, de nosotros mismos y que así mismo habla, es decir, “Hombres de aquí con pensamiento y lengua propia”».
+[2] Elicura Chihuailaf aclara: «La oralitura es escribir a orillas de la oralidad, a orillas del pensamiento de nuestros mayores y, a través de ellos, de nuestros antepasados. Así lo viví / escucuché, así lo estoy viviendo / escuchando: me digo, me dicen, me están diciendo, me dirán, me dijeron. Todo ello brotando desde una concepción de tiempo circular: somos presente porque somos pasado —tenemos memoria— y por eso somos futuro».
+Véase Chihuailaf, 2005, «Los mapuche continuamos con nuestros sueños». Documento disponible en línea: https:/estocolmo.se/cultura/literatura_agostoo3.htm
+[3] Ver sobre la planta sagrada de Valle de Sibundoy, entre otros: Richard Schultes y Robert R. Raffauf (1994). El bejuco del alma. Los médicos tradicionales de la Amazonía colombiana, sus plantas y sus rituales. Bogotá: Banco de la República; Carlos E. Pinzón, y Gloria Garay (1998). «Inga y Kamsa», en Geografía humana de Colombia. Región Andina Central. François Correa (coordinador). Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica; Ariel José James (2004). Chamanismo, el otro hombre, la otra selva, el otro mundo. Bogotá: ICANH.
+[4] Magíster en Literatura de la Universidad Javeriana de Bogotá.
+CAMUENTA CABËNG CAMËNT
Á Biya: de aquí mismo, de nosotros mismos y que así mismo habla, es decir: «hombres de aquí con pensamiento y lengua propia». Otros «estudiosos» han denominado a nuestro pueblo como coches, sibundoyes, camsás, kamsá, de alguna manera para describir aspectos de nuestra vida. Para abreviar y permitir un acercamiento a nuestra cultura utilizaremos el término camënt
á —ca: mismo, mënt
á: así—, que hace referencia a la identidad de nuestro pueblo, conformado por unos seis mil indígenas y por nuestra lengua.
+El pueblo Camëntá es un pueblo único en el mundo. Su origen o procedencia son desconocidos, de acuerdo con los «estudiosos», pero nuestros mayores —según la tradición oral— siempre manifiestan que somos originarios del lugar donde actualmente nos encontramos asentados; en nuestra lengua decimos, refiriéndonos al territorio que habitamos, Bëngbe Uáman Tabanóc —«Sagrado lugar de origen»—, que está ubicado en el Valle de Sibundoy, al noroccidente del departamento del Putumayo.
+Bëngbe Uáman Tabanóc ha sido, durante miles de años, el hogar para el pueblo Camëntá. Pero para el
quená —extraño o blanco— sólo empezó a existir cuando invadieron el territorio de nuestros abuelos, es decir, cuando entraron a él por primera vez Juan de Ampudia y Pedro de Añasco, en 1535.
+Antes de la llegada del quená, nuestro pueblo estaba conformado por un gran número de cabëng —de nosotros mismos—, pero fueron reducidos por las masacres que perpetraron los visitantes. Otros,
+Al verse invadidos por los blancos,
+muchos de ellos subieron al cielo
+por las espirales de humo de una hoguera
+siendo las estrellas
+los resplandores de sus ojos[5].
+Gracias a la forma de vida de nuestros antepasados, hoy podemos afirmar que aún vivimos con una gran gama de aspectos que hacen parte de nuestra identidad, todos ellos heredados a través de la práctica de la tradición oral. Estos nos permiten presentarnos en este nuevo siglo como un pueblo lleno de grandes valores mediante los cuales podemos entender, practicar y enseñar los principios naturales de respeto, unidad, identidad, reciprocidad, autonomía, que representan para nosotros los pilares sobre los que descansa el mundo camëntá, la vida de nuestro pueblo.
+Los sabios antepasados camëntá cumplieron su tarea de entender, practicar y enseñar la vida de nuestro pueblo. Sus pasos marcaron la huella profunda, y con el transcurrir del tiempo se constituyeron en pilares-principios; durante miles de años han sido la columna vertebral de la convivencia del pueblo como pueblo: como un solo cuerpo que no se puede desmembrar, que no se puede desintegrar. Como muestra de ello —de la sabiduría en esa visión de la vida— aún hoy existe el pueblo Camënt
á, lleno de incontables valores que nos han permitido vivir como un tejido fuerte, urdido y tramado con fibras salidas de la relación entre hombre, naturaleza y Universo, fibras que llamamos pilares-principios naturales.
+Como herederos de la sabiduría de nuestros antepasados nos corresponde asumir la tarea de entender, practicar y enseñar esos pilares-principios naturales con la responsabilidad y el compromiso de preparar el lugar sagrado en donde vivirán nuestros hijos, y los hijos de ellos, como un solo cuerpo, como un solo pueblo que cultive los valores que lo identifican como tal.
+Ahora pido permiso a nuestros sabios antepasados camëntá, a mi pueblo, para tomar la palabra y compartir a través de la poesía una mínima parte de esa gran riqueza cultural que todos los camënt
á hemos tenido la fortuna de heredar, gracias a que aún existen nuestros mayores, «biblias hablantes», guardadores de las experiencias de sus abuelos y de su propia experiencia vivida junto a nosotros.
+[5] Palabras del taita Alberto Juagibioy. Tomado de Bonilla, Víctor D. (1969). Siervos de Dios y amos de indios. Bogotá: Tercer Mundo.
+Juahscon buashinÿinÿanbe Mamá
+Atbe bembbiam
+Chëté sënján tëjaján…
+chë tanguá niñëëng
+chë celoca orquideushangá jtsaitëmiám.
+Nÿe canÿeshá
+nderado,
+atbiam enjobatmán
+jinÿinÿiyám cabá nduantefjon or
+acbe bominÿ;
+chë mallajt betiyëng tejan tsoyn
+chë versiay shloft enjetsichamo:
+«Cháendmën, chë cachenta betiyent
án onÿnaná
+cochtsábobiamnay
+yëbsán chauntefjonam».
+Tima Aty Zarkuney, «Madre de la fertilidad de la Luna».
+A mi hija
+Aquel día caminé por el monte…
+los leños viejos
+escondían las orquídeas en el cielo.
+Sólo una
+esperaba mi visita
+para mostrarme en sus bellos colores
+tus ojos;
+mas al fondo de la espesa montaña
+el pájaro cantor decía:
+«Ella es el brote de una planta de esta tierra
+abónala,
+para que mañana florezca».
+Shinÿbe Espíritbe añem
+A mi hijo
+Acbe espiritbenta tëcuinÿjëng montseversia.
+Mo ilëjëng acbe beta
ent
an ftsetëqjancá
+corent tarëmbuan jtsabaibuayeynaycá.
+Icobuajón juabnënguenta yeniñ
+Condobocha y condobocha tojiybinÿna or
+boachan añem cmondat
etnayec
+ainán jashenoican añem cnatetay.
+Cbochanjonÿinÿiy, cbochanjabojaj acbe stjenash
+sëntsebo binÿ ndoñ chaondëtsambañam.
+Tiemp endochnëjuan y jungumiasha cmonduabocha
+benachëng echanjoshjang cmochanjofj jabuachán jtsanám.
+Chëté acbe taitang ndoñ canÿeng chamondoquedám
+cmochantsëtsbotj acbe shinÿe tëcuinÿëjëng.
+Acbe espirit ochantsatatjëmbambná
+nÿe ntam at
beng imuamancá chantsatonÿay.
+Shinÿe acbe benach endmën bid jtsebomnam
+acbe otjenayan acbe Pueblo.
+Shinÿe Gunney, «Fuerza del espíritu del Sol».
+A mi hijo
+Cantan los rayos de tu espíritu.
+Hilos dorados desprende la casa de tus razones,
+anuncian sabiduría.
+Creces y creces en cada amanecer
+con la fuerza de cada fragmento de sol hecho maíz.
+Te abrazo con mis ojos
+entretejo mis dedos entre tus cabellos,
+quisiera evitar que el viento se los lleve.
+Junto a él tus alas crecen;
+llegarán caminos invitando tus andares.
+Ese día, para no quedarnos solos tus taitas
+cortaremos tus cabellos.
+Guardar la esencia de tu espíritu es el mandato;
+la tradición de los míos será mi consuelo.
+Shinÿe, tu destino es la vida,
+el sueño, tu pueblo.
+Taitá,
+¿ndayá chë bominÿ yomn?
+Uaquiñá, chë bominÿ
+endmën endbetsabocán uantefjëshangá
+chë ainanoca luarocan.
+Taitá,
+¿y chë tseiy uant
efjëshangá
+chë betiyentashangá
+ndabe ainanentashangá iuamn?
+Uaquiñá,
+enduamn canÿe Taita ya tojachnëngbeshangá.
+Taitá,
+¿y cha yojuajen
+uantefjëshangá chabe ainanoc?
+Aiñ uaquiñá, chcá endmën.
+Taitá,
+¿y at tsatjobenay
+atbe ainanoc uant
efjëshangá jtsabojenán?
+Aiñ uaquiñá
+acbe bominÿ endmën chë tojtsabocán uantefjushangá
+cmontsemn nÿetscaté jtsabueqjnayán
+as chiñ chamuinÿam
+tabá iuinÿnan acbe ainan.
+Taita,
+¿qué son los ojos?
+Hijo, los ojos
+son las flores que brotan
+del jardín del alma.
+Taita,
+¿y esas flores amarillas
+de ese árbol del alma
+de quién son?
+Hijo,
+son de un taita que ya caminó.
+Taita,
+¿y él cultivaba
+flores en su alma?
+Sí, así es, hijo.
+Taita,
+¿y yo puedo cultivar
+flores en mi alma?
+Sí, hijo,
+tus ojos son el brote floral
+y debes regarlo cada día
+para que miren en ellos
+el color puro de tu alma.
+Teojtsenoshecy ingacá
+catbet ibet tojtsemna or
+jeninÿenam contsobecocná
+chë ntam yomncá espejoc.
+Chabe jobiañ ndoñ quenatsbomn lunarëng juinÿnanam
+cha echandbetsan y mo ftsestoncá cmochantsibión;
+cochanjobatm acbe yebnoc
+cochantsentënÿay ibetoy jobuertanam
+Canÿe té masque cochantsebo
+ndoñ quecochatobenay acbe benach jajbanan
+cha cmochantsobatmán
+chacotsëstonam
+as cochanjinÿ acbe cuerp espejcá inyná yomna.
+Cada paso que das
+en la noche de luna llena
+te acerca al encuentro
+con el espejo plateado de la realidad.
+En su rostro no tiene lunares que la marquen;
+ella camina, sientes que te persigue,
+detienes los pasos en tu choza
+evitando dar el giro de la oscuridad.
+Algún día, aunque quieras,
+no podrás detener tu camino;
+ella te estará esperando
+para que sigas sus pasos,
+y verás que tu cuerpo es plateado en realidad.
+Los ojos nunca se cansan de mirar
+y cuando se vuelven tierra
+o cuando los volvemos cenizas
+siguen mirando
+desde el alto cielo azul.
+Otros divagan vigilantes
+por los caminos de nuestro territorio
+alumbrando como minacuros[6].
+[6] Del quechua ninakuru: luciérnaga. Nina: fuego y kuru: gusano. Literalmente «gusano de fuego».
+Lemp bëngbe cucuateng tmojtseban soy
+espirit camëbomn.
+Bid canmën nÿe bëts atëfniñ
+cacha echandbetsomñe or
+y chë jesëshëconam benach
+bëng ntam momnëngcá.
+Temp tonday quemënjatsmënëng
+y mënté guarang cucuateng mondbojajuan
+bëngbe cuerp.
+Yëts chë bëts atëfjniñ
+at ndocnayec echantsayebuach.
+Atbe benach catsjabojat
é
+canÿe luar ndayent bid
+y espírit chabotsemn
+sempr canÿe cuerp.
+Todo cuanto nuestras manos palpan
+tiene espíritu.
+La vida es sólo el abismo
+entre el estado natural
+y el camino de vuelta
+a nuestro estado.
+Antes no éramos nada;
+hoy miles de manos palpan
+nuestro cuerpo.
+Mañana el abismo
+gritará mi ausencia,
+habré emprendido el camino
+hacia el lugar donde vida y espíritu
+por fin sean para siempre
+un solo cuerpo.
+CANŸE
+Chabiam, nÿe ndëmocna or quemochandbatencuentay
+nderado uantsëyamb
+nÿe nderado nda tojoban or
+chabe tsëm benach jabuayenam
+camëntá yent
ang ndoñ tiemp quemnatsbomn
+chabiam jtsoyebuambnayam
+nÿe jtsejuabnayán, jtseyebuambán y bid jabemán
+tojopodentscuan.
+UTA
+Chabiam tmojoyebuambá
+mochantsechembuan
+nderado mochanjebtsebiat.
+Corent uatján benach jishacham
+chë nduabuatm luaroy
+chent anteung mondëtbiaman
+mondochnang, mondóyejuang
+chë natjëmbanac, er chemnaisashjach
+chemnaisinÿen benachënguiñ
+chë jachañ, chë tejan
+hasta que chá chabe cucuat tbojat
etá.
+¡Jobanán, jobanán!
+Er cucuat tbojat
etá
+ndáya tcojtsebo chamuaysëshëconam
+bëng ntam imojamncá
+ásna
+¿ndáyec cuantsauatj?
+Quem uábeman
+endmën binÿbe oyebuambnayán.
+Quem uábeman
+endmën chë nduantebjon camuent
á matëng;
+chë botamán inÿnentán chë uanguët
an jobocnan
+y jotbayán chë juatsbuañ oboyejuayëng.
+Y chë chabe ainanoy endbetsabuajón
+chë nguentsián jatmenam buiyesh
+tojashjang jamám mo enbobonshanat ca.
+Quem uábeman
+endmën chë uantefjëshangá uabain
+chë botamán uabeman botamán jtsinÿnananán
+jtsesayán anteu y tanguá niñëëngbe bid.
+Quem uabemán
+endmën chë shayenán buiyesh mëntescam
+yëbscam o nÿetescam
+chë uatecmëng mochanjashjajn,
+mochanjotmenang y jtsoñëngan binÿiac oboyejuay.
+La poesía
+es el viento que habla
+al paso de las huellas antiguas.
+La poesía
+es un capullo de flores hecho palabra;
+de su colorido brota el aroma
+que atrapa a los danzantes del aire.
+En sus entrañas guarda
+el néctar que embriaga al colibrí
+cuando llega a hacer el amor.
+La poesía
+es la magia de las orquídeas.
+Sus bellos versos hechos colores
+se nutren de la vida pasada de los leños viejos.
+La poesía
+es el fermento de la savia para cada época;
+los mensajeros llegan, se embriagan y se van
+danzando con el viento.
+Uaquiña, tonjayán Bëtsa Taita,
+quem luare docná bacna soy
+ÿëtsca cotsinÿe cochtajabuache vid jonguanguán
+nderad tsëmanocan o tsëjuanocan
+chocán o mocán vinÿia tonjatashjango
+betiyetemëng cucuate cochjatat
etaye
+y chëngbesoy lopt
etema ëndëtsotobemañe
+y entsobonjuá choy y moy.
+Mas jetiñe juatsbocán cuashtema entsobuajuá
+entsebueque chë betiyetemëng
+cojtsechëcuacuaye chë lopt
etema
+empás vinÿiabe uajuendayá
+y ÿetscanga motse versiaye y motse oboyejuaye.
+Ÿetscanga ëndetsomñe cattanga
+bëngbe Tsebatsana Mamatema tmojobinÿanang
+chëtemëng acbiama cuaojtsemna
+y aca cojtsemna chétemëngbiama
+cheng nac acbiama ëndetso vuertan y ëndetso versiaye
+nderad cochjanatëjëmbo acbe biyá.
+Hijo, me decía el abuelo,
+en esta vida nada es malo,
+todo lo que miras en lo natural te ayuda a vivir;
+cuando el sur o el norte
+el este o el oeste soplan,
+el danzante del viento abre sus manos
+y sobre sus brazos se posa el colibrí
+dejándose llevar por el vaivén.
+Más tarde, los cántaros del cielo
+riegan el cuerpo del betiye
+mojan el plumaje del mensajero
+calman la sed del viento
+y juntos hacen danza y canción.
+Son hermanos,
+retoñaron en algún lugar de la tierra;
+ellos te pertenecen a ti y tú a ellos.
+Para ti también hacen danza y canción,
+pero tal vez estés olvidando tu lengua.
+Ndoñ cuatjenóbochm
+chë ngmenán uániyac
+cmochandëbuichlimpiay
+y chë ndegombr soyam, jtaná cochandmën.
+Joachnam endmën tiemp y luarëng.
+Mobeconá mab atbe juachac, at
eftac
+shinÿoc ratotem bochjabuach
+bëtstaitá bochjonÿay
+chaoyebuambá.
+Cochjuambañ bontay niñá
+juibiacjayam cha endëtatëmb.
+No te vistas
+con el manto de la nostalgia.
+Hará que se agüen tus ojos
+y serás ciego frente a tu realidad.
+Llorar tiene sus tiempos y sus lugares.
+Acércate, ven junto conmigo,
+visitemos por un momento la tulpa,
+dejemos que del abuelo
+broten sus palabras.
+Llévale de regalo leña fresca,
+él sabrá consolarla.
+Tsanán endmën atbe jashjanguan
+temp ndocnaté chca cheaisesenté.
+Temp ndocná quetsjatsmën
+er ntam tsjamncá sënjamn;
+Canÿe té tconjam chauafté
+bid chauafté,
+sempr sëntsebo jtsaftiñam
+enterdí y nÿets ibet;
+sëntsebo jafchecuacuayam juashcón tojtsniñ
+y jëtsprescuam tojtsatëshënÿana or
+y nÿetsto orsca shinÿ.
+Tsmënasn, sëndmën uaftén
+atbe jobayán
+bayté or chaosjang
+ba uatëng
+ndoñ chaondobá chë tëshinÿnoy ontsambá benach
+bënoc chaotsemn jisësheconam
+ntam tsjamncá jtsatsmënam.
+Vertical forma de la presencia
+nada, era el estado natural.
+Un día hiciste que lloviera.
+Durante el día y la noche
+he de mojar el caminar de la luna,
+refrescar la luz del amanecer
+y el sol de mediodía.
+Si soy, soy lluvia.
+Que mi escampar
+tarde muchos días,
+muchos años;
+que sea lejano el camino que me lleva de vuelta
+a mi estado natural.
+Csonguebofnáy nguëntsian.
+Atbe yebnent
a chashjoc
+tbemanán chanjobatm acbe ntayanán;
+acbeoboyejuay jongumiashac
+ndánac atbe yebnent
án
+echanjonguefjuá y ndoñ queochtisëshëcon;
+acbe cuerpo bonguan tojtsemna or
+canÿe bëtachján yentá
+jochnam echanjachjang
+acbe nguëtsaec cochantseversiay
+cochantsechembuan uaftén
+fchend celocan jtsetëquëcjanán
+atbe yebnoy cantamashëng
+nderado atbe Mamá nando
chiy
+mënté ndoñ mas matoboyejuan;
+onÿay tempsca nguëntsián, cochtisaboy
+mas jtsetatëmbuan sëntsebo
+csonguebofnay acbe benach
+acbe jongumiasha inÿetá entsoboyejuá
+canÿe e
ón chaonÿnam;
+ndoñ matsversiay acbe nguëtsa
+bonguán chaotsemn acbe cuerp
+csayejuay onÿay Temp
+atbe Mamánac
+entsebo at
eftac jotbemam
+jobatmam acbe ntayanán.
+Rompe el aire, Kinde.
+En el patio de mi casa
+sentado espero tus anuncios;
+danzando tus alas
+alguien de mi casa
+volará el viaje sin retorno;
+suspendiendo tu cuerpo
+los pasos de un caminante
+brindarán su estancia;
+cantando tu trompeta
+llamas diminutos cristales del alto gris.
+Debo entrar a mi rancho,
+tal vez mi madre esté llorando;
+por hoy ya no danzarás más.
+Colibrí de verano, vuelve,
+quiero saber más.
+Aletea tus pasos,
+danza con otro ritmo tus alas,
+florecerá un retoño.
+No cantes tu trompeta
+suspende tu cuerpo
+disfruta del verano;
+también mi madre
+quiere sentarse conmigo
+a esperar tus anuncios.
+Sëndetatëmb nda icomnán.
+Cbochandbinÿ
+biajiyiñ;
+chë uabouán inÿniñ luar
+tëmiëng ba soyëng
+jinÿanÿiyán chë botamán soyëng
+chë enojuabnay ocnayán
+chë juabjabinÿnan, chë jochentán
+chë inÿe luaroy javiajian
+chë luarent mondbojanÿá
+nÿetsca ndegombr soyëng
+chë luar tonday
+quenatopodén jaitëmián
+quenatopodén ndoñe ca jayanán
+chë luar lemp
+endopodén jtsetatëmbuán
+chë luar jtsotatëmbuán
+choy sënjaviajiá y tëcbonjinÿ
+lemp ntam sënjinÿcá
+chë biajiñ
+jatetayán obenán, tat
embuán y jtsabuatmán
+ndoñ quetsatobén jauyanán
+nÿe sëntsebo chacotsetat
ëmbuam
+cbondbetsonÿay.
+Sé quién eres.
+Te he mirado
+en el Yagé,
+en el mágico mundo colorido.
+La geometría borracha
+ha mostrado las figuras perfectas,
+el sueño pensado
+la alucinación, el tránsito
+el viaje al otro mundo
+donde reposan todas las verdades,
+el mundo donde nada
+se puede esconder
+donde nada se puede negar,
+el mundo donde todo
+se puede saber.
+A ese mundo he llegado en mi viaje
+y en mi camino tu imagen he visto.
+Todo lo que he mirado
+a través de la guasca
+que da poder
+no te lo puedo decir;
+sólo quiero que sepas
+que te he mirado.
+Ndayas cotsejuabná.
+Taitabiam uatján jtsebomnán
+endmën respet, tatëmbuá yomnam
+chabe obenanam;
+Taita Yagé boyabasa endmën
+tatëmbuá endmën y nÿetscang echantsabuayeynay
+tatëmbuá endmën y nÿetscang echantsanÿanÿnay
+tatëmbuá endmën y nÿetscang echantsabuajënÿa
+tatëmbuá endmën y nÿetscang echantsacontsejay
+tatëmbuá endmën y taitá endmën
+bouyaná endmën, chiyec
+tonday jinÿinÿiyán ni jabuatëmban
+cortisio y respetam jtsichamuan.
+Tatëmbuá y chabe juachac ntsemncá
+jtsetatëmbuan ndayá cojtsejuabnán
+y chiyec chaftac cojtsemna or
+cha cmochantsebnatsan, cmochantsebuatëmbay,
+cmochantsebojanÿá, cmochantsecontsejay,
+cmochantsebuayeynay o nÿe cmochantsonÿay.
+Cuál es tu intención.
+Taita Yagé es hombre,
+es sabio y a todos orienta
+es sabio y a todos guía
+es sabio y a todos cuida
+es sabio y a todos aconseja
+es sabio y es taita;
+es celoso y por eso
+no te muestra ni te enseña nada,
+te exige tranquilidad y respeto.
+Él es sabio, y mucho antes de que estés junto a él
+sabe cuál es tu intención;
+cuando estás con él
+te guía, te enseña, te cuida,
+te aconseja, te orienta
+o simplemente te deja.
+Loin be oboyejuá
+¡Ah Taita Yagé!
+Taita, tatëmbuán nduiñ
+corent uabuatmá, tatëmbuá
+boyabasa condmën, tatëmbuá condmën
+betiy condmën, yentá condmën
+uáman biaj jtsetatëmbuam
+uabouan biaj
+más chëcoy jonguefjuan
+más mëntoy jesëshëconán
+anteu bidëngbe luar
+chë bidëng ndëmocán bemnán.
+¡Ah Taita Yagé!
+mënté copal chanjam y chanjátbana
+palo santo chanjanguang
+niñ y ngon canÿeor chanjám
+insiensoc
+ac Taita acbe viajiñ
+jatjëmbambayam sëntsebo.
+¡Oh, Taita Yagé!
+Gran taita dueño del saber,
+eres hombre
+eres planta, eres gente.
+Planta sagrada de la luz
+bejuco mágico,
+cantando vas al mundo de vidas pasadas
+con canto de loina danzas
+con viento de guaira vuelas
+con tu espíritu vas buscando.
+¡Oh, Taita Yagé!
+Hoy hago humo y recojo copal,
+busco palosanto,
+hago fuego y camino a la vez
+con incienso;
+a ti, Taita, en tu viaje,
+te quiero acompañar.
+Bien cochjouena ca atbe taitá echanjayán:
+Chë fshantsoy cochanjashjang
+chent cmontsobatmán.
+Er nÿe chent, che luarent
+otjaná cactsemn;
+nderado canÿe soy chë luarëng tcojoyená
+ndocná tëcmonjofjcá
+bacna soyec chë fshantsiñ fjenobuiycá
+er corent uámaná
+y cochanjameng
+chë buiÿesh jtsendbemam.
+Nÿe ena chenta oyenëng, jtsababiayan;
+cochanjoyentjué
+ndoñ tëcmonjachembuent.
+Presta bien atención, dice mi taita:
+Debes llegar a la tierra
+donde te esperan.
+Si alguna vez pisas lugares
+sin que nadie te haya invitado,
+habrás violado la inocencia de esa tierra
+porque es sagrada,
+y te habrás sumergido
+para envenenar el agua
+que sólo a los que allí viven baña.
+Te habrás inmiscuido
+en lo que no te concierne.
+Inÿe luaróca yentang quematsmënënga
+jtseboán bid jëftsebomnam;
+ndocna luarenta yent
ang quematsmënëng
+yëts mochantsuenan jtsichamuan
+Bëng tsënjamna ca;
+ndoñe inÿe luarëngocan Puebl shjajnëng
+bëng camuentëng fsëndmën yent
ang
+puebl fsëndmën.
+Fshants jashenoiquentan onynanëng
+quem luarenta oyjuay
o
ong
+taitang tojëftsayent bashejuán
+uáman luar uaishanÿang
+uaishanÿang y enyeonan yentang.
+Chë luar enangmen Puebl
+bëngbe báseng
+oyejuayëng y quetsomñëngcá chamuetsiyenam.
+No somos gente de mundo ajeno
+con anhelo de seguir viviendo;
+no somos gente de territorio
+de quienes mañana se escuche hablar
+que nosotros fuimos.
+No somos pueblo venido de otros lugares,
+nuestras raíces son de aquí.
+Somos árbol-hombre, somos gente, somos pueblo,
+nacidos del fondo de la tierra,
+árboles caminando por el lugar
+heredado de nuestros taitas,
+gente cuidando la armonía y equilibrio natural,
+pueblo construyendo la casa
+para que nuestros hijos
+vivan felices y de manera natural.
+El niño sol corre adolescente,
+quiere alcanzar a la luna.
+La niña luna danza coqueta
+esquiva los brazos del sol.
+A veces, su Madre
+se entromete en sus encuentros,
+no quiere que se lleven a su hija,
+se quedará sola en la oscuridad.
+[8] Shinÿ es «el dador de la luz en el tiempo», y Juashcón es «de aquello que nos da la vuelta y luz» —respectivamente: Sol y Luna—.
+Esas plumas que lleva el taita en su corona
+me hicieron pensar en la muerte de un guacamayo.
+El taita, que caminaba distante de mí,
+se acercó y me dijo:
+«Yo no lo maté
+lo recogí en el salado de los loros,
+fue mi ofrenda
+para adquirir el poder de adivinar el pensamiento».
+Luego se marchó.
+Chaojuamënt
entscuan chandëbëtachjan
+betsca jtsanan ondmën
+pero uenán chandán
+nÿe chanjashjango
+ndémocnaor tojtsemnor.
+Masque chacobatman
+bëtscá y bëtscá soy
+masque jetiñoy chëjashjango
+y chë luarent ndocná taicochatsmën nÿe cbëyán
+ndocnaté quechaisashjango
+pero pront chanjashjango
+pont ora chaojtsemna ora.
+He de caminar hasta el cansancio
+y aunque tengo afán
+no aligeraré mis pasos,
+solamente he de llegar
+en el momento preciso.
+Aunque te deje esperando
+muchas y mil veces
+aunque llegue tarde a las citas
+y el lugar esté lleno con tu ausencia
+solamente te digo
+que nunca he cumplido
+pero he llegado siempre
+en el momento indicado.
+Cabá enduinÿnanán tempsca benachëng
+ndocná anteu anánac;
+sëndënguá che inÿniñ
+chë inÿniñ tmojaninÿnanang
+chëngbe shecuateng
+mojanang, chëngbe otjenayiñ mojëbtsanbet
+mëntacnaté ndoñ ndegombre soy;
+choc sëndënguá
+ndayent
mochandbëyán tmojinÿán,
+ché ndocná ndocnentán sëntsnÿá
+itëmná base betiyetem stëtoy
+chë base oyebuambnayán tjëmbambnayá
+atbe ndëyebuamb matscua
tojachnëngo or;
+chëng jtsichamuan
+chë ibetëiñëján tmojtsachnëjuana or
+jouenán chë inynayánbe oyebuambnayán jtsichamuán
+bëngbe entangbe uaainán
+chë otjenayocán tojanobocn versiay soy
+chë anteusca anán;
+ntam jtsetat
ëmbuán nday otjenayán imomnán
+er tempsca biyán
+tmojtsoñ chë oyebuambnayanac.
+Aún quedan los caminos de ayer
+sin los pasos antiguos.
+Busco los signos
+en las huellas dibujadas por los pies de aquellos
+que caminaron llevándome en su sueño.
+Busco allá
+donde me dicen que los vieron,
+sólo veo la soledad de la soledad
+escondida tras los arbustos del misterio
+acompañantes de las voces que susurran
+al paso de mis oídos sin idioma.
+Ellos dicen
+que cuando pasan por aquella oscuridad
+escuchan las voces que pintan y repiten
+los nombres de nuestra generación
+en el canto inventado desde el sueño
+de los pasos antiguos.
+¿Cómo saber qué sueño somos
+si las palabras antiguas
+se han ido con sus voces?
+Atbe Pueblbe juabna
+endbomn atbe bëtstaitabe t
abe anán
+tam tojobenacá endán;
+quemuanÿe juabn
+otëjajonán endá
+uantamen shecuachëtjonëshec
+endán shecuatec uabiamnay
+chabe canÿoy ndajuachen beta
ec
+y chë jabuachán ntsetatëmb benachëján
+montsanachá;
+nÿe sëntsebo jenonÿam
+cachiñ acbe bominÿiñ bëtstaitá;
+nÿe sëntsebo
+atbe bominÿec jotsejcuayán acbe jobiá
+liniëjënguiñ jualian
+tiemp tojochënëng y tbojëbtsentabshjón
+atbe shecuat
ec juabemán
+nÿe canÿe uinÿnanán inÿóc
+quem bidambe parlo.
+La historia de mi pueblo
+tiene los pasos limpios de mi abuelo,
+va a su propio ritmo.
+Esta otra historia va a la carrera,
+con zapatos prestados
+anda escribiendo con sus pies
+sin su cabeza al lado,
+y en ese torrente sin rumbo
+me están llevando.
+Solo quisiera verme
+una vez más en tus ojos, abuelo.
+Abrazar con mis ojos tu rostro,
+leer las líneas
+que dejó a su paso el tiempo,
+escribir con mis pies
+sólo un punto aparte
+en este relato de la vida.
+Bëtstaitá,
+mënté binÿnayán tojoshjango or
+atbe juabnëngbe yebnoy
+cbotjá:
+¿ndegombre tojtsemn
+atbe otjenayán
+ndoñ acbe otjenayánmanjobán?
+Cach sëntsebo jacuentam
+atbe otjenayiñ at
be
o
ong montsemn
+acbe juabn chauisomnam.
+Mor cbotjá:
+¿chiñ
+quectsonÿá acbe ndegombre otjenayá?
+Abuelo,
+hoy que la luz llega
+a la casa de mis razones,
+te pregunto:
+¿Será que al hacer realidad
+mis sueños
+no estoy matando los tuyos?
+También quiero contarte
+que en mis sueños están mis hijos,
+prolongación de tus raíces.
+Te pregunto ahora:
+¿Ves en ellos
+la realidad de tus sueños?
+Chë inÿnanán chë shëcnëjiñ
+atbe Mamábe juabn enduasmán;
+atbe juabnoc mor tonjushjang
+quem uanguefjnayëshocán
+endán fjants obeshëngbe juatsbuacá
+canÿe uajuinÿanëshá mojat
etá
+echantsafsan
+fshantsoy tojuatsëmantscuan
+chent
montsobatmán
+as sënjenojuabó
+atbe Mamá enduambá
+quem luar chabe bominÿiñ;
+at, nÿe sëntsabuatm
+chë inÿnanay soyëng.
+Esos colores apretados en la mochila
+cargan con la inspiración de mi madre.
+Llegan a mi recuerdo ahora,
+cuando desde este pájaro metálico
+caminando sobre el lomo
+de ovejas blancas,
+me regala un azul
+que se desvanece
+mientras desciendo a la tierra
+donde me esperan.
+Pienso entonces:
+mi madre anda llevando
+el universo en sus ojos.
+Yo apenas distingo
+los colores.
+Quem base oyebuambnayán vinÿ endiybó
+endabó ndayëntán at
be Taita
+chabe oyebuambnayán tojebtsanjé
+atbioy joshjanguán
+atbe anán endbetsan
+chabe canÿoy ndauachén beta
ec;
+masque ndocná
+atbe Taitá, at
be Taitá echandesomñ
+y chë buertananoc chaojtsa or
+ibetoy benach
+vinÿ ochantëtsbuayená
+atbe ainaniñ t
abe soy tojashajon.
+Estos susurros que trae el viento
+vienen del lugar donde mi padre
+sembró su voz;
+llegan a mí
+cada vez que mis pasos andan
+sin su cabeza al lado.
+Aun en su ausencia
+mi padre seguirá siendo mi padre,
+y cuando doble la loma
+camino a la oscuridad,
+el viento me estará recordando
+que hay cosecha en mi corazón.
+Ba soy atbe juabnëngbe yebnoc
+mochanjabuach ftseng juabnëng
+y chë yebn chandboitanent
+chandbonta enojuabnayán
+y nÿe chanjayán cha ndon at quetsatsmën;
+inÿ or, cachcá ba soy
+atbe juabnëngbe yebnoc
+ochanjont
abuach jashcocoyán
+juinÿinÿán iñesh
+y chë yebn chandboitanent
+ochanjuayán, cha ndoñ at
quetsatsmën.
+Quem biaj endmën ngmenan jashnam
+sënjiyëb chacobem.
+Chiñ cochanjinÿen juabn jtayenam
+ndëcuentay juabnëngocan mochantsoyebuambnay
+mochantseversiay acbe cuerpo uajuinÿaneshá benach chauishacham.
+Jubiá inÿoca yentacá cochantsinÿn
+cochanjá va luarëngoy, ndëtatëmb soyëng cochanjuabuatman
+canÿe taitá, canÿe mamá.
+tbemanan mochandobatmán ebnatjëmbay luaroc
+bëngbe bëtachjanam mochandobatman.
+Tëntnan cmochanjuanats ndotat
ëmb luarëng tmojëbtsalcansangoy
+cochandan betiyëng y bayëngbiñ bojabuachá jtsemnam
+cochjatbana acbe espirit tcmojauyancá
+cochjacochuenan benach jtselimpiam.
+Botaman jtsebëtachjanam espiritbeyec
+Acbe shecuat nÿe echantsan.
+Esta es la planta que cura el espíritu agobiado
+la traigo para que la bebas.
+En ella encontrarás el refrescamiento de la memoria
+voces susurrando desde el interior de tus secretos
+cantos envolviendo tu cuerpo hacia el camino interno de la luz.
+Verás tu rostro transformado en la energía que desconoces
+irás a los rincones donde yacen escondidos los secretos de la vida;
+un anciano, una anciana
+aguardan sentados en el rincón del olvido,
+pacientes esperan por tus pasos.
+Tenderán sus manos para guiarte a las fuentes de donde bebieron los secretos de la vida
+caminarás entre plantas y animales que dan poder y resistencia
+tomarás las que dicte tu espíritu
+rugirás para limpiar el camino.
+El equilibrio de tus pasos lo sostiene tu espíritu.
+Tus pies sólo caminan.
+Uaquiñá, catëntsabnëtjomb ndayentan tcmojauabayan, shinÿaquent
an
+chiyec shjoijan condënguá sësnam jtobonÿanam.
+Maisëshëcon,
+muent motbem taitabe oyebuambnayan endovuertan.
+Chë unga ndëtbeng matejay, chëbeng shtëcanoy mondëbuajon anteu versiayan.
+Jatënÿañ mabajtot, cochanjuinÿen acbe mamá tcmojanbochm bejata.
+Hijo, abandonado está el fogón de donde desprendiste tu nombre
+mientras con frío buscas abrigo fuera de tu propia energía.
+Regresa,
+siéntate en el círculo donde las palabras del abuelo giran.
+Pregúntale a las tres piedras, ellas guardan silenciosas el eco de antiguos cantos.
+Escarba en las cenizas, calientita encontrarás la placenta con que te arropó tu madre.
+Taita
+quemui atbe ainanoy echanjomashëng
+ochanjinÿinÿiy acbe plumushangá
+Plumufjangañ sëntsonÿá va taitangbe jobiá
+inÿeng mondovuertan, inÿeng mondëversia, inÿeng mondëngouá, inÿeng mondashena,
+inÿeng mondobcuá
+inÿeng mondautatgná ftseng soyëng chenach mnetsanëng.
+Choc más jashenoc
+sëntsënÿa boyabaseng, shembaseng y báseng
+cucuatëngac
montsechembuan
+sëntsënÿa atbe cat
atang
+sëntsënÿa atbe
o
ong.
+Taita, sëndënguá, sëndënguá y ndoñ ntenonchenan
+ëntsesenten ngmëmnayan nÿets cuerpiñ
+y ndoñ quenatësertan
+shënÿoc tbemanan acbe versiayan sëntsuenan.
+Taita,
+esta pócima que invade mi alma
+me hace ver tu cuerpo emplumado.
+En cada pluma veo el rostro de muchos ancianos:
+unos danzan, otros cantan, otros soplan, otros curan,
+otros chupan,
+otros ahuyentan siluetas negras que rondan sus pasos.
+Más allá, en el fondo
+veo hombres, mujeres y niños
+que con las manos me llaman,
+veo a mi padre con su wayra
+veo a mi madre con su cascabel,
+su pelo blanco hablando de un largo camino.
+En una vasija ferviente
+veo a mis hermanos
+veo a mis hijos.
+Taita, busco, busco y no me veo.
+Siento mi cuerpo temblando de frío
+y no entiendo,
+si sentado junto al fogón escucho tu canto.
+Anteo shinÿac juachañ
+acbe shtëcan anan y acbe fjants stënash
+ngonac mochanjenajuabá
+mo ndocná ftsemncá, bëtstaitá;
+ta jesetset
an jtsetat
umbuam
+er cadaté
+jtsanan mas becoñ
+acbe bid chauashbiam;
+y chë sbarucuiñ
+ndayent
conjëbtsebuatëmbá
+buachan jatbanam
+acbe biyan sëntsaiuabouantá;
+chanjanants, chanjashayená
+cadaté ndocná contsemna ora
+acbe uatëmbon
+canÿajua, canÿajua, canÿajua.
+Junto al longevo fogón
+tu silencio y tus canas blancas
+se confunden con el humo.
+Pareces ausente, abuelo.
+Cómo duele saber
+que cada día
+andas más cerca
+de la frontera de la vida.
+Y en aquel canasto
+donde me enseñaste
+a recoger la cosecha de maíz
+voy atesorando tus palabras.
+Las moleré, las fermentaré
+y todos los días de tu ausencia
+en tu nombre,
+una copita, una copita, una copita.
+Urrá tonjetsebshatajo ora
+bëts tsashenañ va yentang shentsec monjan.
+Uajuinÿanëshá tojaninÿná ora
+embera pamillang jtanëng tmojanoquedá.
+Urrá fshatajniñ otjenayán endanëntscuan
+inÿeng mondëmang bëts tsashenañ.
+Anteo cucuatëng mondonÿanëjanantscuan
+inÿe yentang ndoñ quemnatsbo
jtsemnam.
+Embera basetemëng tmojtsoachentscuan
+achetan mamangbe buacuajiñ
+ICBF tabe taitang jat
atayán.
+Bëts tsashenañ tmojtsemnëntscuan
+chenta utabnabe yent
ang
+jtëbuacnan, er ndoñ chëngbe fshants.
+Shinÿe tojtsebocanëntscuan
+chëngbe bominÿiñe ya ibetíñ jtsonÿayán.
+Ibet tojtsoshjajuanëntscuan
+quem luar bëts tsashenanënguenach
+embera uabainëng jtenatsbonjayán anteo soyënguiñe enojuabnay.
+A mis hermanos Emberá
+a su tierra de Urrá inundada
+ para iluminar los ojos
+y enceguecer el alma…
+Al tiempo que se inundó Urrá
+las ciudades se inundaron de transeúntes hambrientos.
+Al tiempo que se hizo la luz
+se quedaron ciegas las familias emberá.
+Al tiempo que flotan los sueños en el Urrá inundado
+duermen los cuerpos en las calles de una ciudad.
+Al tiempo que se extienden manos ancestrales
+los transeúntes niegan sus raíces.
+Al tiempo que lloran los niños emberá
+en los brazos de sus madres desterradas
+el ICBF les tiene padres responsables.
+Al tiempo que buscan refugio en la ciudad
+los guardianes de la seguridad nacional
+los destierran de aquella que no es su tierra.
+Al tiempo que sale el sol
+se ve la noche en sus ojos.
+Al tiempo que llega la noche
+en las ciudades de este país
+los emberá se arropan con el manto de sus añoranzas.
+Quen luar ontsatsëtsná
+chë ndëmuajan enajebanëjan tojtsemn
+atbe cat
atbe yebnent
an
ochanjichamoy
+y ndoñ quechatobenay jtotsejcjuayan
+er, endoyen chenguanoyc
+chë yentangbe yent
ayá jtobochmam
+quenëngbe leyëngac;
+chë anteungbe juabn
+echanjayan atbe taitá
+enjamn cach cabëngbe juabn
+cabëngbe biyán
+cabëngbe saná
+chca jtsetatumbuan, buachá yojamnan
+chë inÿoy jenachnëngujan;
+ndoñ quenjatsmën jenichamoyam
+ndaya jeninÿenam
+tempsca luarëng uaishanÿang;
+chë jamashënguenach
+chë buachá jtsobatmanan
+canÿe janshanac cucuatiñ;
+chë buachëng
+viajerang mojanmëna or
+shecnajoy canÿe janshan jtsambayan
+pero chëngbe anan
+tmojuinÿnaná jobonguayan jobuertanës
+jtsaiuasmanëngan
+chëngbe enangmenan buachaniñ
+bidam juinÿnanan
+cobijiyañ entsinÿnanan
+otjenayan jetsbonÿayam
+catatangbe fshantsiñ;
+chë taitang
+imojatatëmb nda chë buachá bemnan
+cabá ndashjango or
+biajiyec mnovuertan
+jayanán nda yochjashjanguan
+as corente tabe saná jua
niyan
+tabe cobijiyangác otjeneyan jëtsbonÿayan
+y botaman jeninÿenan
+taitangca jtenotsejcjuayan
+y chentan
+yejuan jenonÿinÿiyan
+biajiy jenafiyan…
+Esta geografía me está diciendo
+que las líneas dibujadas por sus límites
+me alejan de la casa de mi hermano
+y no puedo abrazarlo,
+porque vive al otro lado de la orilla
+donde la gente se viste
+con las leyes de otro gobierno.
+El pasaporte de los antiguos,
+cuenta mi taita,
+era su propia forma de vestir
+su propia lengua
+sus propios alimentos:
+así se reconocía al visitante.
+Las fronteras
+no eran líneas que separan
+eran puntos de encuentro.
+Los guardianes de los territorios antiguos
+en las entradas
+celebraban al visitante
+con un regalo en sus manos.
+Los visitantes,
+cuando eran pasajeros,
+llevaban en sus gigras un regalo de transeúnte.
+Pero si sus pasos
+marcaban la danza de la estancia
+a sus espaldas cargaban
+los frutos de su trabajo hecho maíz,
+los símbolos de la vida
+dibujados en una cobija
+para abrigar los sueños
+en la tierra de sus hermanos.
+Los taitas
+ya sabían quién los visitaría.
+Mucho antes de anunciar su llegada
+con la danza del Yagé
+predecían quién vendría;
+entonces preparaban los mejores alimentos
+las mejores mantas para abrigar sus sueños
+y armonizaban su encuentro
+con un abrazo fraterno
+y luego,
+fortalecían sus miradas
+con el ritual del Yagé…
+I
+Buachoy tmojang
+chë uanguëfshn betiyoy
+uabuanganiyá o uafchendiyá
+botaman jtsaiuajajonan
+uta cucuatema.
+Nda yotatëmbo
+ndayá imoben jamam.
+Jtsetatumbuam
+chëngaftac jotbeman
+bocoy jtsetëmoyës jencuentan
+jajañ jtsenangmenës
+o jautsëtsayan jutjen cucuatënguiñ
+chabe yebnoc.
+II
+Españoliñ tcojtseyebuambasn
+camëntá cmochantsëjuan
+ndayam cachcá
+camëntá jtseyebuambës
+camëntá cochantsetat
ëmb.
+III
+Tajsoican cmochantsonÿay
+mo chcá echantsebuashinÿinÿan
+chëngbe botaman juabn.
+Ta bosteran
+ntam betsejuabnayan jtsetat
ëmbuan
+tabá tcmojtsonÿas
+chëngbe bominÿec acbe bominÿ mochantotsejcjuá.
+IV
+Corent pacinciadëng.
+Nÿetscang jtsinÿayan
+cachëngbe e
ongcá
+mo chëngbentan cafjonÿná
+uaranguëng camëntang.
+Chëngbe palabrac jtsabuajënÿan
+chëngbe cucuatëngac jtsenangmenan
+bëngbe bid jtsaipormayan.
+Chë batang chca mondmën
+shtëcán mochandenojuabnay
+camëntacá jtsetat
ëmbuam
+cucuatemëngá jtsëbentayán
+tabá jtsamam.
+I
+Cuando van de visita
+bajo esa mantita verde
+a veces roja o azul
+se guardan humildemente
+dos manitas.
+Quién sabe
+de qué son capaces.
+Para saberlo
+hay que sentarse con ellas
+a hablar tomando chicha,
+o visitarlas con las manos llenas
+II
+Si les hablas en español
+en camëntá te van contestando.
+Inevitable,
+hablar la lengua
+es la clave del saber camëntá.
+III
+Sus miradas gachas
+guardan el brillo
+de la esperanza.
+De tanto engaño
+saben leer tus intenciones
+y si les inspiras confianza
+sus ojos abrazan tus ojos.
+IV
+Paciencia a toda prueba.
+A todos nos miran
+como a sus propios retoños;
+parece que hubieran gestado
+miles de camëntá.
+Nos arrullan con sus palabras;
+y sus manos, mientras trabajan,
+van moldeando nuestra vida.
+Así son las batás,
+silencio en pensamiento profundo,
+prudencia en sabiduría camëntá,
+manitas inquietas
+por hacer el bien.
+[10] Jajañ: chagra, el lugar donde se cultiva la vida y los alimentos.
+Ndás cuantsabobuatm chë ndosertaná ca
+¿ndoñ mondoben jualiamëng
+librëangá o betiyëng?
+Canÿeng y inÿeng
+batá y bëtscá mondëtat
ëmb.
+Bëneten
+atbe bëtstaitá tmojuant
abuaché
+canÿe librëá:
+tmonjauyan tonday condëtatëmbo ca.
+Ibetn
+shinÿoc jotbeman
+chabe cucuatiñ
+coca tsbuanach jtsebuertanayan
+uayaac jtsichamuan
+ndayá chiñ bnetsabinÿnan.
+A quién llaman analfabetas,
+¿a los que no saben leer
+los libros o la naturaleza?
+Unos y otros
+algo y mucho saben.
+Durante el día
+a mi abuelo le entregaron
+un libro:
+le dijeron que no sabía nada.
+Por las noches
+se sentaba junto al fogón,
+en sus manos
+giraba una hoja de coca
+y sus labios iban diciendo
+lo que en ella miraba.