Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Greiff, León de, 1895-1976, autor
Baladas y canciones / León de Greiff ; presentación, Otto de Greiff. – Bogotá : Ministerio de Cultura : Biblioteca Nacional de Colombia, 2017.
1 recurso en línea : archivo de texto ePUB (2,1 MB). – (Biblioteca Básica de Cultura Colombiana. Literatura / Biblioteca Nacional de Colombia)
ISBN 978-958-5419-66-7
1. Poesía colombiana - Siglo XX 2. Libro digital I. De Greiff, Otto, 1903-1995, autor de introducción II. Título III. Serie
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ISBN: 978-958-5419-66-7
Bogotá D. C., diciembre de 2017
© Hjalmar de Greiff
© 1991, El Áncora Editores
© 2017, De esta edición: Ministerio de Cultura
Biblioteca Nacional de Colombia
© Presentación: Otto de Greiff
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+DE LAS OBRAS PUBLICADAS COMO completas de León de Greiff se extractan en este libro las que denominó baladas, no siempre con suficiente precisión, así como las llamadas canciones, denominación aún más vaga. Vale la pena consignar, o mejor recordar que, como suele ocurrir en casos análogos, estos calificativos aparecen a menudo de manera muy incierta y variable. Por todo ello, así parezca un tanto pedante, vale la pena decir algo sobre lo que en la literatura, y de paso en la música, se conoce con estos nombres, que a lo largo de la obra de León aparecen a veces ceñidos a un definido sentido retórico, pero las más de ellas aplicados con franca libertad.
+Dicen los tratadistas que el nombre de balada es de procedencia italiana o provenzal, y que primitivamente se aplicó a una canción —en ambos sentidos, literario o musical— simultáneamente cantada y bailada —ballata quiere así decir bailada—. Pero posteriormente, en Francia con especialidad, la voz balada se aplicó a una composición poética de tres estrofas, cada una de las cuales terminaba con uno o dos versos que se repetían y que recibían el nombre de estribillo, en cierta manera en encadenamientos verbales al modo de los rondeles —otro término muy preciso en las letras y en la música—, estrofas estas que se cerraban con otra de cuatro versos o a veces algo más, conocida como el «envío», encabezada con la palabra «príncipe» u otro análogo vocativo ceremonioso.
+Eso fue por allá entre los siglos XIII y XV. Uno de los más grandes cultores de la balada antigua fue el grande y pequeño —un pauvre et petit escholier— que llevaba por nombre François Villon, eximio poeta y vagabundo que fue una de las primeras grandes admiraciones de León de Greiff. Posteriormente, y ya no tanto en Francia como en Alemania e Inglaterra, la balada cambió de sentido y pasó a ser una especie de poesía épica en miniatura, es decir, una narración de algún suceso legendario o histórico, género en el que fueron maestros Goethe, Schiller, Burger y Heine, entre muchos otros. De una vez por todas puede decirse que el poeta De Greiff no acogió este concepto de la balada sino que se atuvo al primero, aunque, como antes decíamos, acabó por llamar baladas a poesías que formalmente se alejaban un poco o mucho de la balada franco-italiana de la Edad Media y del Renacimiento. Vale la pena citar algunos ejemplos de una u otra tendencia.
+A pesar de que el verso en las viejas baladas de Francia solía ser el amplio alejandrino, una de las primeras baladas de León, fechada en Medellín el 15 de febrero de 1914, es en los sencillos octosílabos del Romancero; su estribillo «las manos atormentadas de las dulces prometidas» reaparece naturalmente como estribillo final del «envío», todo en el más completo y genuino remedo de las viejas baladas francesas. Igual cosa ocurre en una de las más destacadas baladas de León, la «Balada de la fórmula definitiva y paradojal», quizás el mejor ejemplo de balada al viejo uso gálico, con su estribillo que ha llegado a hacerse popular: «todo no vale nada, si el resto vale menos», aunque suele citarse erróneamente, cambiando la conjunción «si» por la «y».
+Hay otros varios ejemplos en la forma ortodoxa, más otros en forma levemente apartada de la normal, para llegar a un gran número en el cual la designación «balada» es completamente caprichosa. Un caso, entre muchos otros, sería la «Balada monódica de la ronda por el jardín», en diez estrofas, cada una de doce eneasílabos en los que la única persistencia es la rima en «al» en los versos de orden par. Y cuando llegamos, verbigracia, a la «Segunda “balada del abominario” para reír de aprestigiadas cosas y entidades o aprestigiar otras risibles según “ellos”», que nos lleva ya al mundo de la fantasía verbal de León, sin más restricción a la libertad que el aferramiento al endecasílabo clásico. Pero esta restricción desaparece en muchas pretendidas baladas. Valga un solo ejemplo, la «Balada carnavalescamente pirueteante», en la que desaparece todo asomo de estribillo, de «envío» o de regularidad en las estrofas y en sus versos.
+El lector podrá darse cuenta, por esta modesta guía, de las múltiples acepciones, válidas o arbitrarias, de las llamadas baladas en la poesía de León de Greiff. Ellas aparecen en sus obras iniciales, Tergiversaciones (1925) y Libro de Signos (1930), o sea las que él subtituló Primero y Segundo Mamotretos, y son menos abundantes en los Mamotretos finales.
+* * *
+La segunda sección de esta compilación reúne las poesías que León de Greiff escribió bajo el título de canciones u otra forma análoga. Difícil es encontrar, en la literatura y en la música, una palabra que responda a número tan grande de acepciones. En las letras van de las extensas canciones —o cantares— de gesta a las más abreviadas formas de la canción popular. Algo hay, sin embargo, en común, y es el hecho de que las canciones, desde la Antigüedad, suscitaban a la vez la recitación y la música. Ni las enciclopedias ni los tratados insinúan nada realmente específico en cuanto a la forma, en el sentido retórico. Se habla muy vagamente de que la canción está compuesta de un número breve de estrofas, de acento lírico, destinadas al canto, y del canto mismo, con lo que en épocas remotas la fusión literario-musical era aún mucho más pronunciada. En cuanto a las canciones de León de Greiff, son tan abundantes y diversas que resulta difícil, si no imposible, establecer una conexión precisa entre ellas. De modo que sus canciones bien pudieran llevar otras denominaciones, mientras que, por otra parte, bien hubieran podido ser llamados de esta manera otros poemas suyos. Prepondera en ellas el normal tono lírico, cuando no el irónico y travieso que circula en toda la poesía de León. Basta observar que en el Primer Mamotreto —Tergiversaciones— no hay ningún ejemplo del género, aunque muchos Ritmos, Rimas y Arietas podrían asimilarse perfectamente a la canción propiamente dicha, así como algunos de los rondeles. Y lo mismo se diría respecto del Segundo Mamotreto —Libro de Signos—. Como canciones empiezan a proliferar en el Tercer Mamotreto —Variaciones Alrededor de Nada— así como en el Séptimo —Velero Paradójico—, donde hay una sección de canciones, cancioncillas y otros sones, y en el Octavo —Nova et Vetera—.
+* * *
+Vale tal vez la pena, apartándonos del tema propio de esta introducción, decir algunas palabras sobre las relaciones de León de Greiff con el arte —o la ciencia— musical, al que tantísimas veces alude en un número considerable de sus poesías. Lo hace dándoles títulos de formas musicales, con tonalidades arbitrarias que suelen despistar al lector ajeno al vocabulario musical. En realidad suelen ser designaciones caprichosas, evocativas de ciertas impresiones que en modo alguno han de tomarse al pie de la letra. León nunca estudió la llamada gramática musical, ni mucho menos instrumento musical alguno. En él había una afición innata, adquirida solamente mediante la audición de artistas extranjeros o de amigos colombianos, pero muy principalmente por intermedio de los discos fonográficos, que en su juventud fueron los antiguos de ebonita, de 78 revoluciones por minuto. Su afición era grande, especialmente por los clásicos y los románticos, no tanta por las músicas muy antiguas ni por las de avanzada. Frecuentes fueron sus contactos, por ejemplo, con Antonio María Valencia o con Guillermo Uribe Holguín, y con algunos visitantes ilustres como el entonces joven Claudio Arrau, de Chile, amén de otros ocasionales visitantes. Aparte de las antes mencionadas denominaciones con expresiones del lenguaje musical, hay en sus poesías frecuentes referencias a creadores o creaciones musicales de su preferencia. Curiosamente hay un poema en el que León, de manera muy poética, nos legó una especie de credo musical pormenorizado. A este poema queremos por último referirnos, aunque no haga parte del contenido de esta compilación. Es el perteneciente a las Variaciones Alrededor de Nada que lleva el nombre de «Suite de la luna negra», dedicado a nuestro común amigo Ignacio Isaza Martínez, con clara alusión al disco de antaño, al decir: «Gira la negra luna de ebonita —sobre sí propia— y canta… y lo que canta es la música viva». En este catálogo afectivo está Schubert con su Viaje de Invierno —un canto de veinticuatro canciones inmortales, y con los Lieder el Rey de los Alisos, el Doble, Ganimedes y Ante el Mar; y Schumann y Chopin, «y de Duparc Invitación al Viaje y la Vida Anterior», y «la voz profunda de Bach, Mozart, Haydn y Franck», y los Cantos y Danzas de la muerte y Sin Sol de Mussórgsky —entonces no sabíamos que se decía Músorgsky; a quien escribe se lo enseñó Stravinsky— y el Boris Godunov del mismo, ignorando que era Barís Gadúnov. Hay igualmente una hermosa estrofa, muestra de síntesis de perfección absoluta de apreciación:
+Y, catador sutil de quintaesencias,
+gusta la mediatinta debussyana,
+pesquisidora de inusados timbres
+y lontanos acordes,
+en un dorado ambiente de calígine.
+Tras Antar y Xeherazada de Rimsky y de las danzas de Stravinsky, esta otra estrofa de también prodigiosa síntesis, wagneriana esta vez:
+Y oye en la noche, y en Tristán e Iseo,
+la voz vigía de Brangane, plena
+de lo fatal, o el corno quejumbroso,
+si no los funerales de Sigfrido,
+o el tránsito al Valhalla, milagroso tumulto.
+Y finalmente, la esperada citación de Beethoven, dios máximo en el altar de las deidades musicales en el repertorio de los afectos de León, con la invocación final: «¡Oye la voz del Sordo. Oye la voz del Sordo!».
+OTTO DE GREIFF
+A Ricardo Rendón
+La balada desolada
+de mi vida
+dolorida…
+La tristura deleitosa,
+la hermosura dolorosa;
+la ilusoria pantomima
+de la gloria
+de mi rima…!
+La alegría inexplicable;
+la ironía; la inefable
+paz de aurora de su frente
+soñadora;
+la inclemente
+carcajada de la “Intrusa”;
+la rosada luz difusa
+de mi ensueño adormecido,
+y el beleño
+del olvido…!
+La balada desolada
+de mi vida dolorida…!
+1914
+(Para sus manos)
+Las manos atormentadas
+de las dulces prometidas
+son dos palomas heridas…
+oh las manos enlutadas
+de blancuras pervertidas!
+oh las manos perfumadas
+con aromas homicidas!
+Las manos atormentadas
+de las dulces prometidas!
+Nuestras almas afiebradas,
+por esas manos ungidas
+son holladas, son vencidas…
+y esas manos son besadas
+por nuestras bocas ardidas…:
+las manos martirizadas,
+las manos adoloridas,
+las manos atormentadas
+de las dulces prometidas!
+Oh! las manos adoradas
+bien pueden ser encendidas
+por los besos: las floridas
+manos de las intocadas
+nunca serán ofendidas!:
+nuestras almas desoladas
+tienen bondades dormidas:
+oh manos atormentadas
+de las dulces prometidas!
+Señora: si mal labradas,
+mis trovas, son bien sentidas:
+por tus manos consagradas,
+tus blancas manos queridas!
+Las manos atormentadas
+de las dulces prometidas!
+Medellín, febrero 15 de 1914
+A mis hermanos los búhos como una santa palabra, como un confuso diseño, esta balada macabra.
+ENVÍO
+La luna estaba lela
+y los búhos decían la trova paralela!
+La luna estaba lela,
+lela,
+en el lelo jardín del aquelarre.
+Y los búhos decían su trova,
+y arre, arre,
+decían a su escoba
+las brujas del aquelarre…
+En el jardín los árboles eran rectos, retóricos,
+las avenidas rectas, los estanques retóricos…
+retóricos,
+y en fila los búhos, rectos, retóricos, retóricos…
+Y allí nada se vía irregular:
+los bancales de forma regular
+—cuadrados, cuadrados—
+las regulares platabandas,
+los árboles endomingados
+geométricamente, conos, dados…
+todo perfecto, exacto, regular.
+Y eran las sombras semejantes,
+y los perfumes semejantes,
+y los aromas semejantes,
+y, en medio de todo, los búhos
+decían idénticos dúos
+semejantes,
+los idénticos búhos!
+Oh jardín de mis sueños neuróticos
+donde ensueñan, cerebros caóticos
+ensoñares macabros, exóticos!
+Y los búhos tejían la trova paralela,
+y la luna estaba lela,
+y en la avenida paralela
+las brujas del aquelarre
+torvas decían: arre! arre!
+Escoba, escoba del aquellarre!
+La luna estaba lela
+y los búhos decían la trova paralela.
+—El padre de los búhos era un búho sofista
+que interrogó a los otros al modo modernista:
+los búhos contestaron, contestaron la lista…
+Y eran seis bellos búhos plantados en la rala
+copa de un chopo calvo. Y el prior agita el ala
+y al instante se inicia la trova paralela,
+trova unánime y sorda, extraña cantinela
+que coloquian los búhos ordenados en fila.
+El búho más lejano su voz de flauta hila…
+El que le sigue canta como un piano de cola,
+un otro es la trompeta, y entre la batahola
+se acentúa el violín, y todo el coro ulula
+la macabra canción que el conjunto regula.
+La luna sigue lela,
+lela,
+y sigue la trova paralela…
+Ya se ha ido la luna.
+Ya los búhos cesaron la trova inoportuna:
+el jardín ha nacido con el alba radiosa;
+el estanque palpita, —nada, nada reposa.
+Los niños triscan, triscan por el jardín florido,
+y las aves ensayan su arrullo desde el nido!
+Los estáticos búhos huyeron de la extraña
+lumbre del sol que todo lo falsifica y daña.
+Los estáticos búhos huyeron, y en su hueco,
+—oculto entre las ramas del chopo calvo y seco—
+aguardan el exilio del sol que adula y finge,
+que ilusiona y que irisa, y aguardan que la esfinge,
+—la muda y desolada y la fría— la luna,
+se venga con la noche, se venga lela, lela,
+para decir de nuevo la trova paralela!
+Medellín, 1914
+Músicos, rápsodas, prosistas,
+poetas, poetas, poetas,
+pintores, caricaturistas,
+eruditos, nimios estetas;
+románticos o clasicistas,
+y decadentes, —si os parece—
+pero, eso sí, locos y artistas
+los Panidas éramos trece!
+Melenudos de líneas netas,
+líricos de aires anarquistas,
+hieráticos anacoretas,
+dandys, troveros, ensayistas,
+en fin, sabios o analfabetas,
+y muy pedantes, —si os parece—
+explotadores de agrias vetas
+los Panidas éramos trece!
+De atormentados macabristas
+figuras lívidas y quietas,
+rollizas caras de hacendistas,
+trágicos rostros de profetas…;
+y satíricos y humoristas,
+o muy ingenuos, —si os parece—
+en el café de los Mokistas
+los Panidas éramos trece!
+Sutiles frases y discretas,
+y paradojas exotistas,
+sentencias, sólidas, escuetas,
+y jeroglíficos sofistas;
+y las mordaces cuchufletas
+envenenadas, —si os parece—
+que en el Concilio de Agoretas
+los Panidas éramos trece!
+Y orquestaciones wagneristas,
+—trompas y tubas y trompetas—,
+o serenatas mozartistas
+y sinfonías y retretas
+de los maestros exorcistas,
+beethovenianos, —si os parece—,
+que en el Salón (bombos o arpistas)
+los Panidas éramos trece!
+Y los de pluma o de paletas,
+altos poetas o coplistas,
+los violinistas y cornetas,
+en veladas aquelarristas
+—sesiones íntimas, secretas!—
+y en bodegones, —si os parece—
+en esas citas indiscretas
+los Panidas éramos trece!
+Fumívoros y cafeístas
+y bebedores musagetas!
+Grandilocuentes, camorristas,
+Crispines de elásticas tretas;
+inconsolables, optimistas,
+o indiferentes, —si os parece—
+en nuestros Sábbats liturgistas
+los Panidas éramos trece!
+Ilustres críticos —ascetas
+serios, solemnes, metodistas,
+tribu de vacuos logotetas!:
+andad al diablo! —si os parece—:
+nosotros, —Bárbaros sanchistas!—,
+los Panidas éramos trece!
+1916
+Hola! Bausanes estridentes
+pletóricos de vulgaridad!
+Andad los caminos trillados
+por la vetusta humanidad:
+pero dejadnos nuestras rutas
+llenas de luz u opacidad,
+todas bañadas de silencio
+recogimiento y ansiedad…
+Andad los senderos hollados
+por la vetusta humanidad,
+oh supercríticos morosos
+hartos de suma fatuidad,
+arlequinescos figurines
+pletóricos de vulgaridad,
+de vicios fáciles y tontos
+y de la unánime verdad,
+y de ideales consagrados,
+y de vacua sinceridad!
+Dejádnos reír levemente
+de vuestra amnesia sensorial;
+dejádnos locos a los locos
+soñando en vaga nimiedad:
+en lo impreciso y lo quimérico,
+en lo ayuno de realidad,
+en las empresas que fracasan,
+en los ritmos sin claridad
+donde dialogan locas almas
+ebrias de personalidad,
+enamoradas de sus vicios
+de su acritud, de su maldad!
+Locos ególatras intrépidos
+enemigos de la necedad,
+enemigos de lo consagrado
+por su notoria utilidad!
+Adversarios de lo manido,
+de lo obsoleto, de lo usual,
+de las sonantes academias,
+de los casos de actualidad,
+de las virtudes de precepto,
+de los juicios de autoridad…!
+Y que desdeñan vuestros rostros
+estucados de seriedad,
+revestidos de suficiencia,
+insufribles de necedad,
+ventripotentes apopléticos,
+amarillosos de vanidad,
+canijos, lánguidos, obesos,
+glabros, velludos… variedad
+infinita de formas y modos
+para idéntica mentalidad…!
+Lindos bausanes estridentes
+pletóricos de vulgaridad;
+arlequinescos figurines
+prodigiosos de vaciedad;
+esclavos de un molde preciso,
+magníficos únicos sin par
+como hidrocéfalo narciso
+de su misma insustancialidad!
+Monopolistas de “lo bello”,
+incapaces de interceptar
+una emoción desemejante
+a la emoción que es del ritual!
+Entes raquíticos, estólidos,
+ídos al Limbo, presto, andád!
+Andád al Limbo figurines,
+turba de lo sacramental,
+inocuos y zurdos y vacuos,
+solemnes y zafios y tal…!:
+mientras nosotros vamos, lentos,
+a la Quimérica Ciudad,
+entre coros y befas y burlas
+de la vetusta humanidad…!
+1917
+Los sapos en las charcas
+serenatas jocundas
+van a decir
+a las deidades zarcas
+de las noches profundas:
+para reír!
+Y a los lagos dormidos
+y a los mares revueltos
+van a decir,
+y a necios presumidos
+y a donceles esbeltos:
+para reír!
+Y a la luna, —yacente
+Desdémona impoluta—
+van a decir,
+y a la gregaria gente
+y a la pandilla bruta:
+para reír!
+Y a los ruidos baratos
+de emasculadas liras
+van a decir,
+y a sylockeños tratos
+y a harpagonas mentiras:
+para reír!
+Y a las florestas sordas
+y a jardines absurdos
+van a decir,
+y a institutrices gordas
+y a los burgueses zurdos:
+para reír!
+A insignes pedagogos
+ahítos de catálogos
+van a decir,
+y a sucios demagogos
+y a poetas análogos:
+para reír!
+Y a solteras apáticas
+y a doncellas históricas
+van a decir,
+y a las Dueñas Gramáticas,
+y a las tales Retóricas:
+para reír!
+Los sapos en las charcas
+serenatas jocundas
+van a decir,
+y mis pupilas zarcas,
+falaces y profundas
+van a reír!
+1918
+Vibra un són galante
+de alocada orquesta:
+en jocunda fiesta
+vaga trashumante
+tropa maleante
+por la azul floresta.
+Las araucarias
+perfilan sus ortos
+brazos —largos, cortos—
+de líneas precarias.
+Se inician las arias
+de Orfeos absortos.
+De la luna ambigua
+bajo la luz alba
+el vate Villalba
+declama una exigua
+baladeta antigua,
+glauca, gris o malva,
+de Legris, abate
+de Melancolía,
+del que cada día
+forja un disparate,
+del melifluo orate
+sin sol ni alegría…
+Y ríen, del hélico
+Legris parabólico,
+Mexía el bucólico,
+Jova el pantagruélico,
+Tisaza el famélico
+sediento y diabólico…
+(Las araucarias
+perfilan sus ortos
+brazos —largos, cortos—
+de líneas precarias…
+Y ríen las arias
+de Orfeos absortos…)
+Y los siete líricos
+bravos musagetas
+las almas repletas
+de sueños empíricos
+siguen sus hegíricos
+viajes, por las metas
+que la luna alumbra:
+Jovica y Villalba
+bajo la luz alba;
+Gris por la penumbra
+según acostumbra
+su tristeza calva…;
+Tisaza a su vera
+parla de aventuras;
+Lys y Alhy de oscuras
+tesis, de sincera
+trova que lacera…;
+Mexía de puras
+églogas sutiles…
+Y ritman, en “cellos”
+y violas, anhelos
+ilusos, pueriles…,
+y en los añafiles
+fazañas y celos!
+Por campos y villas
+vagan melenudos
+los poetas… Mudos
+están, mudos! brillas,
+luna, en amarillas
+luces! y los rudos
+canes lastimeros
+urlan de una guisa
+crispante…! y la risa
+de los agoreros
+búhos de ojos fieros…!
+Y un llanto en la brisa…
+Vibra un són arcano
+por el aire inerte…
+Luz nevada vierte
+la luna en el llano…
+Ya el primer hermano
+se fue con la muerte…
+(Las araucarias
+perfilan sus ortos
+brazos —largos, cortos—
+de líneas precarias…
+Y lloran las arias
+de Orfeos absortos…!)
+1918
+A Tisaza y Jovica; locos también
+Necias disquisiciones de fastidiosa ética:
+mi cabeza, la ilusa, anda muy mal de juicio…
+(peor la flaca bolsa, de irónica aritmética…!).
+Le pregunté a la Esfinge que tengo a mi servicio:
+—oh, cuál será la fórmula, de virtud o de vicio,
+que rija mis futuros? —y los abstrusos senos
+musitaron unánimes, en tono profeticio:
+todo no vale nada, si el resto vale menos…!
+Eblís llévese entonces la ilusión que acaricio,
+me dije, seducido por frase tan sintética;
+acudí, sin embargo, a otro dios más propicio:
+al Buda que reniega la física kinética…
+Pendía de sus labios de palidez ascética
+y presto oí del verbo los indecibles trenos,
+la turbia paradoja de recia apologética:
+todo no vale nada, si el resto vale menos!
+Pero no satisfecho de esa sentencia herética
+(tan absurda a las fibras de mi amante edificio),
+fuí tras otras palabras de más suave fonética,
+que curasen mi trágico padecer adventicio.
+Ninguna, nó, ninguna! dió con el artificio
+de ese bálsamo amable de perfumes amenos!
+Todas fueron acordes cantando el epinicio:
+todo no vale nada, si el resto vale menos!
+A cuál? A quién?: al cínico señor del Maleficio,
+al misterioso búho de alma peripatética!
+Singlaremos entonces con rumbo al precipicio,
+con rumbo al precipicio y a la nada hipotética,
+pero iremos impávidos, ecuánimes, serenos,
+diciendo la parábola desdeñosa y estética:
+todo no vale nada, si el resto vale menos!
+1918
+Et que je sois absous pour mon âme sincère, comme le fut Phryné pour son sincère nu.
+JULES LAFORGUE
+Yo estoy solo. Yo estoy en mí cautivo.
+Todo está en mí… y en mí no encuentro nada!
+Sombra ilusa. Entidad galvanizada.
+Manfredo sensitivo.
+En ilusorio sueño yazgo. Y boga
+mi fastidio por mar de olas de plomo;
+cuando a sus ojos pérfidos me asomo
+la Esfinge me interroga!
+Yo soy triste. Fatal el sino marca
+mi discurrir por una esquiva senda.
+Nada veo. Y mi vista todo abarca
+a pesar de mi venda!
+La locura en un círculo macabro
+con femenil empeño me recluye…
+Soñador, algún loco ensueño labro:
+y el ensueño me huye.
+Yo soy estrafalario y soy abstruso;
+soy altanero y soy sencillo, y llevo
+—para reír— un gesto antiguo y nuevo
+de Diógenes al uso.
+Pierrot! Juglar! —Payaso de mis penas…,
+bajo el azur de universales climas
+lloro la carcajada de mis rimas
+sarcásticas y amenas!
+Yo estoy loco. Estoy loco! Triste, irónico,
+pobre mimo! —Quijote de tinglado!
+Muñeco de un guignol disparatado!
+Coplero gris y afónico!
+Desdén. Risas. Si todo es falso… ¡todo!
+todo verdad, todo existe y no existe,
+yo sólo sé que voy como un beodo
+de beber vino triste!
+Estoy solo!… Estoy solo…! —Vasta sombra
+ciñe mi soledad, que ya delira…
+Mentira! No estoy solo: Ella me nombra
+y en sus sueños me mira!
+1918
+Para Jovica
+Yo voy tocando mi vihuela
+—por estas rutas sublunares—
+fijos los ojos en la estela
+de consonancias singulares…
+Yo voy tocando mi vihuela
+(mejor que el sistro y que la tiorba),
+y ría y ría —centinela—
+Doña Crítica adusta y torva.
+Lejanos jardines abstractos,
+fugaces edenes de ensueño…!
+(En el dominio de los actos
+resulta inútil todo empeño…)
+Yo voy tocando mi vihuela
+para los sauces y los pinos,
+para el ave que esquiva vela,
+para los sapos nada antinos…
+Atrás se queden los collados
+verdinegros, muelles, feraces…
+Vengan los yermos desolados,
+los lentos bregares tenaces…
+Yo voy tocando mi vihuela.
+Y césen las flautas y violas!
+Voy, tras la luna que rïela,
+como un juglar que hace cabriolas!
+Y ríe, ríe, Multitud,
+de mi canción ingenua y nimia;
+no hay en mi trova pulcritud…:
+si mi cantar no es flor de alquimia!
+Yo voy tocando mi vihuela
+sin que me importe la opinión
+del jorobado Pulchinela,
+ni del ventrudo Pantalón!
+Orfeo que taña su lira,
+Trine su arpegio Filomela.
+Sople Bouvard, sin tón ni són,
+y tú, Psiqué, tréma y suspira…:
+yo voy ritmando mi canción
+y voy tocando mi vihuela
+mientras el mundo loco gira!
+1918
+Eran seis grises búhos ortos
+sobre las ramas del chopal,
+seis búhos —sibilas, absortos,
+de ojos de rútilo metal;
+y verde-azul, cogitabundo,
+un sapo esteta, en el cristal
+del estanque nada profundo
+cracqueaba ronco y nasal,
+mientras la luna solitaria
+vertía su luz espectral
+—de arpas y violas tenue aria
+tímidamente musical…—
+Y era un jardín vano y barroco
+de lindo estanque artificial,
+y un surtidor que estaba loco
+y un laberinto en espiral.
+Con voces lelas, atediada
+brisa besaba la irreal
+tela ilusoria y plateada
+de ágil ensueño nocturnal,
+que urdían las Hadas, aérea,
+en consorcio con la ideal
+locura macabra y funérea
+del vate absurdo y boreal.
+Por el cansado laberinto
+todo era sombra sepulcral,
+y era romántico el recinto
+como clausura conventual,
+y el surtidor cantaba una
+sonata trémula y brumal
+al disco frío que la luna
+mostró en la comba cenital.
+Místicos, tétricos, los hondos
+búhos señeros, funeral
+treno balbucen, y redondos
+flechan sus ojos luz mental…
+Y el bufo poeta doliente
+oía el conjunto ritual,
+Pierrot lunario y decadente,
+para su mal, para su mal…
+Pierrot decadente y lunario,
+ilusorio, sentimental…
+Descaecido solitario
+de la Tebaida espiritual…
+Pierrot decadente, ilusorio,
+que divaga por el erial
+de este tinglado transitorio
+tan grave, serio, y tan trivial…
+Decían los búhos morosos
+desde las ramas del chopal,
+sus opinares fastidiosos
+acerca del Bien y del Mal…
+Y el sapo irónico, perverso,
+desde el estanque artificial
+reía un exótico verso
+paradojal, paradojal…
+donde con épodos arcaicos
+tocados de risa inicial
+glosaba métodos prosaicos
+de los búhos en el chopal…
+De los búhos anquilosados
+por trabas, jorobas, dogal
+para los ritmos anhelados
+de lo perfecto musical,
+—de la belleza, que no rige
+(como en pretérito antañal)
+ese molde que no transige
+con ingenuismos de cristal,
+y que se oculta y se enmadeja
+en la farsa convencional
+de una algazara circunfleja
+y un modo rígido, fatal…
+Un modo rígido, inflexible,
+lerdo, gangoso, siempre igual,
+con lloros de niña sensible
+y aburrimiento fenomenal…
+Un modo rígido y tan tonto
+como hueca pontifical
+o como un mitin en Toronto…
+Modo seguro y sin rival
+para ir al atroz báratro
+del problema logogrifal
+que enloqueciera a más de cuatro
+de los seis búhos del chopal!
+Reía el sapo, y en su cuerda
+raspaba un són, raro, arbitral,
+un són lejano que recuerda
+tristezas de tarde otoñal…
+y luego un són, abrupto, bronco,
+y luego una risa abismal,
+—con la que los búhos del tronco
+glabro y enteco del chopal,
+dejados ya de silogismos,
+de Férios, Bárbaras y tal—,
+riéronse, sabios, de sí mismos
+y del sapo trascendental.
+Y ya en consorcio de comparsas,
+con alegría fraternal,
+dieron principio a lindas farsas
+en el jardín mondo y banal,
+cerca al estanque, cerca al vate
+que dormitaba —paradojal—
+tal vez rumiando un disparate
+rítmico, inútil, irreal…
+Dieron principio a lindas bromas
+en el jardín sentimental,
+en medio a místicos aromas
+que ardían —de modo ideal—
+por el estanque, que refleja
+la luna de luz augural
+la luna actual y siempre vieja,
+la luna vieja y siempre actual,
+rosa de luz y de silencio,
+faro en las sombras del erial,
+cuyos influjos evidencio
+en la farándula vital,
+y que gobierna búhos ortos
+y al sapo, no tan animal,
+y al poeta de ojos absortos,
+y a los chopos, y al fontanal…
+1918
+Al resonar los carillones vespertinos
+mi corazón de misterio se embriaga.
+Dolores anodinos
+—cansancio de las rutas, tedio de los caminos—
+un trémulo dolor, único, apaga!
+Carillones del véspero,
+carillones del véspero anhelante!
+Angelus que optimismos ilusorios atrista!
+Optimismos que hacían la conquista
+de mi espíritu vacilante…
+Se escucha un vuelo torvo,
+torvo vuelo de alas,
+torvo vuelo de alas sobre el piélago
+de la noche inmediata:
+es el felpudo azote del murciélago.
+Y un preludio se escucha de ruidos estridentes:
+el crotorar del búho
+y el croar de la rana;
+y vibran por el piélago
+las estrellas: bullentes,
+siderales luciérnagas,
+cascabeles, campánulas de plata!
+Lejanos horizontes
+grávidos, se encapotan
+de un tinte gris, que alegra
+—por un instante— el sangrar iracundo
+del sol que tras los montes
+húndese moribundo
+dentro la noche negra!
+Lucen gualdas y lilas
+inválidos reflejos
+y entumecidos y atediados flotan:
+mas presto la negrura pávida substituye
+todo, y en el momento
+lúgubre en el que lánguidas esquilas
+llorando cuentan que la tarde huye,
+lejos, muy lejos, lejos,
+huye también el sol en su contento,
+la tarde en sus pupilas…
+Al resonar los carillones vespertinos
+mi corazón de amargura se embriaga.
+Dolores anodinos
+—múltiple pena vaga,
+cansancios— desparecen
+delante el único dolor
+que entre brumas destella:
+el dolor de estar lejos del amor
+y de ella…
+Al resonar los vespertinos carillones
+mi corazón de silencios se embriaga.
+Yerran las ilusiones
+—florecillas efímeras, mariposas efímeras—,
+melodías sutiles que el ruido ambiente apaga,
+que el ruido sordo apaga—,
+yerran las ilusiones
+por el trágico piélago
+que voy surcando yo conmigo mismo.
+La hora triste y negra
+me sepulta en su abismo.
+La hora triste y negra
+del crepúsculo
+que anonada mi ánimo minúsculo!
+Se escucha un vuelo torvo,
+torvo vuelo de alas.
+torvo vuelo de alas sobre el piélago
+de la noche inmediata:
+es el felpudo azote del murciélago!
+Y un preludio se escucha de ruidos estridentes
+el crotorar del búho
+y el croar de la rana.
+Y vibran por el piélago
+las estrellas: bullentes,
+siderales luciérnagas,
+cascabeles, campánulas de plata!
+Al resonar los carillones vespertinos
+mi corazón de la muerte se embriaga.
+Cansancio de las rutas!
+Tedio de los caminos!
+Y con la muerte, oh noche!,
+borracho de sus vinos,
+mi corazón, mi corazón naufraga!
+Bogotá, 1918
+“It was night in the lonesome October” -
+“For we knew not the month was October” -
+“And I cried: It was surely October
+in this very night of last year…”.
+ULALUME I. - III - IX - E. A. POE
+A Leopoldo de la Rosa
+Octubre,
+mes agorero;
+Octubre:
+bajo tu cielo un aciago capuz
+fatal y tétrico me cubre,
+Octubre!
+¡Un aciago capuz
+como una cruz!
+Octubre,
+mes agorero,
+bajo tu cielo crucifica la pena
+mi alegría.
+Bajo tu cielo resuena
+una dolida voz que canta,
+una dolida voz que trena:
+¡melancolía!
+Melancolía hosca
+y grave
+que ciñe mi garganta,
+que a mi cuello se enrosca,
+y es dogal
+para el Bien,
+y es motor de apetitos para el Mal!
+Octubre,
+mes agorero:
+Octubre,
+mes que alucina un fantasma primero
+vestido de gris,
+tras cuya huella
+legiones vienen de fantasmas!
+Mes que preside malévolo astro
+rojo,
+enemiga estrella
+roja.
+Octubre,
+mes agorero;
+Octubre,
+maligno mes que sella
+con eternales llaves
+de congoja,
+el cofre donde escondo
+las esperanzas mútilas, los sueños errabundos!
+Octubre! Octubre!
+bajo tu signo mis aves
+—ruiseñores de amor,
+cisnes de la armonía,
+y otrosí los parleros
+loros declamadores logotetas,
+más los cogitabundos
+búhos hastiados de la luz—
+abaten titánicas lanzas
+que son presagios fieros
+de los sinos atletas!
+Bajo tu signo mis aves
+abaten titánicas lanzas!
+Bajo tu cielo un aciago capuz
+fatal y tétrico me cubre,
+Octubre!
+¡Un aciago capuz
+como una cruz!
+¿Dónde fragua el misterio
+su inquietud?
+¿Su inquietud que en mi frente se incrusta
+con garras de cauterio?
+¿Su inquietud que entristece mis cantos,
+mi juventud
+y mi ilusión?
+¡Oh, quién dirá la justa
+palabra abracadabra
+que rompa los encantos
+torvos! ¡oh Corazón!
+¿Dónde se funden
+los azorantes sinos?
+¿Dónde se alquimia la fuente de mis llantos?
+¡oh Corazón!
+Y mi Espíritu ebrio y mi Ánima
+triste
+en un golfo doliente se hunden,
+donde Mares les son
+y Océanos y Piélagos sin número
+¡la Locura y la Muerte!
+Bogotá, octubre de 1919
+Aldecoa, Leo
+y Gaspar,
+van diciendo versos
+al mar,
+van diciendo versos
+al monte,
+versos al mentido
+horizonte,
+y a la luna sola
+y triste
+que a la gente absurda
+asiste.
+Van diciendo versos
+al mar
+y al mundo…, versos
+que hacen reír y hacen llorar.
+Y versos a las amadas
+novias,
+y sátiras y burlas
+a las fobias,
+y a las tiranías
+yambos,
+y a las cosas bellas
+ditirambos…!
+Van diciendo versos
+al mar, y a Sirio,
+a la mujer, a la sapiencia
+y al delirio…
+Y ríen de los burgos
+y ciudades
+solemnes, equiláteros…:
+Bagdades
+y Bizancios y Síbaris
+son
+ciudades caras a ese triple
+corazón!
+Y vagan por las alcobas
+de su sueño,
+y van ya alegres, ora tristes,
+mas sin dueño…!
+Y fuman sus pipas
+de ágiles
+humos: y en tazas
+frágiles
+el zumo beben del moka
+sumo
+mas no por eso desdeñan
+el zumo
+del alegre hermano
+vino!
+Leo, Aldeoca
+y Gaspar
+van recorriendo el camino
+diciendo versos sin tino,
+diciendo versos al mar
+y a la mujer,
+versos diciendo a la luna
+y a Altaír,
+versos diciendo al vivir
+y al fenecer…!
+1921
+A Luis Tejada
+Ministril, trovero, juglar
+de alma singular.
+Vago de todos los caminos:
+en tu alma funambulesca
+no cabe lo regular,
+ni los mohínos
+vivires en urbe grotesca…
+Señor de la nava infinita!
+Señor de la landa
+y de la estepa!
+vago de todos los caminos…
+¿cuándo errarás, cosmopolita,
+por Mossul y por Samarcanda?
+¿cuándo —Mazeppa—
+jugarás tus destinos
+al azaroso galopar
+de los corceles,
+o al deslizar
+de antañeros bajeles,
+—urcas, galeones, carabelas—
+dejando, en todo mar,
+dejando albas estelas
+rizas de luna…?
+Ministril, trovero, juglar
+triste y quejoso…
+Andarín claudicante…
+muévete el sino prestigioso
+de eterno errar
+por el alucinante
+camino misterioso…!
+Déja el monótono vivir
+gris, tardo y zurdo!
+Véte al viaje frenético
+por Antares, Ofir
+y por la luna…
+Desorbitado, absurdo,
+galopa cinegético
+tras de las mil y una
+noches, bajo los astros…
+Ministril, trovero, juglar
+de alma singular…
+Vago de todos los caminos:
+tus innúmeros rastros
+confundan al viajero
+del futuro…!
+Aviénta tus destinos
+al viento aventurero,
+al suelo duro;
+entrégate al vagar
+por la tierra y el mar,
+por el espacio
+y el abismo…
+Y por el feérico palacio
+que hay en ti mismo!
+Ministril, trovero, juglar
+de alma singular…
+Vago de todos los caminos:
+en tu alma funambulesca
+no cabe lo regular,
+ni los mohínos
+vivires en urbe grotesca!
+1921
+Lejos de ti, que sabes darme gozo y delicia,
+es muy lógico esquívenme placer, dicha, ventura…
+Bajo los cielos grises, vivir tedio me augura;
+dentro el vivir, aduéñase del ánima tristicia.
+Todo lo bello y puro fatalidad envicia,
+de tal modo que al día, a la noche, a la tarde,
+del fastidio ninguna cosa me logra cura,
+y el fastidio es la pira gélida que en mí arde!
+Noches en que me asechan fantasmas de pavura
+que el corazón retuercen con femenil malicia…
+Oh noches en que el miedo mi coraje desquicia!
+Noches que son presagio de una noche futura!
+Noches en que Selene va nevando su albura
+como tenue mortaja para el tremer cobarde,
+como tenue mortaja que al fastidio acaricia…
+y el fastidio es la pira gélida que en mí arde!
+Día de pleno sol que irradia con sevicia
+frente a mis pobres ojos, anhelantes de oscura
+vida señera y tímida que el penumbrar me jura!
+Día de pleno sol que mi pena cilicia
+con el contraste de su alegre ictericia:
+que ese sol estridente frentes felices barde,
+mas no mi languidez que el fastidio madura…
+y el fastidio es la pira gélida que en mí arde!
+Por la tarde! El crepúsculo! Vespertina criatura
+yo soy, que en medias tintas halla una luz propicia!
+Mas viene la saudade, que todo maleficia…
+Por la tarde el recuerdo mi anímula tortura!
+Resuena entre los árboles una voz que murmura…
+Unica voz que acaso para el amor me aguarde…!
+Pero está muy lejana la voz de mi novicia
+y el fastidio es la pira gélida que en mí arde!
+A la lueñe ilusión que en mi recuerdo oficia…
+pero si es imposible! Pobre ilusión primicia…
+¿No existe otro Leteo que Locura y Locura?
+A la locura, entonces, que del tedio me guarde…!
+En el día, en la tarde, o en nocturnal negrura
+el fastidio es la pira gélida que en mí arde!
+Fluir de la emoción que se exubera
+en impulsos viriles y pujantes…
+y un muy ledo ensoñar de susurrantes
+ilusiones…, y Psiquis prepondera!
+Tosquedades de pena, que aletargan
+señor Silencio, señora Luna, novia:
+renacentista tríptico de Luca della Robbia
+que decora lo que vivires amargan…
+Permanente decir de versos por todas
+las estaciones, climas, latitudes;
+versos que glosan —ya virtudes
+envejecidas, antañeras de modas—
+o preciosismos banales de pastel,
+barrocos, nimios, versallescos,
+—hora que alisos tánto frescos
+estridencian decoraciones de papel!
+O rugir de leones llenos de paja
+—fácil trofeo de Tartarines—,
+o gemir de epilépticos violines
+ya muy oídos, y huecos como su caja…
+Mixtificar martirios inauditos
+e inaccesibles a las ánimas fofas!,
+ánimas aptas para mofas
+y concetismos, en que filosofas
+—oh vacuidad!— argüíres ahítos!
+Señora Luna, Novia, Señor Silencio;
+Novia, Señor Silencio, Señora Luna:
+en vosotros se integra, y en vosotros se aduna,
+mi ingenuidad, cuyo caso presencio!
+Sganarelos y Lindoros y Abates…
+oh watteauistas que emigran a Citeres!
+Almas prendidas con miles de alfileres!
+Almas que no resisten tempestuosos embates,
+ni amores de mujeres!
+Almas que no miro! Almas que desdeño
+desde el orgullo a mi humildad inherente!
+Solemnidad de la innúmera gente
+que lleva lo vulgar y lo tonto latente…
+Yo me sepulto en mi exótico ensueño!
+A Luis Alzate Noreña
+Porque mi vida alguna cosa valga
+éste fastidio inacabable aboga:
+cultivo mi fastidio, como un yoga
+su virtud, o su honor la gente hidalga,
+porque mi vida alguna cosa valga…!
+Ironista y sarcástico interroga
+mi fastidio al Fastidio: a lo que salga…
+y en mi fastidio la Ilusión cabalga,
+y en mi fastidio la Locura aboga,
+porque mi vida alguna cosa valga…!
+Desde un astro lejano se desgalga
+—rayo de luna que mi noche azoga—
+éste fastidio que en mi vida aboga
+porque mi vida del Fastidio salga,
+porque mi vida alguna cosa valga!
+Imperante, Logrero, Khan o Doga,
+Apache, Sire o gente fijodalga:
+¡éste fastidio inacabable aboga
+porque mi vida alguna cosa valga!
+Tras las noches de alcoholes
+(vasos y copas, toneles
+fatales…)
+vienen fastidios en moles,
+vienen cóleras y hieles
+letales…
+Cándidas almas sutiles
+reyes son de extrañas Thules
+triunfales.
+Thules de alcoholes… viles!
+y mentira sus azules
+vitrales…!
+Recojo de alcohol velas.
+Voy serenidad en alas
+y en olas.
+Alcohol! mi ensueño hielas,
+y a la par que me regalas,
+me inmolas!
+Cantar sirenas modulas!
+Y trastornas mis pupilas!
+Aureolas
+de ilusión lo que simulas
+cuando el filtro que destilas
+bebo a solas!
+Yo iré por los lueñes Polos
+donde están mis sueños ralos:
+hielos
+de mis tormentos tan solos,
+de mis deseos tan malos,
+y anhelos!
+Recojo de alcohol velas!
+voy serenidad en olas
+y en alas!
+Sosegadas cantinelas
+de amor —violines y violas—
+escalas
+de mis balcones azules!
+Y turquescos añafiles
+y atabales!
+Y gorjeos de bulbules!:
+no el filtro que me destiles
+por mis males!
+Y tras invisibles hilos
+—palpando fantasmas nulos—
+recelos
+aduermo, y torno tranquilos,
+desengaños, disimulos,
+desconsuelos…!
+Tras las noches de alcoholes…
+Thules de alcohol! Pactolos
+de hielos!
+Fastidio y tedios en moles…
+Discurramos solos, solos,
+por Sáharas o por Polos,
+mis ensueños ideales,
+mis fantásticos anhelos,
+y mis males!
+1922
+A Gregorio Castañeda Aragón
+No he visto el mar.
+Mis ojos
+—vigías horadantes, fantásticas luciérnagas;
+mis ojos avizores entre la noche; dueños
+de la estrellada comba;
+de los astrales mundos;
+mis ojos errabundos
+familiares del hórrido vértigo del abismo;
+mis ojos acerados de viking, oteantes;
+mis ojos vagabundos
+no han visto el mar…
+La cántiga ondulosa de su trémula curva
+no ha mecido mis sueños;
+ni oí de sus sirenas la erótica quejumbre;
+ni aturdió mi retina con el rútilo azogue
+que rueda por su dorso…
+Sus resonantes trombas,
+sus silencios, yo nunca pude oír…:
+sus cóleras ciclópeas, sus quejas o sus himnos;
+ni su mutismo impávido cuando argentos y oros
+de los soles y lunas, como perennes lloros
+diluyen sus riquezas por el glauco zafir…!
+Ni aspiré su perfume!
+Yo sé de los aromas
+de amadas cabelleras…
+Yo sé de los perfumes de los cuellos esbeltos
+y frágiles y tibios;
+de senos donde esconden sus hálitos las pomas
+preferidas de Venus!
+Yo aspiré las redomas
+donde el Nirvana enciende los sándalos simbólicos;
+las zábilas y mirras del mago Zoroastro…
+Mas no aspiré las sales ni los iodos del mar
+Mis labios sitibundos
+no en sus odres la sed
+apagaron:
+no en sus odres acerbos
+mitigaron la sed…
+Mis labios, locos, ebrios, ávidos, vagabundos,
+labios cogitabundos
+que amargaron los ayes y gestos iracundos
+y que unos labios —vírgenes— captaron en su red!
+Hermano de las nubes
+yo soy.
+Hermano de las nubes,
+de las errantes nubes, de las ilusas del espacio:
+vagarosos navíos
+que empujan acres soplos anónimos y fríos,
+que impelen recios ímpetus voltarios y sombríos
+Viajero de las noches
+yo soy.
+Viajero de las noches embriagadoras; nauta
+de sus golfos ilímites,
+de sus golfos ilímites, delirantes, vacíos,
+—vacíos de infinito…, vacíos… —Dócil nauta
+yo soy,
+y mis soñares derrotados navíos…
+Derrotados navíos, rumbos ignotos, antros
+de piratas… ¡el mar!
+Mis ojos vagabundos
+—viajeros insaciados— conocen cielos, mundos,
+conocen noches hondas, ingraves y serenas,
+conocen noches trágicas,
+ensueños deliciosos,
+sueños inverecundos…
+Saben de penas únicas,
+de goces y de llantos,
+de mitos y de ciencia,
+del odio y la clemencia,
+del dolor
+y el amar…!
+Mis ojos vagabundos,
+mis ojos infecundos…:
+no han visto el mar mis ojos,
+no he visto el mar!
+1922
+Aquesto dixo “El Ebrio”, una vegada.
+Aquesto dixo con su voz cansada.
+Aquesto dixo por la madrugada.
+Yo dello non sé nada.
+“Bebamos en las cráteras de oro
+que laboró el cincel benvenutino,
+champagne, bullente y bullicioso vino”.
+“Bebamos en las ánforas de barro
+doria hidromiel; en el panzudo jarro
+blonda cerveza, y en las cristalinas
+frágiles copas el anís sonoro
+así como las finas
+mixturas sibilinas”.
+“Porque es dulce olvidar”.
+“Bebamos en las cráteras de oro
+el líquido tesoro
+que enloquece las mentes
+y elide los deseos,
+y que sume los sueños impotentes
+en helados Leteos!”
+“Porque es dulce olvidar. ¿Algo esculpido
+quedar merece en el cerebro? Nada!
+Porque es dulce olvidar…”
+“El viento azota
+la cima de los árboles, tedioso;
+vacila el corazón ante la rota!
+El espíritu vago!
+¡La voluntad errátil
+es un tortuoso Yago!
+y el soñar aterido…:
+¡el soñar aterido y nó vibrátil
+ni altanero!… y nostálgico, anheloso
+de una distinta vida…”.
+“Los jardines románticos
+horros están de idilios.
+Y son hueros los cánticos
+jocundos de Himeneo!”
+“Dormita ya el Deseo!
+Ya dormita el Amor!”
+“Y yerra —enloquecida—
+por sus lueñes exilios
+de Dolor,
+l’alma pura de Ofelia,
+mientras Hamlet, moroso y taciturno
+sepultóse en sí mismo!”
+“Ya no existe
+la verdad, si ha existido… Ya no es nada
+la belleza, y lo es todo! y la tristeza
+¡cómo es asaz vulgar y adocenada!”
+“Yo bucéo un abismo
+y el tal abismo es hueco!
+Todo es superficial, mentido y triste.
+Todo: el Amor y la Naturaleza,
+el Mar, las Nubes, la ideal Belleza:
+sólo restan cinismo,
+rutina, y el enteco
+sentido de lo práctico y la cómica
+metafísica vómica!”
+“Es preciso beber la sangre cálida
+de los magos elíxires!
+Complicados brebajes, quinta-esencia,
+sudor de las retortas y alambiques;
+todos los filtros químicos y alquímicos;
+el díctamo, el nepentes,
+súmanme en la demencia!”
+“En el absintio quiero que se esconda
+—tras de sus de sirena glaucos ojos—
+mi espíritu arbitrario,
+mi corazón, y toda la amargura
+de abolidos despojos!”
+“Es preciso beber la sangre cálida,
+sangre morena
+o sangre blonda!
+En el absintio quiero que se esconda
+—tras de sus glaucos ojos de sirena—
+mi corazón, y toda la amargura!”
+“La azul locura pálida,
+soberana locura,
+se asile en mi cerebro solitario!”
+“Bebamos en las cráteras de oro
+todo el licor que corre por la vena
+de la pródiga uva;
+y hagamos la serena
+—la serena o la loca—
+vida del que en sí propio no se toca
+y que en nada se halla…:
+—Búdico ser en éxtasis,
+Jaiyám bajo los astros,
+Edgar en la taberna,
+Diógenes en su cuba…
+Desdeñosos e impávidos,
+sonrientes,
+mirando la batalla
+sempiterna,
+mirando la batalla
+de apetitos, la gresca y el estridir de dientes
+y el vulgar forcejeo
+para ascender, para medrar, para vivir…”
+“Nosotros —sí, nosotros—
+olímpicos yazgamos sobre el trípode sacro:
+claudicantes e irónicos,
+sonrientes
+espectadores del simulacro,
+sin recordar,
+sin añorar,
+sin anhelar,
+¡sin un solo deseo!”
+“Brúña el trágico véspero
+con sus hórridas lumbres
+incendiarias;
+dóre el amanecer con vagas lumbres
+y medias-tintas de atediada suavidad;
+o aljofáre la luna
+del bebedor la cabellera bruna
+o la blonda o endrina cabellera
+nimbada de doliente claridad,
+y bebamos el vino,
+y bebamos el vino,
+y bebamos el vino!”
+Aquesto dixo el Ebrio una vegada.
+Aquesto dixo con su voz cansada.
+Aquesto dixo por la madrugada.
+Yo dello non me curo. Yo dello non sé nada.
+1914-1923
+Se esparce ahora la serena
+alegría por todos los ámbitos!
+Ahora el corazón aterido
+de antaño y de hogaño, dimana,
+calor dimana como un foco
+vital, y entusiásticamente
+bullen de sí deseos, como bullen
+las células; deseos, ilusos,
+que van en pos de la Esperanza.
+Se abrevó un día de la turbia
+bebida proterva del tedio.
+Los vinos ácidos del Norte,
+los vinos ácimos del Norte
+filtraban atávicos grises,
+filtraban sutil ataraxia
+en la urdimbre de sus arterias.
+Las brumas árticas tejían
+cendales de abúlico hastío
+donde su alma voluntariosa
+se adormeció tácitamente.
+Torturas eslavas curtieron
+su corazón de pesadumbre,
+y el ácrata odio justísimo
+se estremecía entre sus sienes
+con apetitos de violencia
+y sediento de la venganza!
+Y el amor le era un huerto vedado.
+Se abrevó un día de la turbia
+bebida proterva del odio.
+Pero primaba la pereza
+que en dulces brazos oprimía
+su voluntad claudicadora.
+Y era un fardo consciente la vida
+cabalgando sus hombros pujantes,
+sus hombros pujantes e inertes…
+Se esparce ahora la serena
+alegría por todos los ámbitos!
+Son nieve en la testa de Kronos
+de antaño los trémulos fríos,
+de antaño y hogaño los fríos.
+Grávidas fobias, neurastenias
+y psicastenias y cogitaciones
+torturantes, ahora discurren
+por los Helsingor shakespereanos
+con los huesos de Yórik y Hamlet.
+Todos los tedios, todos los odios,
+todos los odios apagaron
+su vocinglera turbamulta
+mientras con músicas gozosas
+se esparce ahora la serena
+alegría por todos los ámbitos!
+Alegría! Alegría! Alegría!
+canta el Coro de la Novena!
+El corazón estremecido
+calor dimana como un foco
+vital, y en un ritmo de danza
+de oriente, fogoso y tremante
+canta al amor como el hirsuto
+caprípede Pan o Dionisos…!
+Alegría! Alegría! Alegría!
+Canta a la vida, —convaleciente
+de un mal que nunca ha sufrido—
+y vaga en pos de la Esperanza
+loco de fé como un apóstol
+de libertaria teoría!
+Alegría! Alegría! Alegría!
+canta el Coro de la Novena!
+Alegría! Alegría! Alegría!
+Al són de músicas gozosas
+ahora se esparce la serena
+alegría por todos los ámbitos!
+Marzo, 20-21 de 1923
+El tiempo he perdido
+y he perdido el viaje…
+Ni sé adónde he ido…
+Mas sí vi un paisaje
+sólo en ocres:
+desteñido…
+Lodo, barro, nieblas; brumas, nieblas, brumas
+de turbio pelaje,
+de negras plumas.
+Y luces mediocres. Y luces mediocres.
+Vi también erectos
+pinos: señalaban un dombo confuso,
+ominoso, abstruso,
+y un horizonte gris de lindes circunspectos.
+Vi aves
+graves,
+aves graves de lóbregas plumas
+—antipáticas al hombre—,
+silencios escuché, mudos, sin nombre,
+que ambulaban ebrios por entre las brumas…
+Lodo, barro, nieblas; brumas, nieblas, brumas.
+Ni sé adónde he ido,
+y he perdido el viaje
+y el tiempo he perdido…
+El tiempo he perdido
+y he perdido el viaje…
+Ni sé adónde he ido…
+Mas supe de un crepúsculo de fuego
+crepitador: voluminosos gualdas
+y calcinados lilas!
+(otrora muelles como las tranquilas
+disueltas esmeraldas).
+Sentí, lascivo, aromas capitosos!
+¡Bullentes crisopacios
+brillaban lujuriosos
+por sobre las bucólicas praderas!
+Rojos vi y rubios, trémulos trigales
+al beso de los vientos cariciosos!
+Sangrantes de amapolas vi verde-azules eras!
+Vi arbolados faunales:
+versallescos palacios
+fabulosos
+para lances y juegos estivales!
+Todo acorde con pitos y flautas,
+cornamusas, fagotes pastoriles,
+y el lánguido piano
+chopiniano,
+y voces incautas
+y mezzo-viriles
+de mezzo-soprano.
+Ni sé adónde he ido…
+y he perdido el viaje
+y el tiempo he perdido…
+Y el tiempo he perdido
+y he perdido el viaje…
+Ni sé adónde he ido…
+Por ver el paisaje
+en ocres,
+desteñido,
+y por ver el crepúsculo de fuego!
+Pudiendo haber mirado el escondido
+jardín que hay en mis ámbitos mediocres!
+o mirando sin ver: taimado juego,
+buído ardid, sutil estratagema, del Sordo, el Frío, el Ciego.
+Bogotá, 1923
+Adiós a todo cuanto es joya falsa,
+oro de alquimias, adamantes de vidrio,
+flores de trapo, inquisitivas Elsas!
+Adiós al aborigen abalorio
+y a los cintajos de pancromia insulsa!
+Adiós! Abur! caquéctica Retórica,
+Metafísica, dócil Celestina,
+Gramática hipertrófica si inane,
+y tú, obsoleta, inofensora Métrica!
+Adiós! Adiós! dolores exhibidos,
+ruidajos de organejo, lacrimantes
+muecas, y los suspiros, y los tintes
+para el afeite de caídas Hadas!
+Abur! Adiós! Mil veces! a los antros
+donde bostezan egipciacas momias,
+donde la plebe literaria rumia:
+antros de apolilladas academias,
+alighierinos círculos y centros!
+Abur! Abur! trivial calcomanía,
+cromo barato, música insabora;
+¡abur la consagrada melopea!
+Quiero, ello sí!, la exótica aventura,
+mi añejo amor y el villonil arreo!
+Quiero —ello sí— la exótica aventura,
+mi viejo amor, mi villonil manteo,
+quiero el azar, y quiero la armonía:
+—de las constelaciones la concertada esfera,
+como de los sonares el sabio vocerío—.
+Quiero el azar, y quiero la armonía
+matemática; el loco tropel y la algazara;
+la nietzscheana visión futuradora;
+la búdica quietud…, y la pelea;
+y la Vida…, y la Muerte que me hiere
+sin desdén, sin amor y sin ira!
+Agosto de 1922, diciembre de 1924
+Para el asombro de las greyes planas
+suelo zurcir abstrusas cantilenas.
+Para la injuria del coplero ganso
+torno mis brumas cada vez más densas.
+Para el mohín de lo leyente docto
+marco mis versos de bizarro rictus,
+(leyente docto: abléptico pedante)
+tizno mis versos de macabros untos.
+Para mí… no hago nada, nada, nada,
+sino soñar, sólo vivir la vida!
+A qué contar a la olvidosa gente
+si el amor en mi pecho llora o canta?
+(a la olvidosa gente, es a saber:
+al aire, al viento, al sol, al río, al mar…)
+o a qué decir si el alma poesía,
+—gruña así o grazne la trivial ralea—
+a qué decir si el alma poesía
+huésped es de mi torre o de mi rúa?
+Y que (como Villon el su tabardo,
+su buitre prometéico Atlas el Sordo,
+como Nerón la púrpura, y la toga
+César el Calvo, y ponzoñosa daga
+el Valentino de mirar buído,
+y, de la Tour de Nesle precipitado,
+el saco Buridán, oh Margarita!)
+yo porto, a más del tirso y la careta,
+yo porto, en mí, la sombra del fastidio,
+signo fatal, exilio sin remedio?
+(como Nerón la púrpura, o la toga
+César el Calvo, o la siniestra daga
+el Valentino César, cuando arruga
+su ceño ante las turbas enemigas!)
+Un ignorado ritmo, dócil, terso,
+donde el absurdo corazón esparzo,
+¡eso será la impertinente estrofa
+en que de todo mi desdén se befa,
+y más de mí!: desdén, sobrio estilete
+y el más seguro amigo en el combate
+contra la tribu inulta! ¡Oh Muchedumbre!:
+qué vales tú, si topas con el Hombre?
+(y el Hombre, di, si topa con la Hembra?
+y Muchedumbre y Hombre con el Hambre?).
+Para mí no hago nada… nada, nada
+¡sino soñar, sólo vivir la vida!
+Para mí no hago nada… acaso humo
+cuando en la pipa blondo aroma quemo,
+—si en el magín devano las ideas
+humo también, color de fantasía…—
+Para mí no hago nada, nada, sólo
+soñar, vivir la vida a contrapelo.
+Sin un sueño de Amor más que divino
+—por tener de ideal y ser humano—
+que da objeto y razón a mi durar…
+sin ése Amor, mejor fuérame ser
+una Sombra en la Sombra: quieto Buda
+dormitando en la Muerte o en la Vida.
+Para el asombro de las greyes planas
+suelo zurcir abstrusas cantilenas.
+Para ofender la mesocracia ambiente
+mi risa hago sonar de monte a monte;
+tizno mis versos de bizarro rictus
+para el mohín de lo leyente docto;
+para “divertimento” de mí mismo
+trovas pergeño: absurdos y sarcasmos!
+Y busco algo de ensueño y de aventura
+dentro la noche…! y doy la vida entera
+por el Amor, oh tú, sola Mujer!
+mientras viene el morir!
+Bogotá, diciembre de 1922, 1925-1927
+Pirueteando carnavalescamente
+por ebriedades de vinos acedos
+de sus viñedos,
+carnavalescamente pirueteante
+así le he visto
+¡antitético símbolo imprevisto!
+Volcando orquídeas de sus ánforas,
+vino de las cratéras,
+como un mancebo de Dionisos
+ágil de euforia y de dinámica
+danzante cruza las arenas
+del anacrónico camino.
+Volcando sus ánforas
+(como un mancebo de edades helenias
+o del Lacio de Horacio y Virgilio,
+y de Petronio…), volcando sus ánforas
+vertiendo las cratéras
+de voluptuoso vino…
+Sus ánforas
+grávidas de inauditas decadencias
+y de angustiados filtros,
+y perversas palabras,
+donde el dolor y el miedo se encadenan
+a una risa de hastío.
+Volcando sus ánforas,
+vertiendo las cráteras
+de perfumado vino…
+Mefistofélica, hipersatánica
+ironía: fríamente tu saña faceta,
+ironía, el doliente artificio
+de esa su carne romántica,
+romántica y triste… ¡Paradojal poeta!
+juguete de trágico signo!
+Paradojal poeta, por la pánica
+vida magníficamente compleja!
+Vertiendo de su vino,
+volcando orquídeas de sus ánforas
+colmadas! Danzante cruza por las sendas
+del simbólico exilio.
+Como una música bárbara
+que oyen las místicas estrellas
+¡escuche así el Dolor en su camino
+el poeta: como Odiseo a las Sirenas!
+(y escuche a las Sirenas
+—jamás como Odiseo— el vate venusino:
+volcando sus ánforas,
+vertiendo las cratéras
+de balsámicos filtros!).
+Ágil de euforia y de dinámica
+danzante cruce las arenas
+del anacrónico camino!
+Pirueteando carnavalescamente,
+carnavalescamente pirueteante,
+así le he visto,
+¡antitético símbolo imprevisto!
+Bogotá, 1923 Var. 1924-1928
+Luego cantabas con voz de sirena
+—para mis oídos— la cántiga honda…
+Lejana, lejana, tu voz me traía
+el perfume tibio de tu adolescencia.
+Danzaba en mis sienes el febril deseo
+que ardía en tu boca jugosa y ladina…
+Y por mis oídos vibraba el idílico
+timbre acariciante de tu voz, que el viento
+—furaz— me vendía, como los olores
+de tu adolescente cuerpo estremecido.
+Todas tus palabras eran aromosas,
+armoniosas: —nardos, violetas, miosotis,
+lánguidos laúdes, flautas pasionales—:
+¿con ellas venía sabor de tu boca?
+Luego cantabas con voz de sirena
+—para mis oídos— cánticos amantes.
+Mi bárbaro impulso, mi señera fuga,
+troncharon felinas tus manos pequeñas.
+Mi búdica torre de zinc y de guadua
+poblaste de ensueños y músicas únicas!
+Mi búdica tienda de marina lona
+llenaste de efluvios de tu sér en áscuas!
+Por toda la tórrida palúdica selva
+topaba mi sombra tu cálida sombra…
+Por abras y lomas, alcores, ribazos,
+tu camino hacías —fiel— a mi vera…
+En todos mis versos canté tu calino
+llegar a mis sueños esquivos y arcanos…
+Te di mis ensueños y mi corazón:
+pero no advertimos, pero no advertimos…
+Luego te fugaste… Luego me fugué…
+La vida es un zumo de acerbo sabor…!
+Agosto, 17 de 1931
+Balada en sol ponentino
+y en luna delicuescente
+la escande el incoherente
+musageta gongorino.
+Si ya no tiene remedio
+—ni importa— canto al presente
+para divertir mi tedio.
+No como trova la gente
+ni con estro alighierino.
+Tampoco en vate mirrino
+ni en aeda decadente:
+a la “Musa” pongo asedio
+—juglaresco baladino—
+para divertir mi tedio.
+Hosco, interrogue el “Destino”.
+Bufón, ría, acerbamente.
+Los “Jayyámes” del Oriente
+el Amor loen y el Vino.
+Vino y Amor por mi predio…?:
+disparato —indiferente—
+para divertir mi tedio.
+Graves, expriman la mente
+para encontrar “el camino”.
+De ese idioma sibilino
+poco se cura el Demente
+(ni el Orsado), y yo —en el medio
+de los dos— bululo o trino
+para divertir mi tedio.
+A tí —mi “Musa”—, y, detente!
+Césa el trovar anodino!
+Ház silencio displicente:
+como no tiene remedio
+—ni monta—, cálla! Y, termino:
+para divertir mi tedio.
+Y ése canta y ése ríe
+con risa y canto sardónicos
+—atavismos salomónicos
+de los cuales no se engríe—.
+En risa y canto deslíe
+su tácita angustia acerba
+—intrascendentes y tónicos—
+mientras se agosta la hierba.
+Nunca a sáficos adónicos
+latente angustia confíe.
+Ni en Oda o Silva se enfríe.
+Y ni en cúbicos y cónicos
+monumentos macarrónicos
+eternice idiza verba.
+Capricho a burlas alíe
+mientras se agosta la hierba.
+Harto su música hastíe
+con hallazgos inharmónicos
+harmónicos y enharmónicos.
+¿A sorda plebe extasíe
+con los acordes que críe
+—a esa beocia caterva-
+disonantes, politónicos,
+mientras se agosta la hierba?
+Surque piélagos ozónicos,
+nefelíbato, y no cíe:
+vergas y lonas avíe!
+léve el ancla! Sus eufónicos
+cantos rasguen los agónicos
+espacios que el vulgo enerva.
+Siga el canto, sine die,
+mientras se agosta la hierba.
+A quién la Balada envíe?
+No a númenes epigónicos
+su són libre desafíe.
+(Para sí guarda y reserva
+cantos y risas irónicos
+—mientras se agosta la hierba—).
+Ricardo Rendón Bravo
+Baruch —que te evadiste de mi vera—,
+Baruch, ¿dónde tu espíritu disocia
+vacuo dezir con sátira cimera,
+denso pensar con punta jubilante?
+¿Dónde, Baruch —Uppsala o Pan-Beocia—
+discurre tu nostalgia aventurera,
+Baruch, Ahsvérus mucho más errante?
+¿Novóia-Zémlia, Islandia, nívea Escocia
+septentrional, Groenlandia friölera?
+¿En Báffin o Spitzberg? En Ostrogocia?
+¿O en tropical piélago ululante?
+¿Dónde, Baruch —Sorbona, Ubeda, Abdera—
+tus befas urdes cuando el clan negocia,
+Baruch, Ahsvérus mucho más errante?
+Otro hubo un día (efímera Quimera
+se fue en el viento, rumbo a Nihilocia,
+a Erewhon, a Utopía) cuando ëra
+la vida la alegría rebosante:
+con ése Día mi recuerdo asocia
+tu fuga, honda y a la par ligera,
+Baruch, Ahsvérus mucho más errante…
+Baruch, a tí será, que no a la amante
+Dona Iseo… ¿y en dónde tu señera
+bicoca eriges, —próxima y distante?
+Ya iré tras de tu sombra compañera,
+Baruch, Ahsvérus mucho más errante…
+A todos aquesos (¿no son los inanes?)
+a todos aquesos, mandarlos a un cuerno
+—si el Limbo y el Orco y el pávido Averno
+son míticos. Róanles zancajos, de canes
+punta enardecida. Zúrrenles —batanes
+hidrópicos—, Ménades, Erinnias y Furias:
+Yo, solo, en mi sitio, tácito, gobierno
+soñados Ofires, reales penurias.
+Dicen si el Estío, dicen si el Invierno:
+¿mejor el Otoño? Por mí —¡voto a Sanes!—
+(Asises, Paúles, Luzbeles, Satanes…)
+Por mí, dá lo mismo: ni Iáveh el Eterno
+suscítame espanto, ni Páris su yerno
+la envidia, ni Ares —terror de centurias—
+horror. En mí mismo regento huracanes:
+soñados Ofires, reales penurias.
+Refieren leyendas de los Egipanes,
+—de sabor erótico, en veces, o tierno—;
+de idilios lascivos o pulcros; alterno
+su ritmo; las Evas ingenuas y Adanes,
+o las que torturan angustias titanes,
+—parejas transidas de acerbas lujurias.
+Metido en mí mismo, mi caos discierno:
+soñados Ofires, reales penurias.
+Metido en mí mismo. ¿Paraíso? ¿Infierno?
+Otros lo averigüen: Goethes o Patanes,
+de eso, nimios, cúranse: ¡loados sus manes!
+De absurdos e inepcias hincho mi cuaderno
+ritmado, no nunca del Dolor hodierno
+ni antiguo: muy menos de goces o injurias
+transitorios, vaya! Mis solos afanes:
+soñados Ofires, reales penurias.
+A todos aquesos: ¿los Pedros? ¿los Juanes?
+A todos aquesos: (y un rotundo terno
+muy rabelesiano, con hartos hi-hanes).
+A todos aquesos, sin risas ni furias
+la Balada. Y, mudo, con mi dón me interno:
+soñados Ofires, reales penurias.
+Aquí mis burlas espeto.
+De mí burlóme, y de canto
+de lo demás, si no tanto
+como del propio sujeto…
+Las Musas con quien me meto
+(¿si habrá error en ése quién?)
+son víctimas de mi canto…:
+por más que las quiero bien.
+Hora Adagio o ya Allegretto,
+—Grave nunca—. Horro de llanto,
+libre de pavor y espanto.
+Altivo no, —ni mansueto:
+gayo espíritu foleto
+por siempre jamás amén…
+¿Normas vetustas quebranto?
+Por más que las quiero bien.
+Suelo henchir un Mamotreto
+de vez en vez, y allí planto
+nugacidades, so manto
+de campar por mi respeto…
+Grimorio, a la fin, repleto
+de aire…; no sólo: también
+guarda befas, —que no aguanto—
+por más que las quiero bien.
+El shylocaje completo
+y otros más, —(visto de amianto;
+cotas ciño, cuyo encanto
+de sierpes líbrame; y peto
+que al asalto pone veto
+y al áspid dice: detén!)—
+y otras más —moscas— que espanto
+por más que las quiero bien,
+tiénenme en cuitas sujeto:
+pero —estoico más que santo—
+a sus flechas me adelanto:
+¿mis armas? ¡Oda o Soneto!
+Contra moscas arremeto:
+las decapito a cercén
+—magüer moscas— mientras canto:
+por más que las quiero bien.
+Y aquí mis burlas, discreto
+muy más que el Duque de Otranto
+a quien cita ahora (y cuánto!
+—casi más que al Lord del Ghetto—
+—Zweig y Herzog son del secreto…—)
+el plumitífero tren
+gasta tinta; —aquí, entre tanto
+(por más que las quiero bien)
+espétolas. Y ya, neto,
+sin bromas, la voz levanto:
+¡brindo!… ¿por el de Lepanto?
+¿por Heine? —Aunque al Ogro reto…)
+¿por el Santo Paracleto?
+No siendo en serio… ¿por quién?
+¡ni por Ellas —duro aprieto—
+por más que las quiero bien…!
+Otrosí: trovas ensarto,
+aunque no son margaritas
+(que las valen, si cogitas
+en quien las oye…) ¡Reparto!
+grito yo, de tales harto
+trova-oyentes: si oyen tales…
+¡Espetara frutas fritas
+de sartén…! (Díjolo Tales?)
+Tales no fue… Desencarto:
+que fue Bías. (Tan mal citas…)
+Las espetara confitas
+en gorda miel, y otro parto
+te resultara… ¡Qué Parto
+flechador; o Tell!: iguales,
+no mejores, ni los Scitas
+arqueros! (Díjolo Tales?)
+Bien pintaba Andrés del Sarto,
+¿pero Cézanne? Las Partitas
+de Bach, cimeras! ¿y evitas
+a Mussorgski? Enrique Cuarto,
+qué Monarca! (No me aparto)
+¡pero Liénin cura males
+de chinos y moscovitas
+tánto y más! (¿Díjolo Tales?)
+Vinos dulces no reparto.
+Y a las “ánimas benditas”
+de Huss (¿no quedan hussitas?)
+mucho menos. Y ni imparto
+normas, ni normas comparto:
+solo, habito mis Reales.
+¿Reales? quizá mis cuitas
+seránlo… (Díjolo Tales?)
+Quizá mis cuitas: muy harto.
+Mis cuitas sesqui-infinitas.
+¡Si el resto son hefestitas
+de Plinio, que en bledos parto
+desde mi cuja de esparto!
+(¿Yacija de Job?) Rivales
+yacija y cuja precitas…
+¡Qué más dá! (Díjolo Tales?)
+Príncipe y Sire y Lagarto:
+para tí, —si no la imitas—,
+mi Balada (informe infarto
+con perspectivas letales):
+¡Si no la escondes concitas
+qué infección! Díjolo Tales…
+Venido a menos viking, de poeta
+(¡y en el Trópico!) estoy. Cuando cavilo:
+¿será mi estilo, (por llamarle estilo)
+—de ése mi estilo (estilo a la jineta)
+yo mismo en veces (pocas) me horripilo—,
+barroco estilo, ni motor de escándalos—,
+por descender (si criollo hasta la zeta)
+de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?
+De Iberos, (no español de pandereta),
+de Renanos (si no bajo del tilo
+romanticoide y menos soto el filo
+guadañador: el Führer non me peta—),
+de Godos (pero zurdo: y nunca enfilo),
+de Vándalos (¿por miedo al diablo mándalos
+el Vulgo?) vengo (y vándalo un asceta?):
+de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos.
+De inconexo y sin orden, soy veleta.
+(Llévame el viento —como brizna— en vilo).
+Ácrata soy, —de buen humor tranquilo.
+Jamás sóbrame duro ni peseta.
+La Noche es techo de mi sólo asilo.
+Grandes recorta, mínimos agrándalos,
+fechos, mi móvil Yo: ¿síntesis? ¿meta?
+de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos.
+De Enano hace Gigante, y —David— reta
+verdadero Goliat, que vé pupilo
+mi fantasía, y aunque corte un hilo
+su mandoble: y sin honda, ardid ni treta…
+Y, ante casos minúsculos, vacilo:
+(casos que un soplo blándulo desbándalos…)
+Tan vario humor, ¿es zumo que secreta
+de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?
+De loco no aprovecho, y la chaveta
+perdí hace siglos, —y, si despabilo,
+cuerdo ya soy: de la cordura silo!:
+—más cuerdo que el mejor anacoreta.
+—¿Cuerdo? —¡Qué vá! Con menos me obnubilo;
+a Juicio y a Folía, Humor comándalos:
+¿heredé Humor, Esplín —y la Pirueta—
+de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?
+De ambas soy cojo, y ando sin muleta.
+Sordo, y oigo el silencio. Y en sigilo
+—ciego— oteante el negro mar vigilo
+de la cofa. Sin fe, ni amor, ni lieta
+bienandanza, ambición, ni afán, destilo
+miel —si hiérenme— a ejemplo de los sándalos
+(y acíbar además…) ¿Suma —incompleta—
+de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos?
+Príncipe: ¿quién mis trucos interpreta?
+¿quién cargará con las que en torre apilo
+—¿de Babel?— tonterías? ¿Quién no veta
+balumba tal —inundación del Nilo?—
+Malos caminos, muy más rápidos ándalos:
+es decir, rásga ya la Baladeta
+de Renanos, Iberos, Godos, Vándalos.
+Yo —bizarro— mejor que el ruido ambiente
+gusto del embrujado maleficio.
+Otros (Don Nadie: eximia, estulta gente)
+se vayan al amor de la corriente.
+Yo —bizarro— doy pábulo a mi vicio:
+¡éxtasis musical, júbilo, gaudio!
+y oigo que tañe su rebec Mauricio
+o el clavecino el aquilino Claudio.
+De ésa hidromiel (yo, vate intercadente)
+no he de beber, por la que pierde el juicio
+—si lo tuvo— la Tribu, el Clan, el Ente
+medio. De ésa hidromiel mane la fuente:
+¡no he de beber magüer perenne sicio!
+Mi sed no extinta truécaseme en gaudio:
+y oigo que tañe su rebec Mauricio
+o el clavecino el aquilino Claudio.
+A esos dos nombro por capricho. Oyente
+soy de otros más, devoto —sin cilicio—.
+Largo el elenco: lo recito in-mente.
+Hoy no curo de darlas de elocuente.
+Catálogo no espeto, ni servicio
+de información. ¡Con ellos lieto gaudio!
+Y oigo que tañe su rebec Mauricio
+o el clavecino el aquilino Claudio.
+Vale decir que escucho a… (pero, “ténte
+mi pluma”, —como dícese de oficio—).
+A todos oye oído reverente.
+A todos ellos téngoles presente
+(por presentes) ¡Qué cómodo ejercicio!
+Todellos son vectores de mi gaudio:
+y oigo que tañe su rebec Mauricio
+o el clavecino el aquilino Claudio.
+Claudio Aquiles bifronte fauno ardiente.
+Ravel de rostro ascético. Es indicio
+de fino esprit buída y ósea frente?
+¡Y los otros! ¡de todos soy audiente!
+—si lo valen—: de mínimo a patricio.
+Todellos —de Alfa a Omega— dánme gaudio.
+Y oigo que tañe su rebec Mauricio
+o el clavecino el aquilino Claudio.
+A tí, que cantas, muda omnisapiente,
+pulcra musurgia? A vos, vulgo prebiscio?
+A nadie? —Si ésme el sino indiferente
+de la Balada, ¡sóbreme mi gaudio!
+¡y oigo que tañe su rebec Mauricio
+o el clavecino el aquilino Claudio!
+Todas las otras cosas sin perfiles:
+innocuo Mal, estéril Beneficio,
+somero Amor —apenas adventicio—,
+frustra Ambición; ¡tan sólo afanes viles…!
+Férvido Ensueño topa en los cantiles
+de lo real. Mi tedio trueco en gaudio
+apenas tienta su rebec Mauricio,
+su clavecino el aquilino Claudio.
+Ébanos negros, cándidos marfiles
+delante a intrincadísimo artificio.
+Sabio —a su frente— el divinal oficio
+con sortílega mano, de sutiles
+dedos, celebra el brujo Claudio Aquiles.
+Oyendo cómo tañe —un ebrio gaudio
+enajéname el sér, túrbame el juicio—
+su clavecino el aquilino Claudio.
+Ellos cuentan sus dólares por miles,
+por quintales! Por ello no desquicio
+mi de aéreos mirajes edificio
+(que no alcanzan, reptantes, los reptiles,
+como ni al sesgo arquílocos alfiles).
+Mi Peñasco de Hastío exuda gaudio
+cuando toca —Aarón para mi sicio—
+su clavecino el aquilino Claudio.
+Váyanse al “Orco” “prístinos abriles”,
+“mustios agostos”! ¡Qué más alto vicio,
+qué ocio más lauto! ¡Qué mejor auspicio,
+—Mecenas, rodrigones de serviles!—
+qué alegría, si no la que destiles
+tú mismo y para tí, para tu gaudio,
+si pulsa para tí (gruña el fenicio!),
+su clavecino el aquilino Claudio.
+Señor de los Acordes, aunque afiles
+el ingenio, no a tí. Ni al juglar Rizio
+magüer la Stuart le tuvo a su servicio:
+(sus modos de la amar asaz gentiles?)
+Tampoco a Pulchinelas, Clowns o Giles:
+sigue sonando (y súmense a mi gaudio
+Serenidad, Euforia, Angor, Suplicio)
+su clavecino el aquilino Claudio.
+Acerbo el Día. Acérrima la Tarde.
+La Noche tráe músicas de ensueño,
+perfumes infantiles, al roqueño
+corazón. El Futuro acaso guarde
+vinos y miel? Quizá mis sienes barde
+gloriola fugitiva? —¡Oh tonto! ¡Bah!
+Básteme el ver —burlón y zahareño—
+si, ricamente, el tiempo se me vá.
+Ah! que su fuga el tiempo no retarde:
+cantando en mi rincón (si el más pequeño
+tañedor de laúd; si iluso empeño,
+vana lucubración o nimio alarde
+juglaresco, mi canto, en donde ärde
+lumbrada vacilante: igual me dá!),
+cantando en mi rincón, yo sé, risueño,
+que, ricamente, el tiempo se me vá…
+Ah! que el tiempo se fugue! Y Jove darde
+su luz, o nieblas Júpiter norteño!
+Yo cifre en mi rincón himno tardeño
+o en la espineta síncopas escarde:
+de esas hechas no lucro o lauro aguarde
+(Midas repele —de hoy y ayer Jehovah!—
+la hoguera de Caín, con hosco ceño…)
+mas, ricamente, el tiempo se me va!
+Ah! que el tiempo se fugue! Nunca es tarde
+ni menos prematuro! Oh, qué beleño
+ni nephentes ni triacas! Los desdeño…!
+“Mano blanca femínea” (Calomarde)
+no amancilla, ni injuria de cobarde,
+befa de inulto, inepcia de Dadá…
+Miro, mientras mi trova gris pergeño,
+cuán ricamente el tiempo se me vá…
+A qué Encia con éstas enalbarde?
+—Encia valga por casqui —berroqueño—.
+Para cuál valvasor Baladas carde?
+(Qué valvasor sitúo en Bacatá?)
+¡A mí mismo la envíe! —en tánto sueño—
+y, ricamente, el tiempo se me vá!
+Crótalo, Crótalo, Crótalo.
+F. G. L.
+Aspid —un día Praxiteles—
+en mármol tibio el diente ensayas…
+¡Oh, tú, culebra harta de hieles!:
+morderás ora pulpas gayas
+como pintadas por Apeles?
+¡Nó que nó!: ¡ríspida correa:
+mi carne dura! No más bayas
+del róseo pezón de la Dea!
+Cuatro-narices, Equis, Cobras!
+Y tú —antiquísima y tan nueva—
+vén a ufanarte de tus obras:
+que en el Edén gozaste a Eva
+y a Adán le dejaste las sobras…
+Todo adanida te idolátra,
+ya que, sin tí, nadie se abreva
+del bruno pezón de Cleopatra.
+Vénganse todos los ofidios!
+Si con mi flauta los arrullo
+(que mis poéticos fastidios
+—claro los expresa Pero-Grullo—
+vierten sopor…), quizá suicidios
+también suscite… ¡oh flauta rea!
+(Fueras no flauta… y sí el capullo
+del róseo pezón de la Dea!)
+La Birrí (suave como soche
+su dorso, y elástica y blonda!);
+la Tatacoa (“sin reproche”);
+la Macaurel (como una onda
+gira, más ágil que Gavroche);
+la Pitorá… (no hay una en “atra”?)
+Nunca a mi sed la vid se esconda
+del bruno pezón de Cleopatra…
+La Mapaná de felpa verde!
+La Veinticuatro! La Minuto!
+Cuántas habrá que no recuerde
+(tanto pulula el bicho astuto!)
+y la olvidada… ¡ésa más muerde!
+Es la Pitón, nada pigmea?
+Logre —esquivándolas— tributo
+del róseo pezón de la Dea!
+Crótalus Hórridus! Te eleva
+mi Musa un Canto (si no cobras…)
+Te pagarán cuanto te deba
+con ciento y ciento y sin zozobras…
+¡en el Empíreo!: haces la prueba?
+No es sesgo ardid de mi mohatra…
+(Gustando —oh Musa—, te recobras,
+del bruno pezón de Cleopatra…)
+Rabo-de-Ají, crema y orgullo
+del Serpentario! Como iridios
+fulgen tus ojos (me embarullo:
+no sé alabarte…) Mil Ovidios
+Moscos y Horacios empatrullo
+para loar tu luz febea…!
+(Libando endulzo mis excidios
+del bruno pezón de la Dea!)
+Rieca, Panoco y Anaconda,
+con la Candunga y la Patoche!
+Las de las Islas de la Sonda
+duermen el día, y en la noche
+danzan febril, lúbrica ronda…
+La Siete-Pelos de Sumatra…
+(Yo para mí— ceñido al broche
+del bruno pezón de Cleopatra).
+Aspides, Víboras y Nayas!
+Boas. Corales, Cascabeles!
+Las Verrugosas y las Tayas!
+También vosotras, las imbeles
+culebras de innúmeras layas:
+veníd, saciad la ansia judea!
+¡Mi sangre os doy! (si no las mieles
+del róseo pezón de la Dea!)
+Esta Balada un Benvenuto
+no la talló. Y el tiempo pierde
+quien la leyere —orsado o bruto—
+Al que la fizo Apolo encuerde
+—otro castigo es diminuto—
+o el que ritmó, pueril, la Batra—
+comiomaquia…, o que Circe le encerde…
+Yo —más feliz— chupe la idea
+del róseo pezón de la Dea,
+del bruno pezón de Cleopatra!
+No importa más que ennegrecer papiros
+volcando vaciedades como tonto,
+hacer humo, en Nigricia o en Toronto?
+Sonetos con bostezos o suspiros
+y con ángeles (con o sin reproche,
+tacha o yerro), discursos a la Noche
+(sin o con Luna), arengas a los Zipas
+—¡de metáforas nimias qué derroche!—;
+¡fabricar humo en cualque de mis pipas!
+Humo cuyas fantásticas volutas
+se disgregan, abriendo a mi refugio
+libresco-musical (un artilugio
+diabólico es el órgano) anchas rutas
+para singlar, marino imaginario
+circumnavegador sobre precario
+bote, al pairo, de Funza a Tamaulipas:
+¡sujeto al leño, Ulises sedentario,
+fabricar humo en cualque de mis pipas!
+En la región que fuera de los Zaques
+(y de los Zipas); cerca al turbio Cauca
+tumultuoso (escuchando su voz rauca,
+bebiendo anís, jugando a los escaques);
+o en países de ensueño (Thúle, Utópia),
+—harto es mejor que hacer versos en copia
+a Ofelias irreales o a Xantipas
+evidentes (con Musa ajena o propia),
+¡fabricar humo en cualque de mis pipas!
+Humo, que el viento viajador se rapta
+—y a mí con él!—, con rumbo a las exóticas
+(Citeres? Pafos?) ínsulas eróticas
+que sólo el sueño en el ensueño capta;
+humo que en fonjes nébulas se abroche
+de los techos o dance a trochemoche
+(Danza de Siete Velos ante Antipas),
+y qué hago —Antipas, yo…— quieto fantoche
+¡fabricar humo en cualque de mis pipas!
+Cuando yo fuí Juglar en Bolombolo,
+juglar-pionero del Troncal, hoy trunco:
+mañana…? en paralelas al Bredunco
+camino al Mar, y allí de un brinco, al Polo,
+en mi función de vate ferroviario,
+por divertir mi hastío atrabiliario,
+libando al par de las panzudas pipas
+zumos ebrios, —solía—, solitario,
+¡fabricar humo en cualque de mis pipas!
+Humo salve! dijeron los ancestros,
+humo salve! dirán nietos y choznos,
+con voz meliflua o con abruptos voznos,
+bajuno estilo o siderales estros,
+pompa verbal o descarnada inopia.
+Humo salve! vertiendo cornucopia
+floral, frutal (a Ceres te anticipas,
+o es Ceres la que el huerto tuyo expropia?):
+¡fabricar humo en cualque de mis pipas!
+Príncipe del Ensueño, Rey ingrávido
+de la Elación, del Extasis Monarca,
+Humo, salve! Fumívoro soy ávido:
+y en la región de los Zaquezazipas
+es mi placer — Noé solo en el Arca—
+¡fabricar humo en cualque de mis pipas!
+Caduco vate ya de edad provecta,
+más vecino a la fosa que a la fusa,
+persiste en galanteos con la Musa,
+y entre los tibios muslos se delecta
+de hembra real y venus inconcusa.
+Qué le vamos a hacer! Eros comanda:
+y ogaño como antaño el fin detecta,
+del vivir, en la concha tibia y blanda.
+Mejor la línea curva que la recta,
+mejor viva mujer que helada empusa,
+mejor la cosa clara que la abstrusa,
+mejor la funcional que la correcta.
+En mesteres de amar sólo se abusa
+si se simula o si se finge y se anda
+sin fervor, sin ardor, con la dilecta
+que se goza entre linos y entre holanda.
+Oxte falsía! Adiós a torpe secta
+de tartufos tarados, vacua, ilusa,
+que sólo imbécil negación acusa,
+proclive ardid e hipocresía abyecta!
+Hila sin rueca y huso manual usa…
+Mesnada horrenda, boyeriza infanda.
+Lo que gruña la trinca no me afecta
+ni el rebuznar de la asinina banda.
+Lilia félida, ofélida es la electa.
+La amo. ¿Me ama? Ingenuidad ilusa
+—mía— dice que sí. La fe me inyecta.
+La amo. Me quiere. Deleitable vianda
+lo que me brinda mi Lilienka (rusa,
+de Kedén, de Cartago o Samarkanda).
+Julio, 28 de 1968
+¡Tristes los que viajan sobre sus sandalias o su pensamiento!
+ABEL FARINA
+Con el día azul, con la noche negra,
+con la noche diáfana, o el día de brumas,
+abur! nos vayamos al río sonoro,
+a la hermética selva, al desierto,
+y a la abierta pampa!
+Mejor que el prestigio de necias ciudades,
+ fábricas de tedio!
+Mejor que el ruido de las Multitudes
+enfermas y planas y tontas,
+—amigo mío, hermano— vamos a la aventura,
+vamos a la aventura,
+sobre armoniosa nave,
+sobre los pies ligeros!
+Cruzaremos los montes olorosos a menta,
+a ceiba, a roble, a cedro, y a misteriosos mitos!
+Cruzaremos los prados monocromos,
+los desolados arenales,
+y el viejo mar cogitabundo…
+Amigo mío, hermano, —vamos a la aventura
+vamos a la aventura,
+sobre los pies cansados, sobre nave armoniosa
+o en las ágiles alas del ensueño!
+Bogotá, 1925
+Tempo era dal principio del mattino.
+DANTE
+Llovió, llovió, llovió toda la noche.
+Mañana fría de tierra caliente.
+Quebradas crecidas, mugidoras, a gritos.
+(El Río viaja, indiferente,
+—hasta los bordes—, en silencio).
+Las neblinas
+sobre las colinas
+y por el cañón y por las abras.
+Es en el Islote de nuestra casona,
+orillas del Río Cauca, oh “Cocojondo”!
+Es en la jangada anclada de nuestra casona de “La Herradura”
+Oh Robinsones!
+Oh Robinsones del tres al cuarto
+definitivamente cómicos!
+Nos sitia el Mar de los Yerbales
+sin cobras, bah!, sin tigres ni pitones!
+Oh Robinsones! oh Robinsones
+ultra prosaicos! oh Robinsones banales, banales!
+Nos sitia el Río de Barro de la trocha.
+Nos sitia el deseo abúlico de estar quietos.
+Oh Robinsones desuetos,
+oh Robinsones mansuetos,
+oh Robinsones en la almadía…
+¿siquier en la almadía de “La Medusa”?
+Llovió. Llovió, llovió toda la noche.
+Las neblinas
+sobre las colinas
+y por el cañón y por las abras.
+Mañana fría.
+Mañana fría de tierra caliente.
+La taza de moka. La pipa. La Pipa.
+La taza de moka y el ajedrez y sus escaques.
+El vaso de vodka y el vaso de gin.
+“Los Hermanos Karamázov” de Dostoyevski.
+“Ságpath” de Méredith. “Thyphon” de Cónrad.
+“Los Monederos Falsos” de André Gide.
+Y llueve y llueve y llueve todo el día.
+Si ha de llover… que llueva! Que llueva! Que llueva!
+No me importa un ardite que se inunde el paisaje,
+ni el paisaje otro ardite…
+Que llueva! Que llueva! Que insista lloviendo!
+Es el Diluvio, acaso? Es el Diluvio,
+por ventura? El Diluvio? ¿Es el Diluvio?
+Esta es el Arca, al menos. Noé risueño y rubio
+(y báquico) yo soy. Y hay animales de múltiple linaje,
+de toda catadura, a mi alredor. Es el diluvio? ¡Es el Diluvio!
+Pero que el Arca se vaya a pique! a fondo!
+con todo el equipaje!
+Pero que el Arca naufrague, naufrague! sin paloma
+correvedile, sin Ararat intruso, alto y orondo!
+La Herradura, Río Cauca, septiembre 7 de 1926-julio de 1928
+El poeta febril, en la hamaca.
+Leía, con abúlico afán,
+la canción de Rolando:
+en sus oídos resuena el olifán.
+Silencio ahora. El poeta en la hamaca
+mira el verde, mira el azul,
+y mira la cinta de bronce
+con rumbo Norte-Sur.
+A sus ojos la cinta de bronce
+—cuyo fulgor
+mortifica sus grises ojos zarcos—
+viene con rumbo Sud-Septentrión.
+Quieto está el aire. —¿El viento
+hacia dónde huyó?
+Quieto está el aire caldeado
+que no enfría ningún rumor.
+El poeta febril, en la hamaca.
+Leía, con abúlico afán,
+la canción de Rolando:
+en sus oídos resuena el olifán.
+Silencio ahora canta en sus oídos
+la sonata de la mudez.
+Calor suscita en su cerebro
+toda la sed.
+El poeta, febril, en la hamaca.
+Montes al Este. Montes al
+Oeste. Montes al Norte.
+Mira el poeta al confín austral
+en cuya linde estrecha, asoma
+del Cauca río la segur
+que separa las cordilleras:
+¿es para verse en el azul?
+Oh tú, Narciso! oh Cauca! oh río milenario!
+¡tus aguas turbias sientan sed
+de que se ahoguen las estrellas
+—y su alabastrina desnudez—
+en el espejo de tus ondas!
+Y eso será cuando váyase el sol
+con su ruidosa joyería
+falsa, de vidrios y de latón.
+Y triscaréis entonces con las constelaciones,
+tú, Cauca!, tú, Narciso añejo!, y tú,
+abúlico poeta pobre
+—en la hamaca como en una cruz—.
+La Herradura, Río Cauca, noviembre de 1926
+Bajo las nubes rotas
+—que dejan ver desnudeces azules—
+está la tribu de los ilotas
+contra la tierra.
+Mesnadas, gregaria pandilla,
+olas y dunas de gentes:
+es el sudor la única joya que brilla
+por sobre el bronce.
+Con agrio afán, la tribu, arando hora tras hora
+canales hace en seco
+para el agua en el humo de la locomotora
+y la nave glisante por cintas gemelas.
+Rompe la gleba intonsa, en iras;
+mientras el ingeniero dispara ojos por diminutos
+cañones, hacia banderolas y miras
+bicromadas, y mide a zancazos ante mi indiferencia.
+Con traje de vaquero
+y turbio plantaje de matamoro
+gesticula el ingeniero
+ante su cañoncillo de juguete,
+que vuelve patas arriba
+la flora y la fauna del paisaje
+con intención lasciva:
+lujurias transitorias… o taquimétricas…
+Bajo las nubes rotas
+—harapos maltapando carnes ricas—
+está la tribu de los ilotas
+contra la tierra.
+La Herradura, Río Cauca, mayo de 1927
+La exigua tropa viene por el monte, viene por el monte,
+(expedición al claro de la luna,
+mezza-notte).
+La exigua tropa, paralela al río,
+cruza los pastales, bordea las pinas cornisas a pico,
+y se encarama por la trocha hirsuta.
+Del norte viene: la exigua tropa del norte viene.
+Del mago Norte una escondida hacienda
+—es cosa cinesca—
+habita la “Flor de los Campos”, leve;
+la “Flor de los Campos” que ejerce dominio
+sobre mi corazón felino!
+Del mago Norte la tropa exigua
+regresa… ¿Vana incursión! ¿Al diablo
+la tentativa?
+Cabizbajo —cosa de cine—
+viene el bandido. Así los que le siguen.
+Corazón derrotado!
+Mas vi en tus ojos una viva luz,
+“Flor de los Campos”!:
+Húmedos tus labios, ebrios!
+Has de ser mía, Diablesa, tú!
+obsesión de mis delirios!, tú,
+“Flor de los Campos”!
+Te raptaré, Diablesa, así,
+te guarden los dragones
+y la fiel algazara de los perros!,
+y tu dueño, que sea el mismo Belzebuth!
+Te raptaré, “Flor de los Montes”!,
+“Flor de las Haciendas”, tú!:
+“La Flor de los Campos” que ejerce dominio
+sobre mi corazón felino!
+El Morito, Río Cauca, febrero de 1927
+Canción de la torre, canción de la torre más alta
+cantádola hubo,
+cantádola hubo, un día, el Vago Máximo!
+Canción de la torre, canción de la torre más sola,
+cántala el Mínimo Vago.
+Canción de la torre lontana,
+señera; canción de la torre más sola
+y erguida: y en cálido yermo se asienta, y es gélida cumbre,
+y es nido de voces turbulentas,
+cenital atalaya!
+En cálido yermo se asienta, porque así lo sueña mi espíritu libre!
+La torre más sola:
+la habita mi espíritu esquivo,
+la visita el viento,
+la visita el ensueño, de elásticas
+alas,
+—si le llama mi pensamiento
+fugitivo—,
+La visita el mágico tumulto
+de la música, —el ceño fruncido, la boca cerrada—,
+—simbólico Sordo, grávido Sordo
+pleno de toda la melodía, saturado de toda la harmonía—.
+La visita el tedio, que acorre
+al clarín de mi voz, y es delicia
+y es placer y es regalo y lujuria
+a mi espíritu excéntrico:
+fragua con él fantasías mi acidia;
+—pálido tedio, larva:
+y por honda ironía, motor de las hechas más grandes
+y de las diminutas—.
+Canción de la torre más sola,
+señera: canción de la torre lontana
+y erguida: y en cálido yermo se asienta;
+la habita mi espíritu esquivo,
+sesgado, protervo,
+mi Señor, mi siervo;
+y es cálida cumbre, nudo de canciones, nudo de pasiones, cenital atalaya,
+porque así lo quiere mi espíritu libre,
+mi Señor, mi siervo.
+Canción de la torre más alta
+cantádola hubo un día el Máximo Prófugo.
+Canción de la torre más sola
+el Mínimo Prófugo cántala.
+Canción de la torre, canción de la torre más sola,
+canción de la torre, canción de la torre lontana.
+La Herradura, Río Cauca, febrero de 1927
+A Antonio García
+Aquí no llega sino la voz
+del viento, la Voz del Viento!
+Canción del Viento, libérrima
+y ágil, de sincopado ritmo!
+Aquí no llega sino la Voz del Viento!
+Y canta.
+La Voz del Viento, la Voz del Viento
+llega y se quiebra contra los cantiles
+dioríticos; luego se aduerme por las lomas;
+describe ahora el curso del sinuoso
+Bredunco; y silba, y silba,
+y silba —pastoral— por los palmares.
+Aquí no llega sino la voz
+del viento, la Voz del Viento.
+La voz del viento, la Voz del Viento
+se allega a mis oídos.
+Y canta.
+Canción del Viento
+como ninguna:
+No la empobrece cartabón imbécil
+y pedante; ni molde tonto; ni trivial retícula;
+ni temor a infringir el gusto abyecto
+de la mesnada;
+ni alarde vano de la rutinera
+“maestría”, —abalorio de abolido abolorio…
+Canción del Viento, libérrima
+y ágil y potente!
+Canción del Viento
+como ninguna:
+Oratoria mulata
+hueca inflación no tórnala; ni trueno
+de los bombos feriales;
+ni anómalo deliquio cineasta;
+ni parodia de snob; ni badurnado
+tropicalismo;
+ni caico gris de helenos y de italos…
+Canción del Viento
+como ninguna:
+Sobria es: de líneas
+esbeltas;
+ruda es: de músculos duros;
+sutil es; pensierosa…;
+perfumada de selvas y de montes y de mares y ríos
+y de olor y sabor de mujeres;
+macerada en redomas de dolor y cansancio;
+saturada de músicas recónditas,
+gigantescas, y de músicas acariciantes…
+Aquí no llega sino la Voz
+del Viento.
+Y canta.
+Canción del Viento, canción del Viento!
+Aquí no llega sino la Voz
+del Viento,
+la Voz del Viento!
+Río Cauca, 1926-27 Rev. de 1930 Rev. Agosto, 5 de 1931
+A Efe Gómez
+Cerca de donde júntase
+la Comiá con el Cauca,
+Rosa picara vivía
+—del campamento lujuriante Hada.
+Guisos cuán apetitosos
+mano albi-roja guisaba
+—Rosa maritornes única!
+(mejor sus manos rosa-albas,
+frentes, mejillas que la fiebre dora,
+frentes, mejillas que la fiebre exalta,
+acariciaban —gaviotas
+sobre la mar que hispe la borrasca—)
+Oh Rosa la de mis besos
+y en su boca vibrátil… (tibia aljaba
+de la lengua vivaz —venusina
+flecha para mi boca sansebastianizada…—)
+Oh Rosa la de los ojos
+como la noche cerrada:
+y un sutil estrabismo los volvía
+pérfidas y malignas azagayas
+para mi corazón: dardos, virotes y macanas!
+Y me herían dulcísimos sus ojos
+de terciopelo —negros— y de lascivia —en llamas!
+Oh Rosa de los abrazos
+de fulva leona en brama!
+Rosa pícara felina!
+Y en sus brazos morenos naufragaba
+mi sér —mi sér, a pique, jubiloso!—
+Oh mármol móvil en la móvil hamaca!
+Oh mármol ágil sobre los yerbales!
+Rútilo mármol en las rubias aguas
+del Cauca río: —retozante Fauno,
+flavo Sileno ansioso de la nuda Oreáda—,
+fogoso mármol, Venus
+sapiente, en la alcoba, a la noche insomne y ávida!
+Cerca de donde júntase
+la Comiá con el Cauca,
+Rosa pícara vivía
+—síntesis de Ninones y de Aspasias.
+Por ella, riñas, enojos,
+celos, duelos, algaradas:
+Rosa, Helena de esa Troya,
+mucho más hembra que la Helena clásica!
+Rosa la de los labios gordezuelos
+y los perfectos muslos y las róseas cúpulas elásticas!
+Rosa…, fugada con los años idos…:
+¿dónde amarás ahora, Venus de Bolombolo, Láis del Cauca.?
+Río Cauca, 1926 Rev. de 1931
+¿No está en tu cuerpo toda la euritmia,
+como en tus ojos amor en acecho,
+como en tus labios —de cuya sonrisa
+copia desearan las dieciochescas
+preciosas preciosas— la gracia felina
+y el sacro füego que infunde en las venas
+la fiebre de amores y fina lascivia?
+Y ahora has venido de lontana Corte
+portando atavíos de magia y ensueño,
+Fata Bibiana:
+—melados obóes
+y el cálido canto de los clarinetes
+alaben tu arribo:
+tu arrogancia lóen
+pulidos rondeles:
+y los serventesios
+y las vilanelas a tus pies se postren—.
+¿No está en tu cuerpo toda la lujuria
+y en tus claros ojos y en tu boca fresca?
+Vestida de hielos, te veo desnuda…
+Desnuda, desnuda te vistes de fuego.
+Como una bacante me abrasas y besas…
+Cuando hablas o ríes se acalla la Música…
+Como tú caminas Salomé danzára…
+Y cómo tú danzas…: toda está en tu cuerpo
+—Fata Bibiana—
+toda está en tu cuerpo, toda la locura
+¿No está en tu cuerpo toda la locura?
+Río Cauca, enero de 1927
+Velay! Velay! Melusina,
+velay! Melusina de oro
+—en el cabello y en el vello leve
+que el labio te sombrea y las mejillas—.
+Velay! Melusina de aciano
+—palpitantes, azúreos, lientos ojos—.
+Velay! Melusina la blonda
+—los sonrosados labios, el cuello sonrosado,
+sonrosados tesoros escondidos…—
+Velay! Velay! Melusina,
+velay! Melusina de oro:
+¿cuándo reventarán los azahares?
+¿cuándo el sabor caliente de tus llenos
+labios golosos gustará mi gula?
+¿cuándo aquellos tesoros escondidos
+que —apenas— vislumbrará el ojo hambriento
+(bastión bicupulado —diminutas
+cúpulas desafiantes— que decora
+sangriento par de diminutas fresas;
+nemorosos retiros bajo los tibios brazos;
+nemorosos retiros…?)
+¿cuándo aquellos tesoros recatados
+golosamente gustará mi gula?
+¿cuándo reventarán los azahares?
+Velay! Velay! Melusina,
+velay! Melusina de oro
+—en el cabello y en el vello leve…—
+Velay! Melusina de aciano,
+velay! Melusina la blonda,
+velay! velay! Melusina…
+Río Cauca, enero de 1927
+Oh Dinarzada, huyámos, hacia el Norte esplendente
+del pródigo Ecuador de selvas húmedas…
+—Erik Fjórdsson: al Norte vámos, al norte rútilo,
+la cuna de tu raza hosca y potente.
+—Dinarzada, vayamos hacia el Norte, hacia el Norte,
+—mi brazo recio a tu talle ceñido;
+contra mi pecho tu cabeza; al viento
+tu cabello de noche y mi melena;
+nuestras narices ávidas, marino
+tufo salobre aspiren y júbilo y contento…—
+Oh Dinarzada: huyámos, hacia el Norte esplendente,
+del tórrido Ecuador de selvas húmedas…
+—Erik Fjórdsson: al Norte vámos, al norte rútilo,
+la cuna de tu raza hosca y potente.
+—Dinarzada: vayamos hacia el Norte, hacia el Norte,
+—mis ojos grises en tus ojos mirándose;
+mis labios ebrios bebiéndose tu aliento;
+tu pecho en flor a mi pecho ceñido;
+nuestras narices ávidas, oceánico
+vaho salobre hurtándoles a las olas y al viento…!—
+Dinarzada: vayamos hacia el Norte, en ardiente,
+en férvida evasión, en fuga alígera…
+—Erik Fjórdsson: al Norte vámos, al norte rútilo,
+la cuna de tu raza hosca y potente.
+1930-1931
+A Francisco Rodríguez Moya
+Hacia Oriente vayámos, oh Gacela:
+Sindbad el odiseo,
+de su nao filante hinche la vela:
+de su nao, que vence a la procela
+y que se rinde a tu deseo…
+—Víking, víking: singlémos los pontos iracundos,
+sin astrolabio o brújula, tras nó catados Mundos,
+¡al azar, al azar, dichos vagabundos,
+al azar!
+—Hacia Oriente vayámos, peregrinos
+de la Aventura, sólo…:
+hacia Oriente vayámos: tus felinos
+ojos serán la luz; tus venusinos
+besos —y tus palabras— mi Pactolo;
+hacia Oriente vayámos, de la inútil
+Aventura argonautas:
+no a caza del Toisón… —trofeo fútil:
+¡tus columnas, oh Paros inconsútil,
+mejor guárdanme, lautas…!
+—Víking, víking: crucémos los Océanos lueños:
+tuyas son las columnas, tuyos son los sedeños
+tesoros que recatan…: ¡mi carne y mis ensueños
+tuyos son!
+—Hacia Oriente vayámos, los acordes
+corazones unísonos:
+¡y en vano, oh Mar, desbordes
+tus cóleras y a gritos nos asordes!:
+no oiremos sino cánticos dulcísonos…
+Hacia Oriente, hacia Oriente derivemos,
+brazos y bocas juntos:
+las velas, nuestro espíritu, y los remos
+la indomada pasión: vámos, dejémos
+en el ribazo hostil, lastres difuntos…
+—Víking, víking: surquémos el Mar vasto y bravío:
+la Noche —tu Gacela— seguirá tu sombrío
+gonfalón de pirata: ¡tuya soy y eres mío!
+¡tuya soy!
+1930
+A Mariano Villegas Restrepo
+En grises días ya no se oye
+sino monótono són asordado.
+Vano es entonces,
+vano es entonces acudir a trompetas de ocre
+rojo, trompas de añil, clarines de cobalto.
+Ya no se oye, ya no se oye
+sino clangor bajísimo y opaco
+de tremulentos órganos distantes y de bronces
+que agobia la neblina, —fúnebres y lontanos.
+En grises días ya no se oye
+sino fatídico batir y triste
+que marca la derrota:
+destemplados tambores…
+Vano es entonces,
+vano es entonces el estridor de roncos añafiles
+belísonos, y vana la fanfarria de los cobres
+sobreagudos, —heraldos de victoriosas lides.
+Ya no se oye, ya no se oye
+sino clangor bajísimo de humildes
+plañideras y de espíritus débiles que el pavor sobrecoge:
+no obstante, y más si en vano, con ánimo infrangible,
+cantád, cantád, Poetas, cantád —con voz que azote
+los ámbitos y préñelos —peanes de alegría sin término ni linde!
+Zuyaxiwevo, junio de 1931
+A Juan Lozano y Lozano
+Tengo una sed de vinos capitosos
+—venusino furor, pugnas salaces,
+ojos enloquecidos por el éxtasis,
+bocas ebrias, frenéticos enlaces—.
+Tú, Dinarzada, tú, Fogosa Mía,
+tú, Melusina, Vid de mis Deseos:
+¡dóname tu lagar tibio y recóndito!
+quiero oprimir tus uvas!
+y tus vinos
+exprimir!
+—fulgurante filtro cálido
+para mi sed de zumos citereos!
+Tengo una sed de búdicos nirvanas
+—zahareño no oír, callada acidia,
+ojos enceguecidos por el éxtasis,
+espiritual ardor, psíquica lidia—.
+Tú, Viaje Azul, Deliquio, Noche Intacta,
+Música…, oh tú, mi inasequible Dueño:
+¡llévame a tus refugios ataráxicos!
+quiero tañer tus fibras!
+y el prodigio
+de tu entraña exprimir!
+—dón inefable
+para mi sed de fugas y de ensueño!
+Zuyaxiwevo, junio 10 de 1931
+Tú fuiste mía, ardiente Dinarzada:
+todo tu sér se le entregó a mi ruego!
+todo tu sér se le rindió a mi Nada!
+todo tu fuego se fundió en mi fuego!
+Tú fuiste mía, ardiente Dinarzada!
+Ya qué me importa el torvo rumbo ciego!
+Es lumbre para mí la desolada
+llanura yerma! Alígero navego
+bajo la tempestad desmelenada!
+Todo tu fuego se fundió en mi fuego!
+Tu grande corazón, tu alma extasiada,
+tu espíritu finísimo, a mi ruego
+se rindieron: donáronse a mi Nada!
+Noche: en tus brazos únicos me entrego,
+Dinarzada sutil, Noche Soñada…
+Tú fuiste mía, ardiente Dinarzada!
+Todo tu fuego se fundió en mi fuego!
+Mía fuiste, Xatlí, Noche Morena:
+cuando la tempestad, la lluvia fría,
+te me diste, Xatlí, suave y bravía!
+Me embriagué en el negror de tu melena!
+En tus pupilas brunas, Noche Ajena,
+luz de los orbes trémula bullía,
+y en tus pupilas brunas, Noche Mía…
+Mía fuiste, Xatlí, Noche Morena!
+Mía Xatlí, la Noche: —ávida ardía
+en tus ojos la luz extraterrena
+de las constelaciones, que enajena
+mi sér y háceme prófugo del Día
+y de su luz atónita y vacía!
+Xatlí, la Noche: en mis oídos suena
+el sí bemol con que te diste, plena,
+cuando la tempestad, la lluvia fría…
+Xatlí, la Noche: arcángel y sirena.
+Mansión de paz, Vorágine sombría:
+tibios aromas que Annabel olía…,
+filtros de que mi psique se envenena…,
+música triste, grávida de pena…,
+música honda, henchida de alegría…!
+Xatlí, la Noche: en mis brazos cabía
+todo cuanto soñó mi fantasía…
+Mía fuiste, Xatlí, Noche Morena!
+Tú fuiste mía, —Tú, Noche Aladínea!
+Del anillo y la lámpara fuí dueño!
+Mío el tesoro de tu amor zahareño…
+Dueño de cuanto la ambición alínea…
+Tú fuiste mía, —Tú, Noche Aladínea!
+Del anillo y la lámpara fuí dueño:
+—morboso ópalo, ágata femínea,
+belígero rubí, perla virgínea…
+¡todas las joyas que prevía el Sueño!
+Del anillo y la lámpara fuí dueño!
+Tú fuiste mía, —Tú, Noche Aladínea!
+Tú corazón audaz, tu ágil ensueño,
+tu cuerpo, al par anfórico y cenceño
+—frágil prodigio esbelto de la línea!—
+Tú fuiste mía, —Tú, Noche Aladínea!
+Mío el tesoro de tu amor zahareño:
+de tus ojos la brava luz fulmínea,
+la roja flor de tu boca sanguínea,
+todo tu sér balsámico y sedeño!
+Mío el tesoro de tu amor zahareño!
+Dueño de cuanto la ambición alínea:
+¿rica fortuna? ¿bienestar pequeño?
+—éxtasis, ataraxia, esplín risueño,
+báquico afán, plenitud apolínea!
+Dueño de cuanto la ambición alínea!
+Tú fuiste mía, —Tú, Noche Aladínea!
+Tu faz riente, tu angustiado ceño,
+tu tortura, tu júbilo, y el lueño
+divagar de tu mente alta y lumínea!
+Tú fuiste mía, —Tú, Noche Aladínea!
+En tu pelo está el perfume de la noche
+y en tus ojos su tormentosa luz.
+El sabor de la noche vibra en tu boca palpitante.
+Mi corazón, clavado sobre la noche de abenuz.
+La noche está en tu frente morena, erguida y frágil
+y en tus brazos que un vello sutil aterciopela.
+La noche está en recónditos parajes de tu cuerpo:
+—la noche perfumada de nardo y de vainilla y de canela…
+La noche está en tus ojos brunos, iridiscente:
+constelaciones bullen en su vivaz burbuja.
+La noche está en tus ojos brunos, cuando los cierras:
+noche definitiva, noche agorera, noche bruja.
+En tus oídos, toda la música de la noche
+se refugia, y te arrulla con su vago susurro.
+En tus oídos, toda la música de la noche,
+y en tu voz, y en tu risa, y en tu tácito llanto…
+En tu frente, su angustia latente insomne yerra,
+y en tu pecho amoroso su tormentosa luz.
+En la noche sortílega, sortílego discurro…
+El sabor de la noche vibra en tu boca palpitante.
+Tus manos son dos pálidas lunas sobre mi frente.
+Clavos en tí me clavan, oh Noche deleitosa!
+Noche…! tibio madero de mi cruz!
+Netupiromba, agosto 8 de 1931
+Mañana sí veré con ojos jubilosos
+la luz, la luz del día;
+en pleno día miraré la noche fúlgida,
+en pleno día oiré sus cánticos, absorto,
+los cantos de la noche única!
+en pleno día
+respiraré el aroma de la noche estremecida!
+Yo besaré los labios de la noche:
+y mis manos febriles
+pondrán presas sus manos tibias
+y oprimirán los flancos de la noche
+y los muslos —vía láctea—, los muslos siderales de la noche;
+y mis manos febriles
+retozarán en cálidos oteros
+y odorantes colinas
+y jardines ocultos de la noche…
+Yo escrutaré los ojos de la noche:
+me beberé el fulgor de sus pupilas
+por saber si es amor ese fulgor…:
+—por saber si es amor el hondo efluvio,
+el tormentoso exálito que efunde la melena de la noche,
+me embriagaré en su bruna cabellera…:
+por saber si es amor todo el perfume
+que envuelve el cuerpo en ascuas de la noche,
+yo estrecharé en mis brazos el cuerpo de la noche…
+Mañana sí veré con ojos jubilosos
+la luz, la luz del día:
+en pleno día miraré la noche fúlgida,
+en pleno día oiré sus cánticos, absorto,
+los cantos de la noche única!
+en pleno día
+respiraré el aroma de la noche estremecida!
+Netupiromba, septiembre 26, 1931
+A Hernando De La Calle
+En el recodo de todo camino
+la vida me depare el bravo amor:
+y un vaso de aguardiente, ajenjo o vino,
+de arak o vodka o kirsch, o de ginebra:
+un verso libre —audaz como el azor—,
+una canción, un perfume calino,
+un grifo, un gerifalte, un búho, una culebra…
+(y el bravo amor, el bravo amor, el bravo amor!)
+En el recodo de cada calleja
+la vida me depare el raro albur:
+—con el tabardo roto, con la cachimba vieja
+y el chambergo agorero y el buído reojo,
+vagar so la alta noche de enlutecido azur:
+murciélago macabro, sortílega corneja,
+ambular, divagar, discurrir al ritmo del antojo…
+(y el raro albur, el raro albur, el raro albur!)
+En el recodo de todo sendero
+la vida me depare a ésa mujer:
+y un horizonte para mi sed de aventurero,
+una música honda para surcar sus ondas,
+un corto día, un lento amanecer,
+un lastrado silencio hosco y austero,
+la soledad, de pupilas redondas…
+(y ésa mujer, ésa mujer, ésa mujer!)
+En el recodo de cada vereda
+la vida me depare el ebrio azar:
+absorto ante el miraje que en mis ojos se enreda
+vibre yo —Prometeo de mi tortura pávida—;
+ante mis ojos fulvos, fulja el cobre del mar:
+su canto, en mis oídos mi grito acallar pueda!
+y exalte mi delirio su furia fría y ávida…
+(el ebrio azar, el ebrio azar, el ebrio azar!)
+Y en el recodo de todo camino
+la vida me depare “un bel morir”:
+despéineme un balazo del pecho el vello fino,
+destríce un tajo acerbo mi sien osada y frágil:
+—de mi cansancio el terco ir y venir:
+la fábrica de ensueños —tesoro de Aladino—,
+mi vida turbia y tarda, mi ilusión tensa y ágil…—
+(un bel morir, un bel morir, un bel morir!)
+Netupiromba Finado 28, noviembre de 1931
+Yo todo me quemo en tu fuego: —falena
+yo soy, de tu lámpara breve;
+me quemo en tus densos perfumes, oh Noche,
+me quemo en tu tórrido viento y en tu vágulo exálito leve;
+me quemo en tus limpias estrellas, oh Noche;
+me quemo en tu luna de nieve;
+yo todo me quemo en tu fuego: —tu fuego,
+con ávidas bocas purpúreas mi sangre y mi espíritu —goloso— se bebe…!
+Y como de la pulcra onda
+salta a la superficie espuma de heces,
+—mallada cota de cruentos anillos
+roe mi cuerpo que aromó tu delicia,
+hiere mi cuerpo (yedra en tu cintura,
+ceñidor de tu talle,
+mástil entre tus lianas prisionero!)
+Y como de la onda pulcra
+salta a la superficie espuma de heces…:
+Yo todo me quemo en tu llanto, mi brava
+leona rugiente en desérticas simas;
+me quemo en tu recio dolor y en tu duro
+martirio, que alegran mis ásperas rimas,
+me quemo en la ingente pira de tu alto
+delirio amoroso que incendia mis fuerzas opímas
+yo todo me quemo en tu llanto: —tu llanto,
+con ácidas lumbres violáceas retempla mis cóleras, y aguza mis cóleras con ácidas limas…!
+Y si de la pulcra
+onda diamantina surte espuma de heces,
+¿de la vortiginosa sima sin estrella
+oteante no brotará a la aceda superficie
+tibio canto lustral que esas lacras
+elida? ¿no brotará el perfume, y un ledo murmullo
+(tu voz jubilosa!) que unja mi laceria con bálsamo sacro,
+y unja tu tortura de rocío y de miel?
+¿No brotará a la aceda superficie
+tibio canto lustral?
+Yo todo me quemo en tu fuego! —Falena
+yo soy, de tu lámpara breve!
+Me quemo en tu trémulo vórtice de astros,
+oh Noche! Me quemo en tu cáos de efluvios! Me quemo en tu luna de nieve!
+Me quemo en tus tórridos vientos encinta de turbia procela!
+Me quemo en tu vágula brisa tornátil y leve.
+Yo todo me quemo en tu fuego: —tu fuego
+con ávidas bocas purpúreas, mi sangre y mi espíritu —goloso— se bebe…!
+Gira y se desbarata la sonata
+por espirales infinitesimales.
+Yo ya venía, yo siempre estoy viniendo de alguna lejanía
+subconsciente o estoy siempre en camino hacia otra Utópia.
+No ven mis ojos nada. Mi espíritu sí copia,
+mis oídos sí captan la absurda geometría
+—como la imagen cósmica las antenas mentales—;
+buzos ellos; espíritu, el azor, nefelibata.
+Yo siempre estoy llegando de alguna lejanía
+—de la misma, quizabes— corazón soterraño…
+Desde el primero día
+y hasta la última noche ventura…; es éste el año?
+¡Quién lo sabrá! —Me dieran franca vía!
+Joyoso singlaría! ¡Alegría! ¡Alegría!
+y en la nao de pinos o de estaño!
+Cansado estoy. Cansancio metafísico.
+Vencido estoy. Rendido…? ¡eso nó, nunca!
+Romántico no soy exangüe o phtísico.
+Erguido soy Titán (en la espelunca:
+no en ápex Prometeo
+sino en la sima indomeñado Leo)
+Erguido soy Titán: de ánima trunca,
+de hastiado corazón, Titán Pigmeo!
+Yo siempre estoy llegando de no se sabe dónde…
+Quizá de dentro de mi cosmos mismo,
+girando a orillas de mi propio abismo
+—como a la mi nesciencia corresponde—.
+Soy de muy más Villamediana conde
+si marqués de la Marca de mi Ismo.
+Cansado estoy. Hastiado estoy. Otea
+—y al filo de la media noche torva—
+la Perenne, en asecho: ¡oh dulce Dea!
+Más leda es para mí tu falce corva
+que el sonar caricioso de la tiorba
+tañida por los dedos de Frinea;
+más tibia que el toisón de su Medea
+para Jasón… —¿más clásica la cita?—
+(toisón o vellocino). Y más tirita
+Jasón con él, que Leo ante la hoz
+y hecho con la Perenne otro Booz!
+Cansado estoy. Hastiado estoy. Apunta
+mas no dispara, la Perenne. Bueno…
+Qué se va a hacer… Apunta la Bisunta
+y el mínimo Titán tasca su freno,
+piafante, meditando en el eoceno
+como buen paleontólogo,
+y urdiendo un epitafio a su difunta
+gestión, como mejor epitafiólogo,
+máximo y teratólogo.
+Yo estoy siempre tornando de alguna lejanía
+desde el primero día…
+Cansado estoy de Bienes y de Males,
+buzo topo o azor nefelibata…
+Gira y se desbarata la sonata
+y en espirales infinitesimales.
+Solo por ver la luz en tus pupilas
+fuera admisible ya la lobreguez del mundo sórdido.
+Y éso que soñé grande cómo fué diminuto!
+Ah! qué febril afán…
+Yo venía de más allá.
+Yo venía de más allá del cosmos vacuo
+donde apenas se ven fantasmas intangibles
+generados por el ensueño fuliginoso.
+Y éso que soñé grande, cómo fué diminuto!
+Estrellas hay de tan lustral hechizo
+que ninguna mujer vale el susurro
+de su mudo inasible soliloquio.
+Ah! qué febril afán para tan poca
+fragancia, y tánto efímera!
+Por los abscontos mundos que un día transitara
+y en Nishapur, Omar, todo es la pura armonía, sólo.
+Por los mundos de Omar-el-Jayám, inasibles…
+Ojos que la locura hizo irradiantes
+exploraron el vacío sin lindes del insomnio,
+los campos infinitos donde la sed no se sacia,
+las estepas sangrantes de odio,
+las dunas áridas,
+los arenales inhóspites en los que el trópico
+sabe acendrar los espejismos secos.
+Y tánta, y tánta sed para un minuto…
+Ojos que la locura hizo vigías
+exploraron la húmida fiebre de las selvas extenüantes
+—paludes nemorosas—,
+la cóncava oquedad de los espacios sordos
+(ni el viento allí bulula sus himnos fugitivos
+ni eternizan las nubes su vuelo desidioso,
+ni el corazón emponzoñado
+difunde su veneno sutil, abisal, pérfido, hondo…)
+Sólo por ver la luz en tus pupilas
+fuera admisible —ya— la sordidez del mundo lóbrego.
+Y éso que soñé grande, cómo fue diminuto!
+Ah! qué febril afán para tan poca
+fragancia! ¡y tánta sed para un minuto
+de saciedad con zumos de esa boca!
+Sólo con ver la luz en tus absortos
+ojos brunos y claros, admisible
+la sórdida aridez! o con besar
+tus labios, y el misterio de tu nuca…
+Xatlí…, Aglaé…, Budur…
+Sombra de antaño, es hora única lumbre.
+Lumbre de antaño, ogaño es noche sola.
+Sólo por ver la luz en tus pupilas
+entreabres tus párpados, oh noche!
+Oh noche de amarantos!
+Pradera de asfodelos y de lotos!
+Noviembre, 17 de 1933
+Yo me bebí la sed sin dueño
+junto al enlace de dos rutas.
+Desde el estípite roqueño
+de mi quimérica atalaya
+vi naufragar —tibias, enjutas-
+esbeltas formas, en la playa
+(y un bello espíritu…, en el sueño!)
+¡Y me bebí la sed sin dueño!
+Grácil el cuerpo atán pequeño.
+Radiantes ojos; diminutas
+ansias…; y desde el zahareño
+retiro —y mítica bicoca—
+bajé a saciar las sedes brutas.
+Torso en furor, ávida boca
+(corazón fiël…, en el sueño).
+¡Y me bebí la sed sin dueño!
+Creí topar el sér de ensueño,
+par: elaciones impolutas,
+ánima clara, franco empeño;
+y en sus ojazos abisales,
+señeros; y en sus róseas grutas
+sexual refugio (y estelares
+faros, fanales…, en el sueño!)
+¡Y me bebí la sed sin dueño!
+Yo me bebí la sed sin dueño
+junto al enlace de dos rutas;
+fogoso su cuerpo cenceño,
+sus labios húmidos, venustos,
+olientes a exóticas frutas:
+espíritu y cuerpo combustos
+al par (y osados…, en el suelo…!)
+¡Y me bebí la sed sin dueño!
+Llovizna abrillanta-asfaltos
+de la dormida calleja.
+Llovizna canta-en-la-reja,
+llovizna arrulla-a-la-oreja,
+—escala de los asaltos
+(Julieta habita en los altos,)
+de Romeo—: historia añeja.
+Llovizna moja-que-moja
+trovador de Alda o Mafalda,
+nocharniego rima-balda
+cuyo manteo sofalda
+—para colmo a su congoja—
+la ventisca, y lo sonroja:
+trovero-desnuda-espalda…
+Llovizna pica y repica
+con su yeloso goteo
+por el raído manteo
+del aterido Romeo:
+si el balcón cierra la rica
+—fembra, asaz se simplifica
+la acción de Tristán e Iseo…
+Llovizna llueve-que-llueve,
+llovizna cala-que-cala.
+Presto apróntale la escala,
+pronto el “partido por gala
+en dos” alísta: a que pruebe
+tu licor cálido Hebe,
+“cuaderno-azul-bajo-el-ala”,
+es decir vate-que-bate,
+rimador rima-que-rima,
+harpa-al-hombro, laúd-mima,
+vihuela-pellizca, o lima
+—violín, o teclas-abate…
+“Campo-de-pluma”, el combate,
+Hebe, de amor, se aproxima:
+“campo-de-plumas” aprésta
+Hebe (Iseo, Isolda, Alda,
+Julieta, Dido o Mafalda):
+trovador-lira-a-la-espalda
+apercibe su ballesta
+y el dardo certero asesta
+que clavar ha en tu guirnalda.
+Hebe (Mafalda, Alda, Dido,
+Iseo, Julieta, Isota,
+Ulalume, ya remota,
+Xatlí, morena-de-oliva,
+Eglé, blonda delusiva,
+deswertherada Carlota,
+Ofelia ofélida ignota,
+fugadas en el olvido):
+Llega el trovador transido
+—rota flámula en derrota,
+rota flámula hecha criba,
+gonfalón deshecho hecho
+girón: pero avante el pecho
+tráe el trovador maltrecho
+pujante: y en su lasciva
+boca, el áscua-siempre-viva
+que hoguera será en el lecho.
+Julio 22-octubre 7, de 1949
+La noche se venía en vuelo blando,
+—Sirio vigía desde el atalaya—
+se venía danzando:
+(Danza de hieratismo, casi tripudio, por modo alguno danza gaya)
+Cómo será la noche vista desde la playa?
+La noche se venía en vuelo blando
+cuando el mar iracundo se rompía
+contra los malecones…
+Veracruz? —Panamá? Veracruz? Nada
+supe de Veracruz: ojos de búho,
+noche tupida… Y muy distante Veracruz.
+Con ojazos de búho, desde el clípero. Eolo
+tal voceaba —Eolo nuncio de los ciclones—
+que nada se veía cuando sólo se oía…
+Noche de Veracruz, dos veces fracasada!
+Noche de Panamá (sólo, dúo, tridúo)
+cuando el mar iracundo se rompía contra los malecones…
+Noche de Veracruz sólo abenuz
+con mar de oída, mar de telón, sólo…
+1945
+No toques nada. Déjalo todo en su sitio.
+Mira la rosa mirobolante, signo, símbolo, emblema.
+Para los ojos nada, ni para los subsentidos.
+Sólo la Música és. La Poesía, la Música son una sola Ella.
+Y Ella, cualquiera Ella, lo sortílego
+si sombra efímera huidera.
+Para los ojos nada. Función es de los ojos
+transvasar las imágenes, aprehenderlas; las fija
+—para la eternidad— el químico de acordes.
+El, sólo. El solo.
+Fija una vez la imágen aprehendida…
+Los ojos y los otros, subsentidos, servidores.
+Y Ella…, el mito remoto,
+la volandera sombra efímera,
+y la traza cinérea y el regusto salobre.
+No toques nada: todo en su sitio. Déja…
+Mira la rosa mirobolante. Y es la rosa testigo,
+si no pretexto apenas y ocasional abrigo
+de musical ensueño, si miel para la abeja.
+Góza, chúpa la miel… Rosa, hoy conseja,
+vive en el verso. Y en el pan muere el trigo.
+La rosa fue la amiga del amigo.
+Rosa testigo y trigo. Pan comido. Flor vieja.
+Son una sola Ella, música, poesía.
+No toques nada. Todo en su sitio quede.
+Testigo fue la rosa de pétalos resecos.
+Breve placer. Breve dolor. Ya Malvasía,
+ya cicuta. ¡Oh Retórica que hiede!
+Placer, dolor, ayer… Hoy, huecos ecos!
+No toques nada. Déjalo todo en su nicho,
+déjado todo en la urna.
+Mira la rosa, cualquiera rosa mirobolante.
+Nada para los ojos; todo para la caracola resonante.
+Sólo la Música és. Y el resto, ocio y capricho,
+mentida euforia más que taciturna.
+Poesía y la Música son el eterno instante,
+y Ella, cualquiera Ella, sombra errante,
+función del viento: y lo demás, ya dicho,
+mi sola alma nocturna.
+No toques nada. Todo en su sitio deja.
+Lo que viene y se va, lo que se fue y retorna
+con lo que nunca advino; lo que ya no vendrá.
+No sólo el vino cobra calidad si se añeja:
+también el corazón el tiempo exorna,
+y lo que fue aventura mito se tornará…
+Diciembre, 1946-abril 9/15 de 1953
+Llueve tras de los vidrios (verleniana
+lluvia, si no en mi corazón:
+mi corazón se fugó una mañana
+detrás de otra canción).
+Llueve tras de los vidrios (melancólica
+lluvia, en manera alguna tan poética
+—pero, menos, prosaica, —o tan simbólica…)
+Llueve, llueve no más… Lluvia esplinética.
+Yo no sabía de mirar la lluvia
+tras de los vidrios —trance filosófico—:
+las más veces cayó sobre (fue rubia
+cuando fué) mi melena… —trance atrófico—.
+Llueve tras de los vidrios. Fumo. Escribo.
+Aíslanme los vidrios del urbano
+tráfago…, y, en mi jaula soy lascivo
+pájaro sitibundo siempre en vano.
+Llueve tras de los vidrios (verleniana
+lluvia, si no en mi corazón)
+Mi corazón se fugó —tarambana—
+tras una cancioncilla casquivana
+sin ritmo ni razón,
+sin tón ni són.
+Mayo-junio, de 1947
+Héteme al linde del otoño, logrado
+plenamente, preludio del descenso.
+La euforia aún conmigo: corazón desalado
+y espíritu burlón e iluso al par:
+Amo aún, sueño aún, divago, pienso…
+No es oportuno todavía descansar.
+Sino seguir pugnando, con humor e indolencia.
+No es el crepúsculo, es apenas la media tarde: no ha llegado el crepúsculo.
+Medio día a la zaga —próximo y en vigencia—
+caracol resonante, guarda el eco del mar.
+Amo aún, sueño aún. Hay mente. Hay músculo.
+No es oportuno todavía descansar.
+Sino seguir pugnando, sino insistir, desaprensivo:
+ni ambicioso ni claudicante… ¡Oxte, melancolía!
+Desdeñoso ni acre: siempre alacre —y sarcástico y esquivo—,
+seguir pugnando con el viento y la estulticia y el azar.
+Amo aún. Sueño aún. Hay fervor y armonía.
+No es oportuno todavía descansar.
+Sino seguir pugnando, sino insistir, cáustico, sonriente
+si cogitante, bufón befante —si filosofista—.
+Ni pueril ni senil. Ni didascálico, monitorio ni incongruente.
+Seguir pugnando escéptico ante el vacío especular.
+Amo aún. Sueño aún. Nada me vence ni contrista.
+No es oportuno todavía descansar.
+Julio 22-octubre 7 de 1949
+Ya en ninguna ensenada están cantando
+ni tampoco existieron las sirenas?
+Ficción de trovador trovadorante,
+ficción apenas?
+Quién las oyó cantar a esas sirenas,
+y dónde y cómo y cuándo?
+El viento sopla sobre las arenas,
+el mar se rompe contra los cantiles
+sollozando!
+Qué nenia desolada!
+Trovero, trovador, trovadorante:
+necesito que enfiles
+—a que retocen luego en la ensenada—
+trece sirenas… ¿Trece son bastante?
+Yo soy el exilado principe de Nolandia.
+De incógnito vegeto y en mínimos mesteres.
+Soy Capitán de los anocheceres.
+Divierto —a mi sabor— a gente sandia.
+Dáme a gustar de tu boca la esencia,
+señora Melusina. Oh, qué deliquio!
+Más suave que ni dáctilo o pirriquio,
+mejor que el Samos en ritual frecuencia.
+Yo soy el exilado príncipe del Absurdo.
+De incógnito divago y en mesteres pequeños.
+Soy Capitán único de mis sueños.
+Divierto —a mi talante— a tonto o zurdo.
+Dáme a gustar el filtro que alquitaras
+—intercolumnio— Melusina endrina:
+mejor —quizá— ni el Sueño lo imagina.
+Mejor —talvez— ni Tú te lo soñaras.
+Yo soy el exilado príncipe de Tenebria:
+de incógnito discurro y en mesteres mezquinos.
+Soy Capitán de mis desatinos.
+Divierto —es un decir— a la grey ebria.
+Dáme a gustar el filtro que tu asilas
+—y entre qué pulpas, bajo qué abenuz!—
+Melusina, Xatlí, Morena Luz…
+Dámele…! ¡y yo me viendo en tus pupilas!
+Tornára a ser el venturoso príncipe de Tí,
+Lilia de mí!
+Otra cosa la vi —la boca y el oído zahorí,
+los finos palpos y el abolido corazón,
+la anímula proclive y el espíritu pitiminí—
+Los ojos nada saben y la boca otro sí.
+Otra cosa la vi, y la vi
+desnuda —si vestida con hopalandas de pasión.
+Otra cosa la vi: toda ella ente de razón,
+toda ella entelequia baladí,
+coruscante abalorio de similor.
+La flor por los antípodas de Sibaris u Otahití.
+Diálogos y más diálogos de Platón.
+Las Siete veces sí,
+las cinco veces nó.
+La flor —sus pétalos como los de la flor que conocí,
+jamás, siempre— que es flor de maravilla como la flor,
+como la flor de Lilolá, virgen flor como otras olí,
+flor virgen si esa flor no tiene olor,
+sino océanico relente de sal y yodos, sí.
+De yodos y de sales y de otro aroma no.
+Todo es Aixé con su boca maravedí
+y el madoroso escandecido alhelí.
+Todo es Aixé con su sexo en clave de Dó,
+con su sexo en clave de Mí.
+Otra cosa la ví.
+La boca y el oído zahorí,
+el sexo tetrapétalo ajonjolí
+—descortezado—, maravedí, pitiminí, alhelí,
+y en más— el verecundo, inverecundo corazón…
+De ella y de mí.
+Yo sé del Mar lo que supe del Viento.
+Cuando el Viento cantábame en las sienes
+me susurraba el Mar cántiga exótica.
+De Mar y Viento y de Mujer se llena
+mi Cosmos —cosmos mínimo—: ¡oh, que lento,
+lauto morir, inmerso en qué vaivenes
+caricïosos (Mar de fondo, Viento ambiental, y erótica
+Madonina en mis brazos): ¡alta es la vida y buena!
+Yo sé del Mar lo que díjome el Viento.
+Muero de lo que doy. Vivo de lo que siento.
+La Vida sólo vale lo que dura el Momento.
+Sé de la Noche lo que no del Día.
+Del Día, el odio, si no estoy con Ella.
+De la Noche, el amor, aún Ella ausente.
+De Ella y de Noche y Día se satura
+la nonada de ser. Horra y vacía
+tontería vivir… Mas Ella sella,
+con su beso sensual, fastidio… Y miente
+—si incide en vocear su malventura…
+Beremundo…! ¡La Vida es ledo asilo!
+Sé de la noche absconta y su sigilo!
+Del Día —bah!—. De Onfalia —Hércules— hilo
+(Sansón mansueto) en la su rueca, y hasta
+que Eros lo quiera o Venus diga: Básta!
+No te me vas que apenas te me llegas,
+leve ilusión de ensueño, densa, intensa flor viva.
+Mi ardido corazón, para las siegas
+duro es y audaz…; para el dominio, blando…
+Mi ardido corazón a la deriva…
+No te me vas, apenas en llegando.
+Si te me vas, si te me fuiste…: cuando
+regreses, volverás aún más lasciva
+y me hallarás, lascivo, te esperando…
+Me ví en tus glaucos ojos —irisados
+de por sí, ahora y de tu risa—: verdes,
+reïdores; con ello, si me pierdes
+me ganas: así roban si son dados,
+dados lastrados…
+Mi corazón, mi espíritu, aunque dados,
+se los roban tus ojos. Nada pierdes…
+y ni ganas: ¿a qué, si siguen verdes?
+(tus uvas, hoy…: ayer, róseo-irisados
+racimos vendimiados).
+Yo digo siempre el Mar y no la Mar,
+como escando: el Océano: —jamás el Oceáno—.
+Al Día, al Día nunca supe amar.
+Siempre le dije al Día: —¡sigue, hermano!,
+nada te puedo dar…
+Pero a la Noche!… ¡quédate conmigo!
+compartirás mi angustia y mi señero
+cansancio…!
+Y me dirás: —¡trova-trovero!
+¡toma mi roto abrigo!:
+cada agujero es ojo de un lucero…
+Quise una vez y para siempre
+—ya la quería desde antaño—
+a ésa mujer, en cuyos ojos
+bebí mi júbilo y mi daño…
+Quise una vez —nunca así quise
+ni así querré, como así quiero—
+a ésa mujer, en cuyo espíritu
+fundí mi espíritu altanero.
+Quise una vez y desde nunca
+—ya la querré y hasta que muera—
+a ésa mujer, en cuya boca
+gusté —otoñal— la Primavera.
+Quise una vez —nadie así quiso
+ni así querrá, que es arduo empeño—
+a ésa mujer, en cuyo cálido
+regazo en flor ancló mi ensueño.
+Quise una vez —jamás la olvide
+vivo ni muerto— a ésa mujer,
+en cuyo sér de maravilla
+remorí para renacer…
+Y ésa mujer se llama… Nadie,
+nadie lo sepa —Ella sí y yo—.
+Cuando yo muera, digas —sólo—:
+quién amará como él amó?
+1951
+La Poesía parecía ser cosa seria. Poesía
+no es sino Nadería. Qué más puede ser Ella?
+No ignoraba que no era cosa bella
+sino la que en sí propia se extasía,
+como la que de sí se desasía:
+la elación de su pathos, la doncella
+de su virginidad, que mundos sella
+de pasión y donarse sólo ansía.
+La Poesía parecía ser cosa seria. Cosa seria…
+Yo creo ni en la Nada, que es lo que sólo existe,
+ni en lo que es la vislumbre de lo que vale Nada.
+Mínimo en la altitud, máximo en la miseria,
+yo soy sino la brizna que a viento algún resiste,
+soy sino el mismo viento que a la brizna anonada.
+Abril 2 de 1952
+Ya no se sabe —en su magín lo grabe—
+nada.
+Ni nada importa para dar la clave
+—la llave o clave está oxidada—.
+Yo me soy un poeta absurdo, gabe
+sin artilugio, experto en la balada,
+soy un poeta que no sabe nada,
+que nada sabe…:
+Y tengo un corazón que no me cabe
+dentro del amplio pecho, y un orgullo
+de los señeros, y en la mente helada
+qué lecho muelle para nadie mullo
+y en él, qué amor sin bridas
+para las Idas…
+o para la que torne, Inesperada,
+o para las que lleguen, evadidas
+de mi soñada Nada
+y a mi Nada…
+1953
+Cuando saltó Aliacín al prado de los sueños
+—ya dello son mil años—.
+Cuando Aliacín del prado de los sueños salió
+—dello serán minutos—:
+sonaron casi idénticas fanfarrias…
+Como era todo sueños si pequeños,
+como era todo lo que nada valió:
+diminutos los éxtasis si mínimos los daños,
+los goces tan inválidos como inanes los lutos:
+sonaron casi idénticas fanfarrias
+cuando saltó Aliacín al prado de los sueños,
+cuando Aliacín del prado de los sueños salió…
+Lo mismo dá si aciertas como si te descarrias:
+—oh corazón que no la negra flámula arrias,
+que siempre el rojo gallardete izas!
+lo que dió siempre fuego siempre dará cenizas,
+y eso ya es algo,
+fijodalgo…!
+Voy a incrustarme en el silencio
+de donde no debí salir.
+Cuando háse de retornar
+débese siempre no venir
+y en su retiro se quedar:
+voy a incrustarme en el silencio.
+Es hora tiempo de callar:
+lo que se tiene por decir
+vale una arena de la mar
+o un rebrilleo del zafir.
+Voy a incrustarme en el silencio
+de donde no debí salir
+como no fuera por vagar
+en torno al tema de se ir
+dentro de sí, que ya es errar:
+Voy a incrustarme en el silencio.
+Abril 20 de 1953
+Quiero que tornes a mi vera, vera
+tú, la grácil de rútilos ojos
+glaucos… Fúgate de La Primavera
+de Botticelli…! Escapa! Húye!
+Me abrevaré del zumo de tus rojos
+bezos, que para mí tan sólo fluye…!
+Torna Fonóe! Nómbrate cautiva
+(si lo fuiste, Fonóe, se reitera…)
+de mis brazos y huésped de mi pecho,
+sed de mi sed y mi Gracia lasciva!
+Tórna, Fonóe grácil, a mi lecho!
+Torna, Fonóe grácil, con el verde
+reposo, oásis, de tus ojos… Tánto,
+Fonóe, el te añorar, que se me pierde
+—como entre vagas nébulas de llanto—
+tu imagen: y el recuerdo roe y muerde
+si el ayer se marcó en la carne viva…
+Quiero que tornes a mi vera, vera
+Fonóe, la de antaño, —ogaño esquiva—,
+Fonóe, sortilegio, hechizo, encanto,
+sexual deliquio, esencia fugitiva
+sér de mi sér y origen de mi Canto!
+Torna, Fonóe, nómbrate cautiva
+—si lo fuiste, Fonóe, se reitera…—
+de mis brazos, prisión y prisionera
+del ardor mío —huésped de mi pecho,
+de mi espíritu—, euforia de mi lecho,
+—idílica evasión, lujuria, hoguera—,
+Gracia lasciva, Musa siempreviva,
+sed de mi Sed y origen de mi Canto!
+A que la cantes y recuerdes
+—mañana— un día del ayer,
+en que embriagáronme tus verdes
+ojos, y yo te dí mi sér.
+A que recuerdes (y la cantes
+en voz muy baja —para tí
+sólo—) que antaño unos instantes
+de gozo diérasme y te dí…
+Amor y dolor en alterna
+secuencia vivimos los dos,
+y es, la canción, la sempiterna
+pugna entre siempre y entre adiós…
+A que la cantes, y… un segundo
+en mi deténgaste a pensar:
+“Cómo me quiso Beremundo!”
+Y… reirás…: quizá hasta llorar…
+No parecía, no parecía tánto bella
+la flor llamada Flor de Lilolá.
+Muy más bella tu gracia de doncella
+cuya flor nadie llevaraselá…
+Muy más bello tu nombre; un mito sella:
+no te llamabas Ella Mía, como cualquiera ella:
+la vera flor, la Flor de Lyl, la Flor de Lilolá…
+Desde los zenites hasta la espelunca
+descienden los sones de la tu querella;
+con ellos el mito se nutre hasta nunca,
+con ella otro canto se frustra y se mella.
+Se vio jamás una, una, una Ella,
+Ella una así bella, tan bella doncella,
+doncella más bella? No de Milo trunca!:
+Victoria integérrima! Tra! La! La! La! La!
+—No! No! Se vio nunca ni se verá nunca!
+La vera flor, la Flor de Lyl, la Flor de Lilolá…
+Y ninguno la flor podrá cojella…
+Tenella sí podrá, sí podrá recojella, sí podrá entretenella…
+No parecía, no parecía tánto bella,
+la flor llamada Flor de Lilolá,
+esa que ya nadie llevaraselá…
+Yo te gocé —sexapétala estrella—
+pétalo a pétalo, en capullo. Nunca leyeras a Zola,
+ni a Proust… —si a Lawrence, obvio—
+por manera que no sabías, que ya sabías… No dejará huella
+mi paso en tu capullo, mi Flor de Lilolá?
+Y ninguno, ni el novio
+cónyuge ya, tu flor despetalará…
+Ese o algotro sí gozaralá?
+Tra! La! La! La!
+sonaba la fanfarria loando a la doncella,
+mimando a mi ex-doncella,
+a Ella, a Ella Mía bella, mi bella Flor y se llamaba Ella
+mía, la flor, la Flor de Lyl, la Flor de Lilolá!
+Tra! La! La! La!
+Alienor, la más bella? Alienor es la bella
+—por si no lo sabías si entonces lo intuías—.
+Alienor, la que amabas si a Xatlí te rendías?
+Si a Xatlí poseías? Alienor, otra Ella?
+La he vuelto a ver en musicales salas…
+Alienor, melodía sobre el mar polifónico.
+Elsa, Alienor, Xatlí —claros ojos de Palas,
+túrgidos torsos, triple corazón isocrónico,
+cárites afroditas… —Alienor, Xatlí, Elsa:
+en la una a las tres… Tríada excelsa,
+rielada onda móvil vagando en el armónico
+cáos denso, entre acordes, acordes, y entre escalas.
+La he vuelto a ver en ámbitos musurgos:
+Elsa, Alienor, más bellas? Casi Ella misma —blondas—:
+Xatlí, Noche Morena, Xatlí… Giran las rondas
+musicales y ensueñan mis Dobles y Demiurgos
+y Otrosyóes: extáticas sus pupilas redondas…
+Elsa, Alienor, más bellas? Pero Xatlí, la Mía.
+Xatlí, morena y mía. Alienor, rubia, ajena…
+Elsa? La apenas núbil, en cierne todavía…
+La música y su vértigo. Dánza, Alienor, falena…
+Dánza, Elsa, en sazón ahora y lozanía…
+Abur! Abur! Falenas! para recomenzar
+ya se hizo tarde… Vive en mi corazón Xatlí, Noche Morena…
+Y todo es una dulce y acerba lejanía…
+Y es hora de olvidar.
+De todas las cosas pasadas, fugadas, fagamos un haz
+y echémosle al fuego.
+Tornado ceniza, tornadas cenizas, nos dejen en paz,
+se borren tan luego…
+Y eso fue en los años de Netupiromba?
+La Netupiromba del mito Xatlí…
+La Netupiromba del mito de Aixé…
+La Netupiromba de cuando otra una,
+de cuando otro mito…
+Pues ya no se sabe. Pues ya no se sabe…
+Y Netupiromba? Reventó una bomba
+de super-atómico poder: abolida fue Netupiromba…
+Y eso fue en tus años Xatlí, cuando a tí
+petábate el hosco pirata?
+Y eso fué en tus años, cuando —ya no sé
+si de veras eras, Aixé, tanto mía?
+y eso fue en los años —los mismos— de Una Otra y bruna
+—quizás— cuando amaba gustar a mi vera?
+Pues ya no se sabe… Pues ya no se sabe…
+No de todo aquello fice una Sonata,
+ni una Melodía,
+ni una Copla mera…
+De todas las cosas,
+de todas las cosas, pasadas, fagamos un haz
+y echémosle al fuego.
+Tornadas cenizas, tornado cenizas, nos dejen en paz
+y se borren luego.
+Si ésa fué la ingenua, si ésa la falaz
+o una y otra y ésa mezclaban el juego
+y —por turnos— fueran: sincera, salaz,
+proclive, arcangélica, luzbélica, audaz,
+tímida, discreta, verecunda, mansa —remanso y sosiego—
+luego inverecunda, furibunda luego, tremebunda asaz…
+Si ésa fué virgínea, si ésa fué procaz…:
+de Eros —desde antaño— se ha dicho que es ciego.
+Y el Amor es sordo… y el más sabio es Lego
+—para sus argucias: no de su solaz…!
+De todas las cosas,
+de todas las cosas pasadas fagamos un haz
+y echémosle al fuego.
+Cenizas, ya… al vórtice!: nos dejen en paz
+y bórrense luego.
+Tus ojos claros y abisales, Dilva,
+la tu boca sangrante y el esbelto
+prodigio de tus líneas, más tu suelto
+desenfado y tu suelta crencha gilva…
+Tus ojos claros y abisales, Dilva.
+Tu boca ardiente de golosa lengua
+vivaz, del beso cómplice incentivo,
+tu meneo de víbora, lascivo
+cuyo ritmo ni el éxtasis amengua.
+Tu boca ardiente de golosa lengua.
+Tus ojos casi de platino y luna,
+tus cupulillas túrgidas, de erectos
+picos gules, y tus pluscuamperfectos
+muslos, y en fulvo estuche roja tuna.
+Tus ojos casi de platino y luna.
+Tu sexo, roja tuna en jalde estuche,
+cuyos lúbricos labios hacen presa
+del esclavo y señor, clavo de tesa
+dulcedumbre, en tenazas de peluche.
+Tu sexo, roja tuna en jalde estuche.
+Tus ojos claros y abisales, Dilva.
+¿Cuándo —bajo los míos— veré estrábicos,
+zozobrantes, tus ojos? (Son atávicos
+mis naufragios, en Sirte rosa y gilva).
+Tus ojos claros y abisales, Dilva.
+Tras de vagar y antes de errar de nuevo
+se hace interludio y pausa.
+Para soñar mejor, haber vagado, hermano,
+y estar ahíto de soñar, evo tras evo.
+Tras de soñar, vagar, que es efecto y es causa:
+siempre van de la mano.
+Démosnos a soñar, sensorio mío inverecundo,
+simple espíritu mío —desbridados corceles—.
+Démosnos a soñar bajo las nubes y las constelaciones:
+si es el ensueño la subconciencia del cogitabundo,
+la coraza y la egida de ignaves y de imbeles,
+y evasión y elación de ávidas mentes y de voraces
+corazones.
+Tras de vagar y antes de errar de nuevo
+se hace interludio y alto.
+¿Para mejor soñar haber soñado nunca
+y estar sediento de vagar evo tras evo?
+Tras de vagar, soñar: yo el Sueño exalto,
+si inmerso en la espelunca.
+Démosnos a soñar, sensorio mío indómito,
+duro espíritu mío —neblíes, gerifaltes—.
+Démosnos a soñar por cima de las cosas pequeñas,
+de las útiles cosas que dan bascas y vómito.
+Si es el ensueño desatado Icaro, icarino te exaltes.
+Suélta las bridas! Líbrate! Y eres libre si sueñas!
+Liberas mentes! Mentes zahareñas.
+Bogotá, 1955
+Vago otra vez por medio a las neblinas
+como antaño vagué por las azules
+ondas, entre gorjeos de bulbules,
+tras peregrinas Donas y Doninas.
+Doninas blondas, Donas peli-endrinas,
+de bocas ebrias y de labios gules…
+Ogaño…, de tí en pos: que a ellas emules
+Zumurrud, y en las lides venusinas.
+Dáme, ardientes —que vello leve dora—
+tus labios, dáme las meladas cumbres
+de tus maduros senos, dáme el rizo
+toisón… —y cate las celadas lumbres
+intercolumnias que él corona, obrizo—:
+tu gema, en róseo estuche moradora.
+Septiembre 27 de 1955-noviembre 22 de 1956
+Me quedas tú, y me donas la alegría
+con el dolor, y tu miel deleitable
+con el acerbo alóe.
+Me quedas tú, y la luz que tu alma cría
+dentro la tenebrura inenarrable
+de mi yo solitario:
+Siempre loe
+tu don ilusionario.
+Me quedas tú, y el claro sortilegio
+de tus ojos rïentes: con su hechizo
+mi soledad se puebla.
+Me quedas tú, y tu risa, cuyo arpegio
+me embriaga, y tu tesoro de oro obrizo
+solaz del alma sola:
+La gris niebla
+tu regalo aureola.
+Me quedas tú, y el filtro que tu ardida
+boca frutal, sombreada, en mis febriles
+resecos labios vierte.
+Me quedas tú, la ingenua enardecida,
+me quedas tú, la experta, de sutiles
+tácticas retrecheras:
+Vida. Muerte.
+Lo que quieras.
+Nieva tras de los vidrios (eskaldiana
+nieve, si no en mi corazón).
+Mi corazón se entregó a la galbana
+con qué blas-pascaliana sinrazón.
+Antes, a diestra y zurda, tarambana
+corazón regalaba, corazón de León.
+A troche y moche, desde edad temprana
+y hasta en madura edad, sin ton ni són.
+Nieva tras de los vidrios (eskaldiana
+nieve, si no en mi corazón).
+Mi corazón… me lo puse de ruana…
+Pero si la alta Dona siente gana,
+pero si la Donina desazón,
+¡listo está el corazón tocando diana!
+—¡Listo a dar en la diana, picarón!—
+Listo está y en sazón: ¡corazón tarambana!
+Nieva tras de los vidrios (eskaldiana
+nieve, y tres grados, cuatro, si no son
+los cinco, bajo cero) delante a la ventana.
+Cinco grados de Celsius. ¡Pero grana
+sangre me calefacta el corazón!
+¡Si la Donina o la Alta Dona engrana,
+corazón se le sirve, de León!
+¡A Ulalume, a Xatlí, a Agláe, a Oriana,
+¡pero no a sirenillas del montón!
+Nieva tras de los vidrios (eskaldiana
+nieve, si no en mi corazón).
+El corazón se entregó a la galbana
+con qué blas-pascaliana sinrazón.
+¡Palabrería huera, hueca, vana:
+razón o sinrazaón! ¡Se llama andana,
+cuando se le presenta la ocasión,
+el corazón y vibra, arde y se ufana!
+¿Se le presentará muy de mañana,
+mañana? No conclusa la canción
+se deja —es lo prudente, ¡oh Salomón!—
+por si es el caso de agregarle: ¡Hosanna!
+(también con pascaliana sinrazón)
+y entonar jubiloso: ¡óxte galbana!
+¡corazón ígneo y duro de León!
+Estocolmo, 1959-60: Bogotá, 1970
+Llueve tras de los vidrios (bogotana
+lluvia, si no en mi corazón):
+es la aburrida lluvia cuotidiana,
+de Bacatá, de Pasto o de Sonsón.
+En la tarde, en la noche, en la mañana
+llueve con qué insistencia y qué tesón.
+Llueve tras de los vidrios (¿altiplana
+lluvia…? ¿mas no en mi corazón?).
+Mi corazón supérstite, liviana
+senectud —tras los vidrios— en acción.
+Tras los vidrios la alcoba se engalana
+con la donina que le brinda el don
+de su hermosura prístina y lozana…
+Llueve tras de los vidrios (leogreiffiana
+lluvia, que es un arrullo, una canción
+nupcial, celestinesca antelucana,
+nocturna, meridiana, a la oración.
+Corazón de León, más tarambana
+que en antaño, en ogaño, ¡ese es el son!
+Seguirá tarambana hasta el Nirvana,
+ante el Nihil total y el colofón.
+(Sin Réquiem, ¡obvio! y dobles de campana
+y sin la consabida Extremaunción).
+Llueve tras de los vidrios…, sigue, hermana
+lluvia —tras la ventana— tu són són.
+Lilia, Lilienka, Lilith, Liliana
+y el viejo fauno —nervio y corazón
+y algo de Poesía, limpia, humana—,
+miran y oyen llover, pero ellos son
+—los cuerpos sanos y la mente sana—
+(Juvenal) (como son del Jopecón)
+conjugando Ars Amandi —ufano, ufana—
+(Publio Ovidio Nasón) la dona, el don…
+Llueve tras de los vidrios (leogreiffiana
+lluvia que no en el corazón).
+Corazón de León y de Liliana,
+corazón de Liliana y de León.
+Llueve tras de los vidrios (caraqueña
+llovizna —pasajero chaparrón—)
+Detrás de la ventana el Vate sueña:
+adocenado ensueño tontarrón
+sin trascendencia grande ni pequeña.
+Llueve tras de los vidrios (casquivano
+poeta impenitente, huero, vano;
+vano, huero, si todo corazón).
+Sueña tras de los vidrios —baladino—
+rumiando su perenne desatino,
+¿Don Juglar…? ¿Corazón de mermelada?
+¿Don Juglar…? ¿Corazón de corindón?
+Llueve tras de los vidrios (caraqueña
+llovizna de estación, adocenada.
+Para mi alma elata y zahareña
+¿todo no vale nada…? ¿Todo vale ni nada
+para mi zahareño corazón?
+Sí lo vale, si en ello ella se empeña,
+la ella mi dueña, dueña del León.
+Llueve tras de los vidrios (casquivano
+poeta impertinente, fauno añejo,
+vetusto fauno…, pero sin complejo,
+poeta antiguo —nada cuotidiano—,
+poeta impenitente, aún en sazón…).
+Llueve tras de los vidrios (caraqueña
+llovizna atemperada, de estación).
+Detrás de la ventana el barbicano
+poeta —la su barba fue taheña
+por los antaños —ensoñar desdeña,
+pensar no quiere. De la lluvia al són
+dormita apenas, taciturno, arcano,
+lontano, humano, esquivo, socarrón.
+Poeta barbicano… y cuya enseña
+—en rojo y negro— luce un trapalón
+corazón siempre en jaque y a la greña.
+Corazón del poeta barbicano,
+corazón de León y del Adón,
+de Beremundo el Lelo —dando leña—
+de Bogislao y del Pentademón.
+Llueve tras de los vidrios (caraqueña
+llovizna de pasada) mientras vaga
+—detrás de la vidriera— el remolón
+poetete relapso, terco… ¿Sueña,
+ensueña? ¡Qué vá! Sólo extravaga
+mi extravagante, vaga, sin-razón,
+mi vaga, extravagante ánima aciaga.
+Mi blándula —de piedra berroqueña—
+mente erguida— Mi blándulo —de acero—
+pirata corazón aventurero,
+mi incoercible orate corazón.
+Octubre 17 de 1970
+La canción que no se sabe
+si se cantará algún día
+o zozobrará en la noche,
+tácita siempre. En silencio
+se hundirá su melodía,
+se olvidarán sus palabras.
+La canción que no se sabe
+si un día se cantará
+o perdurará en la clave,
+sólo escrita, o jamás muda,
+disecada mariposa,
+casi el traslúcido pétalo
+de aquella rosa escarlata
+que fuera una vez testigo.
+La canción que no se sabe
+si se escribirá algún día.
+Esa canción se borró
+sin que nadie la escribiera
+si antes nadie la cantó,
+sin que nadie la cantara,
+si antes nadie la escribió.
+La canción que no se sabe
+si se escribirá algún día,
+si un día se cantará.
+Su melodía modula,
+caprichosa, por la clave.
+Balbuciente melodía
+no hallada aún…: dó, mí, lá:
+sube, baja, crece, ondula.
+En la gola se estrangula,
+en la clave, lá, mí, ré,
+ríe y llora, llora y ríe…
+Esa canción se borró
+sin que nadie la escribiera.
+Nadie nunca se extasíe,
+que jamás la cantaré:
+jamás la cantaré, nó!
+pero escribirla quisiera…
+Lá, mí, re, Mi, ré, lá, dó.
+Y ahora la escribo, ahora,
+preso en los brazos de Lilia,
+presa ella entre mis brazos,
+y ahora la canto, ahora
+con voz rauca, aún ardiente,
+vibrante aún, como otrora.
+La canción perenne, inscrita
+por siglos, en corindones,
+en mármoles, en la arena
+que el mar se lleva y se trae,
+e inscrita en los corazones
+de Ella, Lilia, y yo, León.
+La canción sin tón ni són.
+La canción sin tón ni són
+se escribe ahora y se canta,
+se canta entre dos a una,
+la escribe uno para ella,
+ella aduna su garganta
+con la del añejo, bajo
+cantante, ducho en el són,
+veces al claro la luna,
+veces sin luz sobre linos,
+veces tácita en el sueño
+cuando la ausencia de Lilia.
+La canción deja su huella
+si en el sueño. En la vigilia
+se oyen sus trenos y trinos
+gayos, en torno al ensueño
+de los dos, Ella y su dueño,
+de los dos, El y su dueña.
+Cantando en dúo es risueña
+la vida —es obvio— y el canto
+mejor suena a media voz.
+En voz baja, su murmullo
+muy más dulce, íntimo, en tanto
+se va la vida en un lento
+devanarse o en veloz
+consumirse… Ensueños mullo,
+Lilia, a tu vera, y no es cuento:
+es infinito momento,
+culminación del encanto,
+mi postrero canto-arrullo.
+Lilia mi premio y mi orgullo,
+dicha, hechizo, amor, portento.
+Yo vivo de lo que siento!,
+Yo vivo de lo que canto!
+(si lo dijo Pero Grullo,
+lo digo yo, o lo re-digo)
+Si una rosa fue testigo
+en un muy remoto antaño,
+otra rosa está conmigo.
+La canción que no se sabe
+si se cantará algún día.
+Se cantó una vez y ogaño
+¿por qué no se cantaría,
+hoy? ¿mañana? ¿una otra vez?
+Cada día es nuevo un año:
+nuevo… y del mismo jaez.
+La canción que no se sabe…
+Dó, Lá, Mí —toda la clave—.
+La canción sin tón ni són
+—canción de eterno momento:
+¡yo vivo de lo que siento!—
+La canción sin tón ni són
+de Ella —Lilia— y yo —León.
+Estocolmo, 1961; Bogotá, 1969-70
+Tengo a mi vera ahora en el invierno
+que aún es fresco otoño a una galana
+donina juvenil, ardiente, ufana
+de compartir mi añejo amor eterno.
+Hosco, hastiado, vetusto, áspero… y tierno
+tal es el fauno esquivo… y tarambana,
+rijoso ogaño como en la lontana
+madurez: fauno antiguo y fauno hodierno.
+Sobre tus luengos muslos funcionales,
+ante tus ojos de vivaz absinto
+y entre tus brazos, senectud se exilia,
+vejez se va. Bien sabes lo que vales,
+—Abigail— para mi ardor no extinto:
+joyoso amor me das, Dalila-Lilia.
+Dalila-Lilia del Sansón sin crines
+ni tan membrudo y a quien ni despeinas.
+Soy Rey de Reyes, Reina tú de Reinas:
+los dos danzando al són de los violines,
+nocturnos, serenatas y maitines.
+Bogotá, noviembre 2 de 1968
+Tú coronas mis quince lustros
+con el ángulo de tus brazos,
+con el cíngulo de tus mulsos,
+con el perfume de tus labios,
+con el éxtasis de tu júbilo
+—cabrilleante por los lagos
+auriendrinos, hondos carbunclos—.
+Con la tersura de tus manos,
+con el ardor de tu combusto
+tesoro en flor, que orna melado
+toisón en rizos: el refugio
+fragante, que al híspido fauno
+tú le donas, —intercolumnio—:
+oásis tibio entre alabastros.
+Tú coronas mis quince lustros
+con el hechizo de tus labios,
+con el cíngulo de tus muslos,
+con el cíngulo de tus brazos,
+con tus fulgentes ojos rútilos,
+con tus besos trémulos, ávidos,
+—ora lustrales, ora lúbricos…—
+Con la tersura de tus manos,
+con tu voz rauca en el susurro,
+con tus ímpetus inexhaustos,
+con tus anhelos sitibundos
+que el corazón hínchente: heraldos
+de los mis goces y los tuyos,
+—nuestra embriaguez y nuestros gaudio—.
+Con el cíngulo de tus muslos,
+con el cíngulo de tus brazos,
+con el prodigio intercolumnio
+con el regusto de tus labios…
+Tú coronas mis quince lustros
+con el brillo de tus ojazos,
+—gémulas de móvil mercurio—.
+Con tu voz grave, con tu osado
+corazón fiero, con tu iluso
+férvido ensueño, con tu claro
+zahareño espíritu y agudo.
+Con el oreo de tu cálido
+sexual exhálito y efluvio,
+y prístino efluvio y exhálito.
+Con tu severo rictus duro,
+con tu sonrisa en sobresalto,
+con tu silencio o tu murmurio,
+—tu pasional mezzo-soprano
+que se asordina en el connubio…—
+Con el cíngulo de tus brazos,
+con el cíngulo de tus muslos…
+Con la caricia de tus manos,
+con el éxtasis de tu júbilo,
+con el éxtasis de mi gaudio,
+con nuestros éxtasis en uno,
+con el embrujo de tus labios,
+coronaste mis quince lustros
+y continúas coronándolos…
+1970